«La skateplaza va a dar una nueva vida a esta zona»
Cerca de la plataforma del Miracle se construirá una nueva zona patinable. El anteproyecto se presentará el mes que viene
«Cuando se construya la skateplaza esta zona, que está dejada de la mano de Dios, se va a revitalizar. Hemos visto ejemplos similares en otras ciudades», cuenta David Sanz, vicepresidente del Club Skateboard Tarragona. Se refiere a la nueva zona patinable que se construirá en el parque Ana María Matute, junto a unas pistas deportivas que hay entre las vías del tren y la plataforma del Miracle.
Los skaters están convencidos de que el nuevo equipamiento atraerá a patinadores no solo de la ciudad, sino de otros sitios, en especial de municipios cercanos y Barcelona «Está en un sitio estratégico, entre la estación de tren, la Parte Alta y la playa, es un triángulo muy atractivo» asegura Sanz.
La skateplaza responde a una larga reivindicación de los patinadores que se quejan de que el skatepark del Parc del Francolí se les ha quedado pequeño.
Según explican desde el Ayuntamiento de Tarragona, está previsto que el anteproyecto se presente el mes próximo. A partir de aquí, una vez se dé el visto bueno, hay un plazo de unos dos meses y medio para redactar el proyecto ejecutivo. Una vez aprobado se pasará a la licitación de las obras que el Patronat Municipal d’ESports ya anunció que durarían unos dos meses. Hay un presupuesto de 200.000 €.
Proyecto participativo
Una de las peculiaridades es que desde un primer momento se ha contado con la opinión de los patinadores. De hecho el arquitecto que está haciendo el diseño, Pol Martín, especialista en este tipo de estructuras, ya se ha reunido en cuatro oportunidades con los patinadores locales; la última de ellas sobre el terreno. «Salimos contentos porque vimos que la pista puede ser muy larga», explica Sanz. A diferencia del Francolí, en este caso se ha apostado por una skateplaza, un sitio que, urbanísticamente también tenga otros usos sociales. Habrá una especie de tronco central y ramas con diferentes niveles, lo que permitirá hacer distintos recorridos.
«Se podría replicar un ecosistema similar al del Francolí», dice Sanz, en referencia a los jóvenes que además de ir a patinar van a las canchas deportivas y a socializar. La idea es aprovechar todo lo que se pueda la zona, en especial la sombra de los árboles.