«Necesitamos humanismo para gobernar la tecnología»

La ingeniera informática, Susana Prado, dictó la lección inaugural del curso de la URV

Hay titulares de prensa que generan, como poco, vértigo: «Un colegio inglés sustituye a los profesores por inteligencia artificial y realidad virtual», «China abre el primer hospital con IA del mundo: puede diagnosticar enfermedades y tratar 3.000 pacientes al día»... Los trae a colación Susana Prado, ingeniera informática para apoyar su teoría: la tecnología crece y seguirá creciendo a pasos agigantados, pero como sociedad vamos a necesitar cada vez más humanismo para poder gobernarla.

Lo hacía durante la lección inaugural del curso académico de la Universitat Rovira y Virgili, de donde es egresada. Prado es directora general de INETUM, consultora tecnológica líder en Europa, y presidenta de la asociación empresarial 22@Network BCN. Su trabajo ha sido reconocido con distintos premios, entre ellos el Dona TIC, concedido por la Generalitat de Catalunya.

La vida antes de ChatGPT

Pero antes de llegar a este punto Prado comienza por el principio: la inteligencia artificial lleva en nuestras vidas más de 80 años aunque ha sido recientemente cuando ha comenzado a aparecer en los titulares.

Y, escuchándola, es fácil percatarse de cómo, aunque no nos diéramos cuenta, la Inteligencia Artificial ya estaba allí. Los ejemplos son muchos: el GPS que nos guía en lugar de los mapas, Spotify que nos recomienda la música que podemos escuchar en función de nuestros gustos, o la Roomba que es capaz de limpiar toda la casa sin caerse por las escaleras.

El salto, no obstante, llega con la Inteligencia Artificial generativa y lo hace con un nombre que aparece hasta en la sopa: ChatGPT. Ella misma, de hecho, reconoce que ha utilizado este sistema para generar el nombre y la imagen de su presentación aunque atendiendo, eso sí, a sus intereses.

Reconoce Prado que, hasta ahora, los cambios tecnológicos ponían en riesgo solo ciertas profesiones, pero ahora no hay ninguna que se salve, ni siquiera las tecnológicas, porque «la IA programa de maravilla», señala la experta.

«La tecnología es imparable y no es ningún problema. Lo que necesitamos es humanizarla y utilizarla al servicio de las personas», explica antes de señalar que, como se ha dicho hasta la saciedad, hacen falta perfiles tecnológicos pero también humanísticos como los de antropólogos y filósofos. Se necesitan para responder a preguntas tan esenciales como: ¿qué es ser humano?

Es por eso que, considera, la tecnología debería estar presente en la formación de todas las profesiones, pero también las humanidades. «Si en enfermería debería haber un componente digital, los ingenieros también deberían tener una formación humanística... Las profesiones son cada vez más híbridas», sentencia.

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