«La primera borrachera de mi vida fue en fiestas»
Al final de la ESO el 78% de los chicos tarraconenses ha probado el alcohol. Las celebraciones populares suelen marcar el inicio
Sara tiene ahora 22 años y reconoce que «la primera borrachera de mi vida fue en fiestas» con una mezcla de vodka de colores y zumos que prepararon sus amigos y que no volvería a repetir. A su lado, su amiga Laia, de 21, tiene una experiencia diferente: «De adolescente nunca probé el alcohol porque tenía clarísimo que era malo para mí». Esta última está convencida de que muchos de sus amigos beben «para aguantar de fiesta. Yo a las cuatro de la mañana ya estoy harta y ellos siguen».
Según la encuesta de condiciones de vida adolescente de Tarragona realizada durante el curso 2020-2021 y encargada por el Servei de Prevenció de les Adiccions de la Conselleria de Salut Pública del Ayuntamiento de Tarragona, el 78% de los adolescentes había probado el alcohol en algún momento de su vida y el 42% lo había consumido en el último mes.
En la encuesta anónima que se hizo con 1.419 alumnos de cuarto de la ESO y 1º de bachillerato de la ciudad, también se encontró que el 48% se había emborrachado alguna vez. Además es notoria la diferencia entre chicos y chicas. Un 40% de ellos decía haber llegado a esta situación frente a un 54% de ellas (en la encuesta anterior realizada en el curso 2018-2019 era el 44%).
Después de la pandemia se nota, además, cómo aumenta el consumo del alcohol en la casa propia o de otros. Con todo, un 44% consume en espacios públicos como calles o parques.
Binomio alcohol-celebración
Joan Mercader, psicólogo especialista en drogodependencias y terapeuta en el programa Jove en Projecte Home Catalunya, explica que la mayoría de los adolescentes y jóvenes que atienden han comenzado a consumir alcohol con motivo de alguna celebración, desde una fiesta familiar como un cumpleaños o fin de año o una fiesta popular. «En nuestra sociedad la relación entre el alcohol y la celebración o la fiesta está muy arraigada», reconoce.
Un Komando sobre el terreno
La concejala de Salut Celilia Mangini reconoce que «es muy habitual que los más jóvenes empiecen a salir y hagan sus primeras fiestas precisamente durante las fiestas mayores de su ciudad y coincidiendo con las vacaciones de verano. Es por eso que las intervenciones que realizamos van más dirigidas a estas personas, a las cuales especialmente se les invita a hacer una reflexión sobre el consumo consciente, moderado y responsable».
Justamente con la intención de abordar a los jóvenes de tú a tú sobre el terreno, desde hace catorce años el Servei de Prevenció de les Adiccions puso en marcha el Komando Nits Q. Los miembros del Komando, eso sí, se van renovando continuamente para que sean personas próximas en edad a los chicos, como Noa Fernández, que cuenta que para no romper el ambiente de fiesta siempre tira de humor: «Les digo que no vengo a venderles nada, sino a regalar».
Se refiere al ‘kit de los placeres’ que entregan y que contiene entre otras cosas un preservativo, una tarjeta con un mensaje de la campaña Respecta’m, un teléfono de contacto al servicio municipal de información y orientación sobre adicciones e información que les permite calcular el consumo de alcohol que están haciendo.
Justamente esta es una de las informaciones que los jóvenes menos conocen, así que les ayudan a familiarizarse con las UBE (unidades de bebida estándar). De lo que más les confunde son las mezclas. A muchos les sorprende cuando se enteran de que un cubata o una mamadeta tienen dos UBE. Y (como muestra el gráfico adjunto) cuando se superan las 5 UBE en una ocasión para las mujeres y 6 para los hombres se considera consumo de riesgo.
Estos cálculos los hacen a través del juego. «A algunos les da miedo calcular y alguna vez también hay quien ha venido a pedirme que le haga el juego a un amigo porque tiene un problema y no se da cuenta», apunta Noa.
Por su parte, Samira Zemouri, también del Komando, explica que en contraposición cada vez se van encontrando cierta corriente ‘healthy’ de jóvenes que no beben alcohol y que cada vez reciben menos presión de sus amigos.
