Por cada euro que recibe Tarragona de fondos Next Generation, llegan diez a Barcelona
La demarcación ya tiene 230 millones asignados. Las pequeñas y medianas empresas son las que más dificultades tienen para acceder a las ayudas europeas
Tarragona ya tiene asignados un total de 230 millones de euros en concepto de fondos Next Generation EU, la respuesta dada por la Unión Europea a las consecuencias económicas provocadas por la pandemia. Una respuesta difícil de alcanzar, especialmente para las pequeñas y medianas empresas, algunas de las cuales se ven ahogadas ante la múltiple burocracia a presentar y la falta de agilidad de los procesos.
Según los datos de distribución territorial de fondos europeos, que se actualizan de forma periódica, son 177 millones vía convocatorias –tanto las que publica la Generalitat como las estatales que se adjudican a entidades de la zona– y 53 millones a través de concesiones directas del Estado mediante decretos o convenios. Por zonas geográficas y atendiendo únicamente a los ingresos por convocatorias, el Camp de Tarragona ya ha conseguido 141 millones y las Terres de l’Ebre tiene 36, por los 168 de Lleida, los 171 de Girona y los 1.873 de la demarcación de Barcelona, la que más dinero asignado tiene con diferencia.
Por comarcas, Tarragonès, Baix Camp y Baix Penedès son las que contarán con más ayuda total en la demarcación: 65,7 millones, 31,8 y 24,9 respectivamente. Tarragona capital es, junto a L’Hospitalet de Llobregat –con quien está prácticamente a la par– el tercer municipio de Catalunya con mayor cantidad asignada: son unos 57 millones de euros, por los 67 de Cerdanyola del Vallès y los 946 de la ciudad de Barcelona.
En el Camp, se han resuelto 94 convocatorias con 975 beneficiarios: 67 ayuntamientos, 29 asociaciones, seis centros de formación, cinco de investigación, cuatro consells comarcals, un consorcio, la Diputació, 830 empresas privadas, siete empresas públicas, cinco entidades del tercer sector, once fundaciones, la Generalitat y diez centros vinculados a universidades. El resto han ido a parar a otro tipo de instituciones y también faltaría añadir a receptores particulares. En el Ebre, son 52 convocatorias y 551 beneficiarios: 43 ayuntamientos, veinte asociaciones, dos centros de formación, uno de investigación, tres consells comarcals, dos consorcios, una entidad municipal descentralizada (EMD), 461 empresas privadas, cuatro empresas públicas, una entidad del tercer sector, diez fundaciones y la Generalitat.
¿Cómo llega todo este dinero? Existen cuatro vías a través de las cuales se distribuyen los recursos. En primer lugar, a través de las asignaciones de transferencias que el Gobierno español distribuye a las comunidades autónomas y que tienen como objetivo llevar a cabo las acciones que dictamine el ministerio correspondiente, provenientes de los acuerdos de las conferencias sectoriales. Por otra parte, también están las concesiones directas del Estado a entidades catalanas a través de decretos o convenios.
Las ayudas pueden llegar también mediante las licitaciones estatales que se adjudican a empresas y que, en este caso, tienen Catalunya como lugar de ejecución. La cuarta vía son las resoluciones de convocatorias estatales que benefician a todo tipo de entidades u organizaciones catalanas que hayan presentado sus respectivos proyectos a convocatorias de subvenciones de concurrencia simple y competitiva.
El sector que más recibe en la demarcación de Tarragona –teniendo en cuenta el dato de resoluciones de convocatorias, que es el que actualiza en su portal la Generalitat– es el de la movilidad urbana, con más de 29 millones de euros. En segundo lugar, se encuentran los proyectos destinados a cuidados e inclusión, que llevan asignados algo más de 23,5 millones. Completan el top 3 las energías renovables, que, por el momento, recibirán unos 18 millones. Unos 17 se destinarán a proyectos científicos, mientras que doce irán para las políticas de ocupación y once para rehabilitación de edificios.
