Las auroras boreales podrían volver a ser visibles este fin de semana en Tarragona

En mayo, las montañas de Prades se cubrieron de este espectáculo lumínico poco inusual en latitudes como las de Catalunya

Este fin de semana, del 11 al 13 de octubre, los cielos de Tarragona podrían volver a ofrecer un espectáculo natural poco habitual: las auroras boreales. Las condiciones se deben a un nuevo pico de actividad solar, que promete una intensa demostración de energía que podría ser visible desde varios puntos de la provincia de Tarragona.

El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA ha anunciado recientemente que el Sol ha entrado en un ciclo de alta actividad, expulsando algunas de las llamaradas solares más potentes desde que se tienen registros. En concreto, se ha detectado una erupción solar de magnitud X9, una de las más intensas de los últimos tiempos, que se espera que impacte sobre la atmósfera terrestre en los próximos días. Este fenómeno genera una gran cantidad de partículas cargadas que, al interactuar con el campo magnético terrestre, produce el colorido fenómeno de las auroras boreales.

Durante el fin de semana, el choque de estas partículas podría provocar la aparición de auroras boreales en latitudes más bajas de lo habitual. La provincia de Tarragona, gracias a la claridad de sus cielos y las condiciones meteorológicas favorables, se presenta como un lugar privilegiado para disfrutar del fenómeno de las auroras boreales. Especialmente recomendables son las zonas alejadas de la contaminación lumínica, como algunos puntos de la Serra de Montsant, el Parque Natural de Els Ports o el Parque Astronómico de Prades, donde los cielos suelen ser lo suficientemente oscuros y elevados como para apreciar estos espectáculos celestes. Cabe recordar que el pasado 14 de mayo ya hubo una erupción solar de categoría X8.7, mucho menor a la actual, que permitió la observación de auroras boreales en algunas de estas zonas de Tarragona.

Las auroras boreales se originan cuando el Sol expulsa grandes cantidades de partículas cargadas durante una erupción solar. Estas partículas viajan por el espacio y, al llegar a la Tierra, se encuentran con el campo magnético que rodea nuestro planeta. Este campo magnético actúa como un escudo, pero algunas de las partículas logran entrar por las zonas cercanas a los polos, donde el campo es más débil. Al penetrar en la atmósfera, estas partículas colisionan con los átomos y moléculas del aire, lo que genera una emisión de luz que se manifiesta en los característicos colores verdes, rojos y violetas de las auroras boreales.

Este fenómeno ocurre principalmente en las regiones polares debido a la forma en que el campo magnético terrestre desvía las partículas hacia estas áreas. Sin embargo, cuando la actividad solar es especialmente intensa, como en este caso, las auroras boreales pueden ser visibles en latitudes mucho más bajas. Los colores de las auroras dependen del tipo de gas con el que las partículas solares colisionan: el oxígeno suele producir tonos verdes y rojos, mientras que el nitrógeno genera destellos azulados y violetas.