Esta actuación puntual del Komando en momentos de fiesta, como la que hicieron ayer por la noche, se complementa con los talleres que se realizan a lo largo de todo el curso en institutos. Los talleres se ponen a disposición de los centros educativos que eligen en función de las edades y características de sus alumnos y que abordan desde la adicción de distintas sustancias a la tecnología. El año pasado llegaron a 23 centros.
Explica Samira que en estas conversaciones de tú a tú los chicos se abren y es el momento de hablar, por ejemplo, de cómo reaccionar si un amigo o amiga ha bebido en exceso. «Ya saben que nunca tienen que dejarle solo o sola», de cómo detectar un coma etílico y de ciertos tipos de mezcla, como por ejemplo alcohol con bebidas energéticas que al tener cafeína que crean más riesgo porque se enmascaran los efectos del alcohol.
Por su parte, explica Claustre Dasca, educadora del Servei de Prevenció de les Adiccions, antes de las fiestas también se ofrece información a los bares sobre la dispensación responsable en alcohol. «Cada año repetimos porque sabemos que por estas fechas sabemos que se suele contratar a personal nuevo».
Entre las cosas que les explican está cómo manejar la situación cuando creen que pueden tener una persona menor de edad. «Les recordamos que siempre pueden pedir el DNI». También les explican cómo reaccionar de manera asertiva cuando consideran que un cliente ha bebido más de la cuenta y cómo ponerse de acuerdo entre los bares de la misma zona para no servirle más.
El espejo de los padres
Pero más allá de las acciones que se puedan hacer en los institutos o a pie de calle durante las fiestas, el evitar que los adolescentes se inicien en el alcohol y tengan un consumo abusivo, la responsabilidad también está en las familias. «Los padres tienen que saber que ellos son un espejo y sus hijos observan el consumo que hacen... No podemos pedir a los adolescentes que tengan la responsabilidad que nosotros como adultos no tenemos», señala.
Para los padres de adolescentes más jóvenes que salen por primera vez cree que una buena idea es saber dónde y con quién irán de fiesta y quedar con ellos a una hora determinada, incluso en los espacios de fiesta. «Antes de salir hay que pactar estas cosas y saber que si no se cumple habrá unas consecuencias, porque está demostrado que así hacen un consumo más responsable. Hablamos de autoridad, no de autoritarismo».
Y, cómo no, recordarles que pase lo que pase, si se encuentran en una situación en la que no saben cómo reaccionar, pueden llamarles. De hecho, la misma encuesta entre estudiantes encontró que la implicación de los padres es uno de los ‘factores protectores’ más claros del consumo abusivo. Por contra, entre los factores de riesgo se encuentra el malestar emocional y tener una o amigo que consumen.
Finalmente, el psicólogo de Projecte Home señala que al tratarse de una droga legal, el alcohol es omnipresente, especialmente en verano. «Lo ves desde en el supermercado hasta en las terrazas, pero lo que no explican son las consecuencias, especialmente en los adolescentes, cuyo cerebro está en desarrollo y son más vulnerables».
Tampoco se tiene conciencia, señala, de su poder adictivo. De hecho, recuerda que el alcohol es la primera sustancia de adicción en las mujeres que atienden y la segunda en los hombres. Entre las personas en recuperación el verano es un momento crítico «y tenemos que trabajar con ellos para que sepan cómo se pueden proteger de una recaída».
Y apunta a la dicotomía de una sociedad que se dedica a la prevención pero a la vez pone al alcohol en el centro de todas las fiestas. En este sentido preguntamos a la concejala de Salut cómo se compaginan las acciones de prevención de todo el año con la presencia que tiene tradicionalmente el alcohol en las fiestas de Tarragona, desde los vermuts hasta la Chartreuse.
Mangini señala que «efectivamente desde el Ayuntamiento recomendamos el consumo responsable del alcohol, especialmente en fiestas... Sabemos que el consumo del alcohol durante las fiestas es una realidad, lo que tenemos que evitar son los excesos y esto es una responsabilidad de toda la sociedad, del sector público evidentemente, pero también de las familias y de los padres y madres, que son los principales referentes cuando se trata de las personas mas jóvenes».