Medicina estética, el elixir de la eterna juventud
Más de un 45% de la población se ha realizado un tratamiento en el último año. Los expertos alertan contra el intrusismo y abogan, especialmente, por mantener un cuidado de la piel
Los tratamientos estéticos llenan las clínicas: eliminar las manchas de la piel, reducir el volumen del abdomen, perfilar labios y ojos o implantes capilares en una búsqueda, no tanto de la eterna juventud como de sentirse bien con uno mismo. Es el caso de Carmen Z, de 25 años y clienta de Clínica Odita en Tarragona, quien desde que se retocó los labios con ácido hialurónico está «más contenta, más guapa y feliz, más natural». Carmen, que prefiere mantenerse en el anonimato, se decidió gracias al hecho de que la clínica se encuentra en un lugar reservado. «Tenía mucho complejo, pero al mismo tiempo un poco de pánico de que la gente supiera que me había hecho un tratamiento porque soy muy discreta», explica.
La discreción y la privacidad son variables a tener en cuenta en el sector. «Es cierto que son las mujeres las que se hacen más tratamientos, pero los hombres también vienen. Lo que ocurre es que no lo cuentan tanto», comenta Ana Ibars, directora de AG Planning y de la clínica estética Odita.
En cifras, el informe Percepción y uso de la Medicina Estética en España 2023 corrobora estas palabras. Con una muestra de 1.501 entrevistas representativas a nivel nacional, del estudio se desprende que el 46,6% de la población se ha realizado un tratamiento de medicina estética en el último año. De estos, el 69% son mujeres (de 35 a 54 años) y el 31% son hombres. Por edades, se polariza y se amplia el espectro y, junto a un aumento de los más jóvenes, de 16 a 34 años, se compensa con más personas mayores que cuidan su aspecto. Por lo que respecta a clases sociales, la media-alta continúa liderando el ranking, con un 69%.
El mismo estudio refleja que los cinco tratamientos más demandados son IPL, luz pulsada intensa para rejuvenecer la piel; rellenos con ácido hialurónico; mesoterapia, que se utiliza para eliminar la celulitis o el rejuvenecimiento facial, entre otros; el Plasma Rico en Plaquetas (PRP), que se obtiene de la misma sangre del paciente y, finalmente, toxinas.
Ibars confirma que en su clínica en Tarragona la mayoría de tratamientos entre los más jóvenes, chicas y chicos, son «bótox, labios y pómulos» con el ácido hialurónico como el producto estrella que se utiliza para dar volumen. No obstante, estos deben ser mayores de edad. Del mismo modo, injertos capilares, con clientes sobre todo masculinos, pero también femeninos, aunque, como apunta la profesional, «una alopecia de una mujer no se comenta tanto».
Mientras, las mamas es de lo más demandado, tanto aumentos como reducciones. «La cirugía de mama se relaciona mucho con aumentar el pecho, pero una parte importante es de reducción porque genera una serie de problemas, tanto de salud como estéticos», dice Ibars. Abdominoplastia, para eliminar grasa y reforzar musculatura en el abdomen, es otra de las posibilidades, con el aumento de glúteos como una de las tendencias.
Por su parte, Sandra Dolz apuesta por la belleza natural. «Ya no se busca la perfección ni una simetría total, sino la naturalidad, mejorar lo que tenemos, pero que pase desapercibido. Es mi estilo y creo que la estética debe apuntar hacia aquí», expresa. Porque las tendencias cambian y ahora lo que se lleva es la micropigmentación, técnica que aplica en su centro de l’Arrabassada. «No es tiempo de pinzas. Lo que los clientes buscan es una ceja tupida, definida, jugosa». Como explica, con la micropigmentación se implanta pigmento en la piel para conseguir más densidad. «Vienen sobre todo chicas y ellos, si lo hacen, es por necesidad». Aplicada a los labios, consiste en «pintar todo el labio y lo que se consigue es un tono o dos más fuerte que el natural. Se le aporta vitalidad y se define el color. Es el maquillaje semipermanente», comenta Dolz. «Por ejemplo, en los ojos es una simulación de lápiz o de sombra que no desaparece nunca del todo».
Esta opción es, justamente, la que escogió Gemma Such. «Cuando era joven me maquillaba muchísimo, pero ahora no, solo agua, jabón y crema. Pero me gusta, simplemente, tener la raya marcada, ya que tengo los ojos azules y bonitos. Queda discreta y, al mismo tiempo, voy maquillada».
