La Tarragona romana cobra vida
Patrimonio. El grupo Setopant ofrece imágenes creadas digitalmente para conocer cómo era la antigua Tarraco y así poder conocer cómo vivía su gente
Esta vigésimo quinta edición de Tarraco Viva hace una clara apuesta por explicar cómo era y cómo vivía la gente en esta ciudad hace más de 2.000 años. Para ello ha juntado dos de los ingredientes que han sido la base del festival: los grupos de recreación y el conocimiento científico. Ambos coinciden en la actividad ‘Gente de Tarraco’, que podría considerarse un ‘ensayo’ de cara a una nueva forma de explicar el patrimonio, en la que este literalmente cobra vida.
Los inicios hay que situarlos en el Seminari de Topografia Antiga (Setopant), un grupo de investigación adscrito al Departament d’Història i Història de l’Art de la URV y al Institut Català d’Arqueologia Clàssica (ICAC), que se creó en el año 1997. Liderado por el catedrático Joaquín Ruiz de Arbulo, al poco tiempo incorporó al arquitecto Ricardo Mar, que desde los inicios desarrolló su carrera alrededor de la investigación arqueológica. El tercer protagonista es David Vivó, profesor titular de Historia del Arte en la Universidad de Girona, que con su presencia permitía completar los diferentes espectros.
Mar había iniciado una publicación sobre la arquitectura y arqueología de la Tarragona antigua, en la que estudiaba la ciudad a través de sus restos arqueológicos, casas y edificios públicos. Y en base a esto, el equipo de Setopant fue ‘dibujando’ cómo era la antigua de Tarraco. «Cogemos cada edificio y de cada uno vamos haciendo plantas, secciones y documentando los elementos y con todo esto hicimos una propuesta de ciudad», relata Joaquín Ruiz de Arbulo.
En el año 2012 publicaron el primer volumen, que iba desde la ciudad de los íberos a la Tarraco de la época republicana. Y tres años más tarde llegó el segundo, en este caso sobre la ciudad Imperial.
Alrededor de los grandes edificios no había muchas dudas. La dificultad llegó a la hora de completar el tejido urbano. «No sabemos exactamente cómo serán las casas, por lo que incorporamos elementos cúbicos, sin llegar a concretar los detalles», sigue explicando este arqueólogo.
Sin embargo, a medida que fue avanzando el proceso de digitalización el avance fue «brutal», y ya con la introducción de los programas de dibujo en 3D el grupo pudo dar un «salto espectacular», en la calidad de unos dibujos que poco a poco fueron ganando calidad y realismo.
«Cualquier buen ilustrador hace unos dibujos maravillosos, ¿qué hicimos nosotros? La arquitectura es un lenguaje, por lo que si hago una propuesta sobre cómo era el Teatre Romà tiene que estar bien escrita y no puede haber faltas de ortografía», argumenta Ruiz de Arbulo. Y esto significa que detrás de cada propuesta hay un conocimiento y un rigor científico en el que no cabe una columna sin su basa, el fuste, el capitel, el arquitrabe, el friso y, finalmente, la cornisa.
«Somos un grupo de investigación que propugnamos que tiene que haber un estudio científico, y a partir de ahí tenemos un programa informático que nos permite presentarlo con una gran calidad», sigue explicando este catedrático de la Rovira i Virgili.
El equipo, al que se había sumado Alejandro Beltrán y Ferran Gris, presentó en 2018 la plataforma web Tarraco 360º, un recorrido virtual que permite visitar de forma gratuita los monumentos de la ciudad en 3D.
En este dibujo de toda la ciudad a color ya han desaparecido los elementos cúbicos del tejido urbano, que han sido sustituidos por viviendas con acabados, techos y ventanas.
¿Y ahora qué?
A lo largo de su trayectoria de casi treinta años, el equipo de Setopant no se ha quedado de brazos cruzados y ha abordado cada nuevo reto que la tecnología o el destino le ha puesto por delante. El último llegó tras la edición del festival del año pasado, cuando su director, Magí Seritjol, avanzó que este 2023 la ciudad de Tarraco sería la protagonista y pidió al equipo de Ruiz de Arbulo un decorado para hacer las reconstrucciones de gran tamaño.
Las ilustraciones, obra de David Vivó, han servido de apoyo en los espectáculos de recreación histórica de Projecte Phoenix, Thaleia y el grupo Nèmesis en el Fòrum Provincial, el Circ y el Fòrum de la Colònia. «Nos centramos en la gente y en cómo era esta ciudad urbanísticamente explicando la gente que había en estos recintos, lo que siempre ha sido el leitmotiv del festival», argumenta el director de Projecte Phoenix, Enric Seritjol. Y la fuente de información han sido las numerosas inscripciones romanas que tiene la ciudad, que hablan sobre los prohombres y familias de Tarraco. Estas confirman que la distribución en terrazas hacía que la parte de más arriba estuviera reservada para las elites, mientras que a medida que uno iba acercándose al puerto también bajaba la clase social.
La combinación de estas imágenes en tecnología 3D con estos personajes reales vestidos de la época abre un nuevo escenario con grandes perspectivas. «A nivel arquitectónico y de dibujo lo más difícil son las personas, porque todo esto son programas geométricos y cuesta mucho, pero si cogemos a figurantes ya no hay límites, porque definitivamente tenemos una ciudad viva», apunta Ruiz de Arbulo.
La realidad virtual ha abierto una ventana con posibilidades infinitas en cuanto a la divulgación del patrimonio. Prueba de ello la hemos visto recientemente con el nuevo videomapping de la Volta del Pallol, donde la joven esclava Melpomene acompaña a los visitantes en una visita por la antigua Tarraco. En este caso, estamos de nuevo delante de un personaje real –del que habla una inscripción exterior– que acompaña a los visitantes que llegan a la ciudad a través de una experiencia inmersiva que les permite retroceder 2.000 años en la historia. Y Ricardo Mar, uno de los cerebros del grupo Setopant fue una de las personas que contribuyó en asesorar al equipo impulsor, liderado por la concejalía de Patrimoni.
«Lo que has hecho allí puedes hacerlo en cualquier espacio con unas lonas y proyectando en tres dimensiones», afirma Ruiz de Arbulo. Estatuas que despiertan de la nada, monumentos que ‘reaparecen’ coloreados recordando sus años de esplendor y personajes históricos que resucitan son ahora mismo algunas de las opciones para que el conocimiento científico llegue a la sociedad, sin caer en los sensacionalismos y los errores que muy a menudo han acompañado a la gran pantalla.
La reforma integral del Fòrum de la Colònia, que cuenta con una partida de tres millones de euros de los fondos Next Generation, podría ser una nueva oportunidad para ver las posibilidades que ofrece este mundo.