«Le debemos un mundo más justo a las mujeres de nuestra vida»

Xavier Padrissa, de Homes Igualitaris, cuenta que el machismo también les afecta a ellos

Xavier Padrissa, profesor y psicopedagogo, ha trabajado durante más de treinta años en escuelas e institutos y es el presidente de Homes Igualitaris. La asociación surgió en 2002 al calor de otras asociaciones de hombres similares de todo el Estado.

Una de las inspiraciones se la dio José Saramago con aquella frase de que «la violencia machista es un problema de los hombres que sufren las mujeres». Recuerda como entonces «sentimos que los hombres también podíamos movilizarnos y tomar conciencia».

Así surgió la idea de hombres ayudándose entre ellos a quitarse capas y capas de machismo heredadas de padres y abuelos. «Cuando el beso de Rubiales a Jenni Hermoso, mucha gente dijo que aquello era normal... Y es porque es lo que mamamos a través de la familia y de los códigos sociales. Somos como un pez que vive en el agua sin darse cuenta de que está rodeado de ella. Asumimos modelos, formas de relacionarnos...».

Una de las formas de entender las desigualdades, señala, es ofreciendo datos objetivos como las diferencias de sueldo entre hombres y mujeres, o las cifras que demuestran que son ellas la abrumadora mayoría de las víctimas de violencia familiar.

Pero aunque los datos ayudan a tomar conciencia, explica, hace falta también una reflexión personal. Para ello es importante ver a las mujeres cercanas, a las madres, a las hermanas, a las parejas, a las hijas, y pensar en lo que queremos para ellas, «porque les debemos un mundo más justo a las mujeres de nuestra vida».

La otra cara de la moneda, señala, es que el machismo, además de dar privilegios a los hombres, también les perjudica. «Hay hombres que cuando escarbas un poco en su vida ves que hay un sufrimiento profundo porque tienen que responder a un patrón de masculinidad que no iba con ellos y si no cumplían con las expectativas han tenido que recibir por todos lados... Somos humanos y nos emocionamos, pero el sistema te está diciendo que si lo demuestras quedarás mal, no parecerás tan hombre». Estos son algunos de los asuntos que tratan en los grupos de hombres, donde algunos reconocen que jamás habían hablado de sus sentimientos con nadie.

Cambios generacionales

Además de los grupos de hombres, la entidad organiza charlas y talleres para institutos donde realizan unos 80 cada año.

Esta experiencia, señala, les ha permitido ver cómo han ido cambiando las cosas en poco tiempo. «Al principio las chicas apenas participaban y se quedaban en un segundo plano. Ahora son las primeras en tomar la palabra; están más empoderadas y tienen un discurso muy claro. Es un cambio muy evidente y hemos tenido que cambiar la parte metodológica porque ellas son más protagonistas y ellos están más quejosos y a la defensiva. Muchos se sienten atacados...». Están, además, los que directamente niegan el machismo. Y en medio de los extremos hay un grupo grande de hombres que no entiende lo que está pasando, «el dilema es cómo los incorporamos a este cambio».

A futuro una de las medidas sociales que podrá influir positivamente es la ampliación de los permisos de paternidad. Asegura Padrissa que las experiencias ayudan a entender mucho más que cualquier argumento y este cambio implicará que por primera vez muchos hombres puedan experimentar lo que es quedarse solos con sus bebés. «Será claramente positivo y dará visibilidad al rol de los cuidadores», vaticina.

Finalmente, asegura que en el 8M «sabemos cuál es nuestro papel, los hombres a la retaguardia a cubrir a nuestra mujeres para que puedan manifestarse y hacer parón para que sea un día sonoro».

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