La URV estudia cómo mejorar la seguridad en las playas
La Generalitat y el grupo GRATET financian este proyecto que busca establecer criterios únicos en el servicio de socorrismo e identificar los puntos más conflictivos del litoral
Los hechos sucedidos durante esta semana han puesto el foco en la playa del Miracle, que acumula ya tres muertes por ahogamiento. En una rápida respuesta el ayuntamiento de Tarragona ha ampliado el horario del servicio de socorrismo hasta las 20 h para hacer frente a un verano donde los cambios en las corrientes marítimas y la alta presencia de extranjeros crean la «tormenta perfecta», en esta playa urbana.
La situación de estos días ha puesto al descubierto un déficit en el servicio de vigilancia marítima, no solo en Tarragona, sino en todo el país. Esta situación ya la conocía bien Pablo Martín, director del proyecto Playas Seguras, un doctorado financiado por la Generalitat y el grupo de investigación GRATET de la URV que busca mejorar la eficiencia del servicio de socorrismo bajo un criterio unificado.
Un criterio disperso
Martín y sus compañeros llevan tres años investigando para crear un sistema que estandarice cuestiones como la cartelería, las banderas o los horarios de vigilancia, ya que, «en los 70 ayuntamientos del litoral catalán se hace de manera diferente».
Martín espera poder hacer publicaciones a final de año, con el objetivo último de «crear una herramienta con la que la administración pública pueda mejorar el servicio». El director considera como prioritario unificar «los sistemas de trabajo, los horarios, la distribución de socorristas y los conceptos establecidos», con tal de poder dar el mismo servicio en todo el litoral.
Martín detalla que «la eficiencia de los servicios de vigilancia depende del presupuesto de cada ayuntamiento» y su estudio busca «establecer una proporción entre personal y número de quilómetros de costa», ya que «el ciudadano no tiene porque conocer el poder económico de cada consistorio». Tarragona se encuentra en un punto intermedio, ya que cuenta con «un ayuntamiento bastante importante, pero muchos kilómetros de costa que cubrir».
El fin del estudio es establecer «un criterio que responda a las necesidades ciudadanas», como sucede en licitaciones como la del servicio de ambulancias.
¿Un punto negro?
Durante esta semana se ha planteado acordonar la zona sur del Miracle, a propuesta de Creu Roja, por la cantidad de incidentes que concentra. Podríamos pensar que esta zona es «un punto negro» en nuestro litoral, sin embargo, Martín detalla que «no existe ningún organismo que evalúe cuales son los puntos más conflictivos del litoral».
Como parte de su estudio, actualmente están desarrollando una herramienta de «mapas de calor» que localicen y analicen las incidencias y la densidad de estas.
El director explica que «este podría ser un avance importante para la gestión de riesgo», ya que es «el único estudio científico que se esta haciendo en este ámbito». Las conclusiones de estos mapas podrían permitir «mejorar la eficiencia de los servicios de vigilancia» dotando con mas recursos las zonas que más lo necesiten. De momento, este estudio solo ha podido realizarse en zonas acotadas, pero Martín defiende que «podría mejorar la seguridad y el conocimiento de los bañistas».
Todo recae en el ciudadano
La proximidad de la ciudad con la playa del Miracle la convierte en la mas visitada por los extranjeros, como Janette y su familia, que vienen desde Bélgica para pasar unos días en la ciudad. Ajenos a la realidad que ha vivido este año la costa catalana, no alcanzan siquiera a identificar el significado de cada bandera. La niña que les acompaña asegura que «en Bélgica la amarilla significa peligro».
Tampoco lo conocen Jackson y su familia, aunque por deducción otorgan «peligro» a la bandera roja y «precaución» a la amarilla. Ellos vienen de Inglaterra y se sorprenden al conocer las noticias de ahogamientos, «podrían informar desde los hoteles, ahora que lo conozco tendré más cuidado dentro del agua», afirma Jackson.
Podriamos pensar que los turistas nacionales son mas conocedores de la realidad, pero Álvaro y María Inés vienen desde Elche y tampoco conocían la situación en Tarragona. Ellos agradecerían haber tenido esta información y relatan que «han notado las fuertes corrientes». Hay excepciones, Helena y Anna vienen desde Rusia y un amigo en común les ha informado sobre la situación, además, se han interesado por conocer el significado de cada bandera y las playas que cuentan con vigilancia y su horario.
Estas declaraciones confirman lo expuesto por Pablo Martín, la ciudadanía que visita las playas «requiere conocimiento» y este podría ayudar a salvar vidas. Además, es necesario «un criterio unificado» para ofrecer un mejor servicio en todo el litoral.