La zona regulada no hace buenas amistades
Crónica. La nueva medida no ha sido bien recibida por los ciudadanos, que además se quejan de otros problemas
Cuesta encontrar buenas reseñas de la zona azul en nuestra ciudad. Precios altos, máquinas que no funcionan bien y una multa desmedida. En resumidas cuentas, esta es la percepción de los ciudadanos. Encontrar sitio para aparcar en Tarragona puede convertirse en una odisea. Y si a esto le añadimos la iniciativa del Ayuntamiento que se traduce en una multa de 100 euros, la situación se agrava todavía más.
«Me parece una burrada. La zona azul no debería existir, ya que los impuestos que pagamos deberían servir para poder aparcar en la calle». Así lo ve Anna Montalvo, una usuaria poco habitual de este tipo de aparcamiento, principalmente por los precios elevados a los que tiene que hacer frente si quiere dejar su coche estacionado.
Y no solo es que la multa de 100 euros no haya sido plato de buen gusto. Los problemas son otros. Maria Gloria Andreu, vecina de la calle d’Ixart, se queja además del mal funcionamiento de las máquinas para sacar el tíquet. «Encima de estar pendiente de ir cambiándolo, tienes que buscar parquímetros que funcionen bien. Siempre encuentras alguno que no acepta el pago con tarjeta y tienes que hacer uso del metálico», explicó la vecina.
Como añadido, esta nueva medida podría tener afectaciones en los comercios próximos a la zona azul. Más rotación en las plazas de aparcamiento, menos tiempo para consumir en ellos. Sin embargo, en zonas como la calle Pau Casals, lo que abundan son oficinas y trabajadores que no acuden para consumir en los negocios. Joan Pinyol, trabajador del Bar Brasilia, lo tiene claro. «Aunque la medida no me parezca bien, creo que de momento no afectará al negocio. Nuestros principales clientes son trabajadores de las oficinas de alrededor».
La opinión de los usuarios es clara. Pero, ¿qué opinan los inspectores de la zona azul sobre esta iniciativa? Después de un rato buscándolos, uno de ellos se presta a hacer declaraciones. Manteniendo su anonimato, eso sí. «Cuando la gente ve la multa, todo son problemas. Y si se complica la cosa, podemos llegar a recibir amenazas». Además, el encargado de revisar que los tíquets estén en regla cree que habría que avisar mejor a la población de estos cambios. «Si pagan 4 euros por dos horas y encima les multan con 100 euros, se complica todo mucho y no es lo más correcto».
Todavía es pronto para obtener resultados. Habrá que ver si esta penalización acaba funcionando en el futuro. Lo que está claro es que si la cosa no cambia, los ciudadanos buscarán otras alternativas para dejar su coche aparcado. Es evidente que la zona azul y ellos no son buenos amigos en la ciudad.