Los grandes descubrimientos arqueológicos centrarán la Tarraco Viva de la normalidad
El festival recupera la presencialidad, a pesar de que mantiene un tercio de sus actividades en línea. Este se celebrará del 15 al 29 de mayo y en total cuenta con 355 actos
Tarragona ya se prepara para la vigésimo cuarta edición del festival Tarraco Viva, que este año estará marcada por la «normalidad» después de dos años en los que la pandemia alteró el calendario, obligando a organizar dos ediciones en ocho meses. El certamen se celebrará del 15 al 29 de mayo y, en esta ocasión, el eje conductor serán los grandes descubrimientos de la antigüedad.
La arqueología será la protagonista de una edición que servirá para conmemorar varios hechos de relevancia trascendental. Uno de los más significativos es el centenario del descubrimiento de la tumba de Tutankamon, que más allá del hallazgo por si mismo «por primera vez convirtió la arqueología en un fenómeno social muy importante, que trascendió del ámbito académico», según puso en valor el director del festival, Magí Seritjol. También hace cien años del inicio de las excavaciones de las tumbas reales de Ur –en el actual Irak–, además del bicentenario del desciframiento de los jeroglíficos egipcios por Champollion, otros de los episodios que la organización del festival no ha querido pasar por alto. «Intentaremos defender el valor del pasado, ya que este nos estabiliza como seres humanos y nos da un hilo de continuidad de aquello que formamos parte», añadía Seritjol.
Durante la presentación del festival ya se avanzó que la de este año será la primera parte de una temática que tendrá una continuidad el año que viene, coincidiendo con los 25 años del festival. En 2023 se hablará sobre la arqueología de Tarraco y tendrán un protagonismo central las excavaciones que se hicieron entre los años veinte y treinta del siglo pasado, que «situaron Tarragona a nivel internacional». Estas básicamente se llevaron a cabo en la Necròpolis y el Fòrum de la Colònia, «dos excavaciones que estuvieron implicadas en procesos urbanísticos, que cambiaron la forma de hacer del urbanismo de la ciudad», apuntó el instigador del festival.
Tarraco Viva arrancará el tercer domingo de mayo, con un acto inaugural en el Espai Minerva del Passeig Arqueològic, en el que se presentarán las novedades de la presente edición. Aquella misma mañana ya se dará comienzo a un festival que en total constará de 355 actos en dos semanas. La recuperación de la presencialidad, sin limitaciones de público, será una de las grandes protagonistas de este año. Pese a ello, la pandemia obligó al sector de la cultura a reinventarse y el formato on-line no desaparece, de forma que un tercio de las actividades se mantendrá en línea, facilitando el acceso en streaming o a partir de contenidos elaborados específicamente en digital. Y es que, según reconocía el concejal de Patrimoni, Hermán Pinedo, «es un formato que ha venido por quedarse».
El Camp de Mart, el Fòrum de la Colònia, les Muralles y el Amfiteatre serán algunos de los espacios protagonistas, aunque el público aún no podrá sentarse en las gradas frente al mar, por lo que este espacio estará reservado para actos en pequeño formato. Esto significa que uno de los actos más concurridos, como son los espectáculos de gladiadores, seguirán un año más en el Auditori del Camp de Mart. Al respecto, la presente edición del festival también recupera la presencia de grupos de reacción internacional, como Ars Dimicandi, que cada año hacen vibrar al público tarraconense con su espectáculo de gladiatura, que en los últimos dos años no había podido hacerse.
Otra de las novedades del festival llega también de uno de estos grupos extranjeros, que han confirmado su presencia. Es el caso de los Ludi Scaenici, que ofrecerá un concierto de recreación para conocer la danza y los instrumentos musicales representados y utilizados en Egipto.
Tarraco Viva también recupera la presencia en el territorio y este año incorpora también la ciudad de Reus, que se ha sumado a la iniciativa. Asimismo, el director del festival destacó el importante peso que tiene la programación escolar, que se prevé que movilizará entre 2.000 y 3.000 niños, tanto del territorio como venidos de fuera. No obstante, en esta edición aún no se recuperarán las actividades en los jardines del Camp de Mart, que servían para la «socialización» del festival. Al respecto, Pinedo habló de las dificultades a nivel presupuestario en la organización, que hicieron que «hasta hace dos meses no sabíamos si dispondríamos del dinero». Finalmente, el presupuesto de esta edición asciende a 220.000 euros.
El Àrea de Patrimoni del Ayuntamiento de Tarragona plantea la presente edición como un punto de inflexión, que debe traducirse en «cambios» a partir del año que viene. «Una de las cosas que nos planteamos es cómo conseguir que el festival sea más grande y más importante tanto a nivel nacional, como internacional, con la idea de hacer que este no sea tan solo durante dos semanas en mayo», explicó Pinedo. El objetivo es que la recreación histórica forme parte de este proceso de divulgación del patrimonio, también durante el resto del año, y esto se enmarca en el nuevo proceso de musealización que quiere impulsarse desde la administración local.
La mayoría de las actividades son gratuitas, aunque en algunos casos se ha establecido un precio simbólico de dos o tres euros, para evitar que queden vacíos los espacios. Las entradas se pondrán a la venta a partir del 9 de mayo.