Las obras de Ca l’Agapito no admiten nuevos contratiempos
Ayer se instaló la grúa de grandes dimensiones que permitirá reforzar la estructura de la Volta del Pallol, un paso clave para que el proyecto de Porta Tarraco se ajuste al calendario y no se pierda la subvención de 300.000 euros
Las obras de Ca l’Agapito van camino de convertirse en el vía crucis de este tramo final del mandato y, aunque aparentemente ahora mismo está todo encarrilado, tocará sufrir unos meses, para que no aparezca un nuevo contratiempo que podría ser la estocada definitiva. Ayer por la mañana se procedía al montaje de la grúa de grandes dimensiones que en los próximos meses ocupará la plataforma de hormigón, junto a la Casa Sefus. Esta era una de las fechas marcada en rojo en el cronograma del proyecto. Sin embargo, hacía tanto tiempo que se iba posponiendo que el propio Ayuntamiento decidía que no se harían valoraciones hasta que todo estuviera encarrilado, es decir, hoy.
Inicialmente la grúa tenía que instalarse durante la segunda quincena del mes de noviembre y finalmente lo ha hecho con ocho meses de retraso. A la dilación por los permisos de Aviación Civil hay que sumarle los casi siete meses en los que las obras prácticamente han estado paradas, a causa del hallazgo de restos medievales en el interior del inmueble. Su presencia era previsible. Pese a ello, los técnicos de Patrimoni –tanto de la Generalitat como del Ayuntamiento– tenían que pronunciarse sobre la solución a adoptar para salvar este ‘obstáculo’ y no fue hasta mediados del mes de mayo cuando se resolvió esta cuestión.
Las obras podían proceder. No obstante, este es un proyecto que en cada nuevo paso ha tropezado con una piedra y cuando a inicios de junio llegó la autorización pertinente para el tratamiento de los restos arqueológicos, la adjudicataria exigió una renegociación del contrato a causa del sobrecoste en el abastecimiento de los materiales. Con todo, el pasado jueves el personal de la obra volvía al edificio de la Plaça del Pallol, para retomar unos trabajos que, ahora sí, deben encarar la recta definitiva.
Ayer, pasadas las dos de la tarde prácticamente se daba por acabado el montaje de la grúa, de 38 metros de altura y con un brazo de 45 metros de longitud. En un primer momento esta debía servir para pasar por encima de la muralla los materiales más pesados y voluminosos que se utilizarán en los próximos meses, para reforzar la estructura de la Volta del Pallol. Básicamente se trata de unas vigas de hierro, de unos diez metros de largo, que deben servir para reforzar la bóveda y dotarla de las condiciones de seguridad necesarias para que sea accesible. Finalmente no se producirá la imagen de las vigas pasando por encima del Portal del Roser, lo que no resta espectacularidad a unos trabajos de alta complejidad, a causa de las modificaciones que se han hecho a lo largo de la historia por el cambio de usos de este espacio.
Tras documentarse los restos que se encontraron en el interior –y que podrían corresponder a unos antiguos silos que podrían haberse utilizado como almacenes– se procederá a tapar los agujeros con resina de epoxi y mortero de calcio y, acto seguido, se prepararán las cimentaciones que aguantarán las dieciséis barras de hierro, que darán estabilidad a la estructura del edificio. De momento, hoy cambiarán su ubicación las dos terrazas de la Plaça del Pallol, que se ubicarán delante de la Antiga Audiència. «Han empezado en el peor momento para los hosteleros, porque estamos en plena temporada alta», decía Roman.
El cronometro está en marcha y los plazos apremian, ya que la recuperación de esta espacio está ligada al proyecto de Porta Tarraco, vinculado a una subvención de 300.000 euros por parte de la Direcció General de Turisme. Esto obliga a tener todas las obras ejecutadas y recepcionadas en diciembre de este año, si el Ayuntamiento no quiere perder la ayuda, como pasó en su momento con el Pla Integral de la Part Alta.
Según lo previsto, las obras en el interior de la Volta del Pallol deben acabar a lo largo del mes de noviembre y, tan pronto como salgan los paletas, entrarán los técnicos que montarán el videomapping y demás elementos, de este espacio de bienvenida al turismo. El objetivo es que éste pueda abrir sus puertas antes de que acabe el año, mientras se continúa con la rehabilitación de la fachada de Ca l’Agapito. Esta intervención también forma parte del proyecto de recuperación de la Volta del Pallol, que en total suma una inversión de 1,2 millones de euros, de los cuales 1.086.745,52 los aporta el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, a través del programa del 1,5% Cultural.
La atención sobre Porta Tarraco está en este edificio y también en la Antiga Audiència, donde debe llevarse a cabo el acondicionamiento para las nuevas oficinas de turismo tanto del Ayuntamiento como de la Generalitat. El tercer foco de atención es el antiguo estand de turismo en el Camp de Mart, donde habrá el espacio de recepción y bienvenida. Demasiadas carambolas a encajar para un proyecto gafado.