Tan solo se observan poco más de 5,5 millones para el sector catalogado como ‘PYMES’. No significa eso que las pequeñas y medianas empresas de la demarcación tan solo tengan concedida esa cantidad, ya que pueden haberse beneficiado de otras categorías como la de energías renovables, industria o competencias digitales.
No obstante, sí que es verdad que muchas pymes del territorio han manifestado la dificultad que tienen para que las ayudas de los fondos europeos les lleguen de forma rápida y efectiva. Desde el ámbito comercial, el presidente de PIMEComerç Tarragona, Florenci Nieto, comenta que «la de los Fondos Next Generation es una excelente medida de ayudas, pero no es dinero que te regalan, eso hay que dejarlo claro».
«Lo que sí es cierto es que es complicado rellenar toda la documentación que te piden; nosotros nos dedicamos a asesorar a todas aquellas empresas que nos lo solicitan», añade. Dentro del tejido comercial, hay ejemplos de asociaciones que han recibido Next Generation y que luego se han dedicado a realizar cursos de formación para que sus asociados pudieran pedir, de manera conjunta, más ayudas.
Las estadísticas indican que «comparativamente, el Estado español va muy atrasado en la distribución de los fondos», remarca el director de Consultoria Estratègica i Finançament de PIMEC, Pere Cots. «Muchas empresas se cansan a mitad del camino porque piensan ‘es muy complejo y no puedo permitirme el lujo de dejar mi trabajo para ponerme con toda la burocracia’. Al final, tienen que desistir y negarse a recibir ayudas que necesitan para el día a día de su empresa, lo que causa que mucho dinero se pierda», expone Nieto, quien reivindica el hecho de que el 99,8% de representación empresarial de Catalunya son pymes, que generan el 62% de la riqueza catalana: «Todas las subvenciones deberían regirse por estos porcentajes; parece como si los Next Generation fueran destinados a aquellos a los que siempre les salen muchos amigos por todos lados, que son las grandes empresas», apunta.
En consecuencia, las pymes acuden a otras empresas para recibir asesoramiento. Una de ellas es Apra Consultores, que actúa en Catalunya. Roger Palacios, director de proyectos europeos, apunta que «son ayudas que cada empresa debería poder solicitarse por ella misma, pero por la complejidad de la parte burocrática, más lo que se está tardando en que se autoricen las ayudas y el seguimiento tan continuo que se efectúa, se ha complicado que lleguen a las pymes y a los particulares». «Son plataformas digitales que el público no está acostumbrado a utilizar», añade.
En este punto, las empresas consultoras son las encargadas de adaptar los proyectos empresariales a las necesidades que demandan los requisitos de las diferentes subvenciones. «Si no vas acompañado de alguien que sepa y entienda de esto, al final puedes acabar presentando cosas que no tocan, lo que retrasa el proceso», remarca Tono Mestres, socio de la consultora Innóvate 4.0. En esta línea, Cots argumenta que «sin dejar de ser críticos, es cierto que debe tenerse en cuenta el enfoque que marca la Unión Europea». «También es cierto que existe todo un proceso que requiere control, ya que estamos hablando de fondos públicos», añade. De cara al futuro, Palacios indica que «parece que está haciéndose un esfuerzo en diferentes convocatorias para aligerar los trámites».
En palabras de Mestres, especializado en ayudas públicas, «las ayudas de los Next Generation no son ni más difíciles ni más complejas que las que había antes, es decir, la complejidad burocrática para solicitar prestaciones siempre ha estado». «Es un problema de digitalización de la Administración Pública», insiste. «Una empresa de treinta, veinte o diez trabajadores o los pequeños comercios no tienen tiempo de ponerse», sentencia.
La fecha de finalización de los Next Generation está prevista para el 30 de junio de 2026. Por el momento, pequeñas y medianas empresas están experimentando dificultades para llegar a beneficiarse de todas las ayudas a las que podrían optar.