Los casos de gripe bajan en Tarragona pero hay 16 veces más que el año pasado

A la espera del impacto de la Navidad, las infecciones descienden. El pico de la bronquiolitis ha quedado atrás. La Covid-19, bajo control

Las infecciones agudas respiratorias han firmado un ligero descenso en la última semana en Tarragona, quizás atribuible a las festividades. De 6.360 diagnósticos en el Camp de Tarragona se ha pasado a 5.471, lo que pone a fin a unas últimas semanas de subida.

Aflojan las tres dolencias que tienen al sistema sanitario contra las cuerdas: la gripe ha pasado de 920 cuadros a 840, la Covid-19 de 518 a 395 y el VRS, la bronquiolitis que afecta sobre todo a los niños, de 70 a 62. Todas estas cifras están configurando un invierno epidemiológicamente muy singular, fundamentalmente porque es el primero en el que el coronavirus está bajo control –prácticamente incorporado como una afección respiratoria más– y porque influye, dos años después, el adiós casi completo a la mascarilla.

La principal amenaza está siendo la gripe. Pese a ese último descenso, los 840 diagnósticos son una cifra 16 veces más alta que la del año pasado a estas alturas (52), cuando el cubrebocas mantuvo a la influenza en cifras testimoniales. Pero es más también que en un año normal, previo a la pandemia. En el curso 2019-20, antes del SARS-CoV-2, había 77 casos. ¿Significa eso que la gripe va a azotar más este año? No especialmente. Lo que sí sabemos hasta ahora es que, a falta de saber la evolución de las próximas semanas, los picos epidémicos se han adelantado alrededor de un mes.

«Incidencia estabilizada»

Lo mismo sucede en las Terres de l’Ebre: 147 diagnósticos de gripe en la última semana. El año pasado hubo seis y en 2019 se registraron 22, según los datos oficiales de Salut. El Departament indica que «la incidencia de la gripe se estabiliza, presumiblemente llegando al pico de contagios».

La Covid-19 es el otro patógeno a vigilar. Cierto es que hay un infradiagnóstico –solo se notifican los casos de los mayores de 60– pero también que es una patología contenida. La prueba es la comparativa: 395 casos diagnosticados en el Camp de Tarragona esta última semana, por la friolera de los 5.422 del año pasado, cuando ómicron hacía su irrupción exponencial para hacer saltar por los aires toda la estadística. Lo mismo ocurre en el Ebre: 131 casos en los últimos siete días, una cifra estable respecto al periodo anterior, por los 2.226 de 2021.

La tercera infección en discordia es el VRS, desencadenante de la bronquiolitis. Después de llegar al pico, sigue el descenso. En el Ebre ha habido 21 casos, por los 56 de inicios de diciembre, cuando se alcanzó el máximo. En el Camp de Tarragona la cifra ha sido de 62, casi un tercio de los 163 de mediados de noviembre, cuando se notificó el récord en esta región sanitaria. Ha quedado atrás, por tanto, el momento más comprometido. Todo ello ha impactado en el sistema, pero sin llegar a extremos de colapso.

Queda por ver el efecto de las reuniones familiares navideñas, que antes de la pandemia solía traducirse en enero en un aumento de las infecciones respiratorias.

Descienden los pacientes con Covid en las UCI

El aumento de casos de coronavirus en las últimas semanas ha impactado asistencialmente en los CAP y los hospitales, pero lo está haciendo de una forma limitada. Desde agosto hasta mediados de noviembre, prácticamente no hubo enfermos de Covid en las UCI del Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre. A partir de ahí hubo un repunte que llegó a los 15 pacientes pero ahora ha vuelto a descender. Hay siete personas en intensivos. Salut indica que «los ingresos en UCI se mantienen estables». Actualmente hay 45 personas ingresadas por la enfermedad. A mitad de diciembre había 57.

En la última semana la provincia ha registrado dos fallecidos. En el mismo periodo del año pasado fueron ocho.

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