Los trabajadores del Joan XXIII de Tarragona se quedan sin parking
El aparcamiento de los empleados desaparecerá durante el primer trimestre de 2025, cuando empiecen las obras de la segunda fase del nuevo hospital. El Departament de Salut trabaja en buscar soluciones
Más de trescientos trabajadores del Hospital Joan XXIII de Tarragona se quedarán sin parking en cuestión de meses. El aparcamiento, ubicado al lado del centro sanitario, desaparecerá cuando empiecen las obras de la segunda fase del hospital. Y es que, justo en el solar que acoge el parking es donde se levantará el que debe ser el edificio principal del nuevo complejo hospitalario, el edificio CORE. La previsión es que las obras se adjudiquen de forma inminente y que los trabajos comiencen durante el primer trimestre de 2025.
«Estamos muy preocupados. Nos dijeron que nos darían una solución, teniendo en cuenta que el Ayuntamiento convirtió las plazas de aparcamiento gratuitas en plazas de pago», explica Antònia Morales, una enfermera del Hospital Joan XXIII, quien lleva años aparcando en el parking de los trabajadores. Un compañero, David García, dice que «los trabajadores que entremos a las siete de la mañana encontraremos aparcamiento, aunque sea pagando. Pero los que vengan de tarde se las verán y se las desearán para dejar el coche».
Si actualmente los trabajadores ya se encuentran con problemas a la hora de aparcar, «imaginaos lo que pasará a partir de ahora», dice Lucas, un celador, quien asegura que «en las últimas reuniones se comprometieron a darnos una solución. Vemos que se acerca el momento y que nos dejarán con el culo al aire».
La historia viene de lejos y arrastra polémica desde hace meses. El Ayuntamiento de Tarragona pintó de verde las plazas de aparcamiento del entorno del Hospital Joan XXIII. Antes eran gratuitas. Los trabajadores ya auguraban que en cuestión de meses el parking desaparecería y se verían obligados a pagar por dejar el coche durante la jornada laboral. El personal sanitario denunció el caso y el Ayuntamiento echó atrás. El gobierno municipal, convirtió 650 plazas del entorno del hospital a zona naranja –lo que significa un euro al día– con el objetivo de mitigar la falta de aparcamiento. Además, el alcalde de Tarragona, Rubñen Viñuales, pidió al entonces conseller de Salut, Manel Balcells, la construcción de un nuevo parking para los trabajadores durante los años que durasen las obras del nuevo hospital –al menos hasta finales de 2027–.
Por su parte, desde el CatSalut aseguran que «para continuar avanzando en la hoja de ruta es imprescindible ocupar el espacio destinado al parking de profesionales, que tiene capacidad para 250 plazas», y añaden que «el Departament de Salut está trabajando en buscar soluciones efectivas para resolver la situación futura». Finalmente, Salut agradece la colaboración de los trabajadores en este proceso.
Indemnizar a la concesionaria
El pasado martes, la junta de personal se reunió con los directivos del hospital para abordar, entre otros, este tema. «Nos han dicho que el asunto está bastante en el aire. Sobre la mesa hay distintas posibilidades, como por ejemplo hacer un parking soterrado. Lo que está claro es que no nos darán ninguna alternativa durante los años que duren las obras», dice Judit Socías, delegada sindical de la UGT del Hospital Joan XXIII, quien añade que «los trabajadores están preocupados».
Según parece, el hospital está valorando algunas opciones. Una sería pedir al Ayuntamiento de Tarragona que mantenga las zonas de regulación del entorno del hospital. La otra opción es apostar por la construcción de un parking, ya sea en superficie o soterrado, y que después ya sirva para cuando el nuevo hospital esté listo. Por su parte, desde el sindicato CATAC-CTS, su delegada sindical, Marina Roig, asegura que «estamos muy pendientes del tema, a cada junta de personal sale el tema. Falta poco para que empiecen las obras y no hay solución».
El hospital tiene ahora otro problema que es afrontar la indemnización a la empresa concesionaria del aparcamiento. La concesión todavía no termina, pero el CatSalut debe derruir el equipamiento para poder empezar las obras de la segunda fase.