Más de 3.000 mujeres al año son atendidas en Tarragona por violencia machista
Tarragona está entre las provincias de España con tasas más altas de violencia sexual, psíquica y económica en los últimos años
Algo más de 3.000 mujeres son atendidas al año en Tarragona. Son las cifras del Institut Català de les Dones, referentes a 2021. En el Camp de Tarragona, fueron 2.122 las mujeres que precisaron de algún tipo de mediación al respecto, y en las Terres de l’Ebre la cifra fue de 897. En total, hubo más de 13.600 atenciones en la provincia para abordar algún tipo de afrenta, no solo física.
«No negaré que la violencia física es muy bestia, pero la psicológica que se ejerce a través de la económica o la vicaria es la que más destroza a la mujer, porque la deja sin herramientas para responder», explica la abogada tarraconense Pilar Casas, especializada en casos de violencia de género.
Un informe del Ministerio del Interior coloca a Tarragona en los puestos más elevados en cuanto a tasas de victimización respecto a diferentes conceptos de violencia. Tarragona es la segunda provincia de España con una tasa de violencia económica más alta y la tercera cuando se trata de la sexual.
En cualquier caso, la violencia sobre la mujer va más allá del ataque a su integridad física. Interior establece hasta cuatro tipos de violencia, la física, la psíquica, la económica y la sexual.
Un círculo vicioso
La dependencia monetaria es un obstáculo para muchas mujeres. «Hay situaciones muy complicada –sigue Pilar Casas–, por ejemplo a la hora de salir de un matrimonio en el que se está sufriendo violencia. ¿Cómo lo haces si no tienes para comer al día siguiente? Eso te frena, es una rueda, un círculo vicioso. Puede haber ayudas, sí, pero ¿500 euros de qué te sirven? ¿Puedes ir a pagar un alquiler con esa cantidad?».
Esta letrada también alude a la violencia vicaria, la que se ejerce a través de los hijos, y que presenta diferentes formatos. «A veces vemos peticiones de custodias compartidas de forma indiscriminada, por ejemplo, de hombres que nunca han compartido la crianza de los hijos, frente a la mujer, que ha estado ahí siempre. O una situación en la que primero el hombre se marcha a otra población, se desentiende, y cuando la mujer decida irse a vivir a otro lugar con los hijos, le piden la custodia compartida. Eso también es violencia vicaria y el sistema juega con todo ello».
La franja más común en el perfil de atendidas oscila de los 30 a los 45 años. Ese segmento aglutina casi el 46% de los casos. Un 16,5% eran mujeres nacidas en Catalunya, un 49,2% en el resto de España y un 33,6% eran de origen extranjero, según los registros del Observatori de la Igualtat de Gènere, publicado por el Institut Català de les Dones.
Otra estadística, en este caso la policial, muestra que en el Camp de Tarragona 1.798 mujeres están en seguimiento policial por parte de los Mossos d’Esquadra porque padecen riesgo de sufrir una agresión grave.