«Hoy en día hay un culto a las cejas», dice, por su parte, Rocío Castro, quien en su centro de Estética Rocío, en Vila-seca, realiza tratamientos faciales y corporales. «Lo más demandado son los faciales, aunque también la presoterapia, técnica adecuada para las piernas cansadas y que también es drenaje. La máquina por sí sola no adelgaza, pero sí que ayuda». Como usuaria, Castro elige la micropigmentación de cejas. «Es lo mejor que hice y, de tanto en tanto, la depilación láser».
La piel, fundamental
Las profesionales, no obstante, enfocan su experiencia al envejecimiento saludable. «Todos nos hacemos mayores y las arrugas, salen», afirma Ana Ibars. «Es una cuestión de no poner parches y desde la clínica apostamos por la calidad de la piel». En este sentido, recomienda aplicarse protección solar de 50 tanto en invierno como en verano. «La gente cree que en invierno no es necesario, pero si estás delante del ordenador, la luz que desprende también daña, hace envejecer prematuramente. Entonces, tratamos mucho el cuidado desde el rigor médico. Y si cuidamos la piel, la luminosidad y el aspecto hace que nos veamos más jóvenes. Por ejemplo, el Plasma Rico en Plaquetas (PRP) es un tratamiento natural y efectivo».
«El mejor antienvejecimiento que hay es un buen protector solar», coincide Sandra Dolz quien, con tecnología láser, también elimina manchas solares y de la edad.
Intervenciones frecuentes
La cirugía de la mama es la intervención por excelencia, según la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética con datos recopilados a 30 de diciembre de 2022. En segundo lugar se encuentra la cirugía de la cabeza, con las blefaroplastias, intervención que extirpa el exceso de piel en los párpados, seguidas de las rinoplastias, que resuelve problemas de nariz. Ambos tipos han aumentado en los últimos tiempos y la principal hipótesis tiene que ver con el uso de las mascarillas. En el caso de la blefaroplastia, porque es la parte del rostro que más se ve cuando se utiliza la mascarilla y por lo que respecta a las rinoplastias, porque impide ver la inflamación característica que se produce en los primeros días del postoperatorio. En tercer lugar están las liposucciones. Las abdominoplastias son también muy demandadas, enfocadas a reducir la grasa abdominal.
Otras intervenciones son la ginecomastia, que consiste en el aumento en la cantidad de tejido de las glándulas mamarias en hombres. También la otoplastia, para reposicionar las orejas prominentes o en soplillo o los lifting de brazos y muslos, especialmente demandados por mujeres.
El intrusismo en la profesión pone en riesgo la eficacia y seguridad de los tratamientos
El intrusismo es uno de los factores sobre los que alerta el informe Percepción y uso de la Medicina Estética en España 2023, lo que «pone en riesgo la eficacia y seguridad de los tratamientos, genera problemas en la salud pública y desprestigia la imagen y credibilidad de la medicina estética». En parte, esto viene motivado por el desconocimiento de la población. Del informe se desprende que casi un 10% de los ciudadanos perciben como «normal» hacerse tratamientos en su domicilio. «Esto es gravísimo», valora el doctor Juan Antonio López, presidente de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME).
Por este motivo, durante el 39 congreso nacional, que se celebró en febrero pasado, se presentó la iniciativa #NOsintumedico, con el objetivo de que los más de 2.500 facultativos asistentes lo utilicen en sus comunicaciones de medicina estética e informen a sus pacientes, así como el resto de actores que tienen un papel clave para concienciar a la población, como es el caso de los medios de comunicación, la industria y las instituciones.
Como añade el vicepresidente del SEME, Sergio Fernández, cada vez más personas están padeciendo efectos adversos. Sobre todo, la necrosis o la muerte del tejido corporal, que puede dejar al paciente una secuela de por vida. Según criticó la coordinadora del programa científico del congreso y tesorera de SEME, Petra Vega, hay incluso un gran desconocimiento por parte de la población que se ha sometido a un tratamiento. «Si no sabe que un relleno lo ha de pinchar un médico, no tiene ni idea de sus posibles efectos adversos, de lo que implica para su salud y por eso piensa que se lo puede hacer en cualquier sitio, porque lo ve en redes sociales. Pero señores, no es lo mismo pintarse las pestañas que someterse a un tratamiento», indicó.