Las rebajas de enero se adelantan y perjudican al pequeño comercio
La liberalización comercial, con la ley catalana suspendida, provoca que también las tiendas de proximidad se vean obligadas a hacer descuentos antes del día 7 y a tener menos margen
Las rebajas ya no llegan el 7 de enero como antes. Estos días de cuenta atrás para los Reyes Magos ya se ven carteles anunciando descuentos, y no solo en grandes superficies. También el pequeño comercio se suma, cada vez en más casos, a ese avance de la campaña, pese a que los efectos sean contraproducentes y ese mismo sector de proximidad se vea perjudicado. «Alrededor de un 30% de comercios ya adelantan las rebajas y no se esperan, quizás no con descuentos tan agresivos como un 60% pero sí con un 20 o un 30%. Aún tenemos un sector más conservador que se espera, pero cada vez es más grande la parte de establecimientos que lo avanza. Es una tendencia reciente», describe Judith Sentís, dinamizadora de La Via T de Tarragona.
No es lo que quieren las asociaciones comerciales. «Perjudica mucho al pequeño comercio, el urbano, el esencial, porque ya sabemos que los grandes querrían quedarse con el monopolio. Nos hacen daño y es una falta de respeto», lamenta Florenci Nieto, presidente de Pimec Comerç Tarragona.
Se produce, pues, un efecto dominó, un cambio de las reglas del tablero. «Las grandes marcas lo hacen y obligan al resto a apuntarse, a empezar antes las rebajas, a jugar en esas mismas condiciones», apunta Sentís. Como más se liberalicen los periodos de rebajas, «con menos margen se trabaja y, por tanto, más cuesta llegar a todo», denuncia Sentís. Lo mismo pasa en Reus. Estos días abundan anuncios de precios más asequibles en sus arterias comerciales. «Ahora se comienza antes porque todo está liberalizado. Más o menos, la mitad de las tiendas avanzan las rebajas, algunos empiezan antes para sus clientes habituales y luego abren al público general», dice Meritxell Barberà, presidenta de la Unió de Botiguers de Reus.
También en este caso la situación no es la ideal para este comercio de proximidad. «Para nosotros sería mucho mejor respetar el periodo desde el 7 de enero hasta finales de febrero, como se había hecho siempre. Pero ahora la ley es más permisiva y se empiezan a hacer descuentos antes. Es igual que abrir los domingos. Los comercios de proximidad también lo hacemos pero tenemos menos margen», indica Barberà, que espera unas «buenas rebajas».
«Son tiempos difíciles»
Esa liberalización tiene otros efectos de más alcance, como sugiere Florenci Nieto desde Pimec: «Venimos de unos tiempos difíciles, por el coste de la energía, los precios disparados y el encarecimiento de la cesta de la compra y eso hace que la situación no sea buena. Noviembre no fue un buen mes, el Black Friday tampoco funcionó como antes porque si vienes haciendo descuentos durante todo el año, ¿qué esperas?».
En esta coyuntura también interviene el cambio climático, que cada vez trastoca algunas ventas de una forma más evidente. «El hecho de que no haga frío o de que haya tardado más en llegar hace que no se venda un determinado tipo de ropa y para intentar incrementar el volumen del negocio se anticipan las rebajas», apunta Judith Sentís desde La Via T.
Jacint Pallejà, presidente de El Tomb de Reus, sostiene que «el inicio oficial de las rebajas es el día 7 pero no podemos negar que hay una serie de establecimientos que antes hacen algún tipo de promoción, y es algo que sucede todo el año». Pallejà menciona, como ejemplo previo, «la locura en la que se convirtió el Black Friday, con tantos días», lo que acaba desvirtuando la filosofía de esa celebración. «Tampoco hay que confundir las cosas. Hay rebajas pero también cambios de precios para dar salida a un cierto stock. También hay quien sube precios antes de hacer rebajas, lo que es mucho peor», apunta.
El dirigente de El Tomb Reus alude a una situación normativa en la que «la legislación estatal no coincide con la catalana y eso deriva en un sálvese quien pueda», para añadir: «El comercio de proximidad ha reducido márgenes porque no ha trasladado a los precios todo el incremento de costes».
El auge del ‘on line’, asimismo, tiene que ver, pero también otras dinámicas, como indica Neus Soler Labajos, profesora colaboradora de los estudios de Economía y Empresa de la UOC: «La moda rápida, que propiciaba la entrada continua de colecciones nuevas en las cadenas, hizo que el consumidor dejara de tener la urgencia de comprar durante la temporada, por si se agotaban las tallas, y que pudiera esperar a comprar durante las rebajas». «Los comercios necesitaron motivar el consumo entre periodos de rebaja, y presionaron para conseguir un cambio de normativa que les permitiera hacerlo», añade la docente.
