Los vecinos de Tarragona, en pie de guerra contra la proliferación de pisos turísticos
Unas setenta personas participaron en el debate organizado por la plataforma Stop Creuers TGN Veïnat pel decreixement turístic en el que se puso de manifiesto los problemas de acceso a la vivienda en la ciudad
La proliferación de pisos turísticos en Tarragona hace tiempo que genera debate y malestar en zonas como la Part Alta. Sin embargo, por primera vez esta problemática salió de la queja de las redes sociales para empezar a coger cuerpo de movilización ciudadana, en el marco del debate organizado por la plataforma Stop Creuers TGN Veïnat pel decreixement turístic.
Alrededor de unas setenta personas participaron en la sesión, en el Antic Ajuntament. Un acto en el que se puso el acento sobre la problemática del acceso a la vivienda y la expulsión del vecindario, y en el que también se abordó el impacto de la llegada de cruceros en la ciudad.
«Debemos empezar a preocuparnos», afirmaba el catedrático de Geografia de la URV, Antonio Paolo Russo, quien ha estudiado en profundidad el tema. Tan solo la Part Alta tiene más de 460 viviendas destinadas a esta actividad, cifra que asciende a más de 600 si le sumamos su área de influencia. Una situación que produce que «en los barrios en los que se concentra la actividad turística, los ciudadanos compiten con los visitantes en cuanto a los servicios, vivienda, bienes de consumo y espacio».
La falta de plazas hoteleras es uno de los principales motivos que explican esta proliferación. No obstante, esto está comportando que a partir de la pandemia se hayan disparado las cifras, con una concentración «en zonas de vulnerabilidad social, donde la transformación turística del barrio es preocupante por el elevado riesgo de desplazamiento de la población», decía Russo.
«Los niveles de concentración en la Part Alta son similares a los de los principales centros históricos como Ciutat Vella, Palma o Málaga», añadía este profesor. Y esto se ha traducido en que precisamente el núcleo histórico «es el barrio de Tarragona donde han subido más los precios de los inmuebles, lo que no puede explicarse sin la llegada de pisos turísticos», añadía.
Al respecto hablaron las representantes del Sindicat de l’Habitatge de Tarragona, quienes aseguraron que en el último año el precio medio de los alquileres en la ciudad ha pasado de 557 euros a 641. «Esto está generando una expulsión gradual y silenciada de los vecinos, ya que cada vez los precios son más altos y hay menos oferta», decían.
Por su parte, el antropólogo emérito de la URV Joan Josep Pujadas puso el acento en la transformación de las ciudades en espacios «neoliberales», lo que, según apuntó, comporta que cada vez más estas «dejen de ser espacios de producción manufacturera, para convertirse en una mercancía por sí mismas».
Durante su intervención Antonio Paolo Russo apeló a la necesidad de una «participación ciudadana en las mesas estratégicas de la ciudad». Una experiencia que en el caso del Consell de Turisme de Barcelona fue «parcialmente positivo» durante el mandato de la anterior alcaldesa, Ada Colau.
Finalmente, este también habló sobre el nuevo decreto que anunció la Generalitat esta semana para regular los pisos turísticos en 262 municipios de Catalunya, entre los cuales está Tarragona. «Personalmente es mucho mejor del que podía esperar, aunque hay un 99% de probabilidades de que algún tribunal lo acabará tumbando».
El debate se produce en un momento en el que el Ayuntamiento de Tarragona ha decidido encargar un plan especial para regular dicha actividad, en paralelo al proceso que establezca la Generalitat con el nuevo reglamento, lo que comportará una moratoria en la concesión de licencias.