La nueva Plaça Catalunya de Sant Pere i Sant Pau empieza a ser una realidad
Preocupación entre algunos vecinos y comerciantes por la pérdida de plazas de aparcamiento
La Plaça Catalunya, en el barrio de Sant Pere i Sant Pau, está patas arriba. A través de las telas de plástico que cubren las vallas puede verse a los operarios que trabajan en la reforma que se inició el pasado mes de febrero, unas obras que deben servir para hacer un lifting integral del espacio, con el objetivo de que el verde gane protagonismo a costa del asfalto y el pavimento. «Comercialmente hablando supondrá una mejora. Hacia muchos años que lo pedíamos porque las zonas verdes son muy importantes y era la única plaza en la que no se había hecho nada», apunta Sònia Ollé.
Esta es una plaza concurrida ya que a su alrededor hay una importante actividad comercial. Pese a ello, para muchos vecinos tan solo es una zona de paso, ya que el avanzado estado de degradación no invitaba a sentarse. Una dinámica que se espera que vaya cambiando cuando la reforma sea una realidad.
«Es una plaza que presentaba déficits importantes, por su aspecto, porque era inaccesible y porque muchos de los elementos estaban oxidados», justifica el concejal de Territori, Xavier Puig. La Plaça Catalunya fue la primera que se construyó cuando nació el barrio cooperativista, que este año celebra su cincuenta aniversario. La intervención que se está ejecutando facilitará que la superficie sea completamente accesible para todo el mundo, a través de una planta única sin presencia de escalones. Asimismo, la plaza será más amplia y se sustituirá el mobiliario urbano, como los bancos o los columpios, que estaban en muy mal estado.
Puig argumenta que la nueva superficie «presentará dos realidades muy diferenciadas». Por un lado, un espacio diáfano, para la celebración de actividades para el barrio. Y, por el otro, una zona más verde, con una amplia variedad de especies.
Sobre el terreno, algunos de estos cambios empiezan a vislumbrarse. Los nuevos límites ya son visibles y se está iniciando la pavimentación. Según concreta la administración local, «en breve» se empezará a extender el sablón y se avanzará con la parte correspondiente al alumbrado público y la nueva zona de juegos infantiles.
El tercer teniente de alcalde indica que «es un proyecto dialogado con los vecinos y ahora estamos viendo la parte final del proceso». Pese a ello, algunos de estos residentes se miran las obras con reticencia. Esta comporta una pérdida de plazas de aparcamiento. «Había mucha gente que aparcaba en doble fila para recoger algo y ahora no sabemos qué pasará», afirman Cristina y María, de la Floristeria Mari.
«Aquello es casi todo de la primera promoción y no hay plazas de parking, por lo que la gente deja el coche en la calle. Habrá que buscar soluciones ya que empezamos a tener problemas de aparcamiento en el barrio», argumenta Gabriel Muniesa, presidente de Associació de Veïns La Unió de Sant Pere i Sant Pau. Pese a ello, el responsable de esta entidad defiende la «dinamización» del espacio público para que «la gente esté más a gusto». Por este motivo, se muestra satisfecho que avance una inversión que «es una reivindicación de hace mucho tiempo».
Siete meses
Por su parte, Marta Gutiérrez opina que «han quitado muchas plazas de parking, pero en teoría quedará muy bonita y esto hace que en teoría estemos contentos porque era necesario». Los comerciantes siguen con interés el ritmo de las obras, que según el calendario se prolongarán por espacio de siete meses. Con todo, el presidente de la Associació de Veïns de Sant Pere i Sant Pau, Luis Trinidad, indica que «nos hubiera gustado que para la fiesta mayor se hubiera acabado, para poder hacer algo, pero estamos muy contentos porque quedará un espacio muy bonito».
Trinidad se muestra convencido de que «cambiará la vida de allí». Y, aunque para las fiestas la obra aún no estará, este representante vecinal ya anticipa que «seguro que vamos a preparar algo».
El gobierno asegura que este es un proyecto que se encontró en el cajón, que había redactado el Partido Popular. «La idea inicial era hacer un proyecto cosmético muy superficial», apunta Puig. A partir de las conversaciones con los técnicos y vecinos se introdujeron los cambios. «Lo hemos mejorado hasta el punto que nada tiene que ver», añade el edil republicano. Tampoco la inversión. De los 140.000 euros previstos inicialmente se ha pasado a 440.000 euros, por lo que esta será una de las principales obras que se inaugurará en el barrio este mandato. La otra podría ser la reforma de la Plaça de la Quinta Promoció, cuyo proyecto ya está redactado y está a la espera de que se formalice la firma del convenio mediante el cual los propietarios cederán al Ayuntamiento la titularidad de la plaza a treinta años, para que pueda llevarse a cabo la reforma. El proyecto ya dispone de la financiación, después de que se formalizó la venta de una finca en el barrio, por lo que el siguiente paso será que se inicie la tramitación para la contratación.