En Catalunya, pese a que la norma aprobada era bastante más proteccionista, la suspensión de la ley ha permitido una liberalización casi de facto. Los comercios pueden decidir por ellos qué periodos de descuentos les convienen más. «Eso significa que pueden liquidar productos o colecciones cuando consideren conveniente, y dejar libres las estanterías para la entrada de nuevas colecciones», señala Soler, que ve aquí la principal ventaja para los comerciantes.
«Sin suficiente margen»
El gran perjudicado es, también para los expertos, el pequeño comercio, «que no puede competir ni compararse con el grande porque no tiene suficiente margen», indica Soler. «Las condiciones que asume el sector de proximidad al adquirir el género del proveedor no se pueden comparar con las de las cadenas, ya que ellas se hacen con un volumen de producto más grande, lo que les permite obtener unas condiciones mucho más favorables», explica Soler.
«El pequeño comercio no puede asumir la rotación de producto de las cadenas y, aunque le convendría para motivar el consumo, no lo puede hacer a través de constantes promociones que le devoran el margen de beneficio», añade. Esta liberalización deja al pequeño comercio «desprotegido» y a merced de que «el consumidor opte por comprar en la cadena que ofrece la promoción y pase de largo del negocio que no la tiene».
Pro su parte, Ana Isabel Jiménez-Zarco, igualmente profesora de Economía y Empresa en la UOC, también asegura que el pequeño comercio no tiene las herramientas adecuadas, ni en horarios ni en unos descuentos que se «comen» el margen de beneficio. El hecho de que el cliente pueda comprar en cualquier punto del planeta mediante sistema electrónico obliga al vendedor «a ser más flexible en horarios y en plazos de entrega si quiere competir».
Un arma de doble filo para el consumidor
La difuminación de los periodos de rebajas en el calendario impacta de lleno en el hábito del cliente. «El consumidor ahora sabe que el comercio encadena periodos de rebajas y que, por tanto, si no aprovecha unos se podrá beneficiar de los que vengan rápidamente a continuación», explica la profesora de la UOC Neus Soler. La experta habla de «perder el sentido de la oportunidad, es decir, que el cliente ya no se ve presionado».
Eso sí, no todo es positivo para el consumidor. Lo explica Soler: «Ahora, aunque el consumidor tenga varias oportunidades durante el año para adquirir un producto rebajado, ya no puede comprar ese producto que el comercio no había vendido durante la temporada y que rebajaba para deshacerse de él pero que era de gran calidad».
O dicho de otro modo. «Desde el momento en que se producen colecciones destinadas a venderse directamente en periodos de promoción o rebajas el producto ya no es de calidad», indica la docente. Por tanto, el consumidor está pagando un poco menos por un bien o un servicio que no es del mismo nivel. Antiguamente abonaba mucho menos por uno que sí lo era.
El efecto del ‘e-commerce’
No se pueden entender todas estas nuevas tendencias sin la revolución del ‘e-commerce’. Las rebajas en línea son las que marcan el ritmo. Tanto el comercio digital como el presencial o físico se rigen por la Llei d’ordenació del comerç minorista, que en su artículo 25 establece que las rebajas se pueden hacer a criterio del comercio en cuanto a fecha y duración. «Las dos modalidades están sujetas a la misma normativa porque, en definitiva, es el mismo comercio el que hace la venta, física o digital», señala Soler. De hecho, los periodos de promociones son los mismos en ambos casos. Incluso a veces son más limitados en el entorno digital, como sucede en la jornada del Cyber Monday.
Estas rebajas han ido arraigando gracias a la consolidación de las compras por internet, así como con promociones como el Black Friday. Esta campaña llegó a través del formato electrónico pero se acabó extendiendo a la tienda física, todo ello por decisión de las grandes marcas.
Tarragona creará 3.300 empleos, un 8% más que en 2022
Catalunya liderará de nuevo la campaña de rebajas con la firma de 34.840 contratos, casi un 12% más que en 2022. La previsión de la firma Adecco, según su estudio, es que en Tarragona se firmen casi 3.300 empleos, un 8% más que hace un año. Barcelona espera la celebración de más de 27.000 contratos (+13%), siendo como siempre la gran generadora de empleo en la región. En Girona se prevé que se creen unos 3.200 (+9%) y Lleida se quedará cerca de los 1.300 (+8%). Adecco reconoce que «la campaña será atípica debido a la entrada en vigor de la reforma laboral, que ha provocado un cambio en la tipología de los contratos». De esta forma, de los 202.000 contratos que se prevé que realice el sector de las empresas de trabajo temporal en España un 10% serán vínculos fijos-discontinuos, mientras que el 90% restante lo serán temporales por circunstancias de la producción.
La previsión del comercio en la provincia es que la campaña de rebajas sea positiva.