La mayor tromba de agua de la última década en Tarragona
La capital registró este viernes 130,4 mm, superando los 107,2 del 22 de octubre de 2019
La tormenta de Santa Tecla de ayer pasará a la historia, como lo hizo la del 9 de octubre de 1994. Según datos del Meteocat, este viernes la capital tarraconense registró un total de 130,4 mm en la estación del Complex Educatiu, de los cuales 49,1 se concentraron en tan solo 30 minutos. Según fuentes del organismo autonómico, se trata del día «más lluvioso» de los trece años de datos que maneja esta estación, superando ampliamente los 107,2 mm del 22 de octubre de 2019.
El récord, sin embargo, se concentró en la estación manual de Tamarit, también en el término municipal de Tarragona, donde se registraron 160 mm.
En localidades cercanas a la capital también se superaron récords de hacía años. Un ejemplo de ello fue en Constantí, donde los 126,2 mm recogidos durante esta Santa Tecla suponen el máximo de los últimos 16 años, destacando el hecho de que 38,1 mm fueron en solo media hora. El recórd sigue en los 166,3 mm del 13 de septiembre de 2006.
En Vila-seca, la cifra recogida llegó hasta los 121,4 mm, la mayor de los últimos cuatro años desde los 132,7 del 22 de octubre de 2019. Asimismo, en Torredembarra cayeron 84,6 mm, de los cuales 28,6 fueron en treinta minutos. Cabe destacar que hacía nueve años que no llovía tanto, desde los 111,1 del 7 de septiembre de 2013. Paralelamente, en El Catllar se recogieron 146,7 mm.
Cae el falso techo de La Pepita
En la ciudad de Tarragona la intensísima lluvia afectó a los negocios más cercanos a l’Arrabassada. Uno de ellos fue el restaurante La Platja, situado a pocos metros del mar. «Es un problema endémico, que hace años que reclamamos a todos los ayuntamientos pero que no hay manera que lo solucionen. El barranco se inunda cuando baja agua del Llorito. Falta un colector, pero parece que no es una prioridad», lamenta el propietario del establecimiento, Leandro Campabadal. El empresario destaca que «esta vez, la suerte es que ya no existe el camping Tarraco, que cerró en 2005. Si llega a estar aún abierto hoy hablaríamos de una auténtica desgracia». Este fin de semana el local no abre, pese a que tenía sesenta peticiones. «Estamos limpiando, nos entró mucha agua. No recuerdo un episodio igual», resalta.
En el entorno de la playa, el agua que bajó por el barranco arrastró pavimento y deslizó pasos de cebra y coches que estaban aparcados. Algunos de ellos eran de clientes del restaurante Can Bonachí. «Podemos abrir, por suerte estamos medio metro por encima del pavimento, y lo hemos podido salvar sacando agua hasta la una de la madrugada», indicaba ayer el responsable del negocio, Ramon Bonachí, quien añadía que la parte más afectada «fueron las cocinas, el almacén y los pasillos. El comedor está bien. Hemos estado a dos dedos de la desgracia».
Otro de los negocios que sufrió desperfectos fue La Pepita, situado en la Plaça Verdaguer. «Nos cayó un falso techo por las aguas pluviales, fue exagerado. Es la primera vez que nos ocurre», relataba ayer el propietario, Carles Badia. Cuando empezó a llover, el local «estaba lleno», pero afortunadamente no hubo daños personales en el incidente. Lo peor, sin embargo, es la afectación económica. «Nos ha pasado en el mejor día de las fiestas, con mucha gente en la calle. Nosotros tenemos un aforo de 70 personas, y lo teníamos todo reservado», lamentaba Badia, quien ayer pudo abrir «tarde y solo a medio gas».
Tennis, tiro y pádel, bloqueados
Las inclemencias meteorológicas causaron también importantes desperfectos en clubes deportivos al aire libre. Uno de ellos es el Club Tennis Tarragona, con las pistas sin tierra y anegadas, y con las alfombras de pádel levantadas. «Tardaremos en volver la normalidad. Las pistas están arrasadas, los vestuarios, las oficinas y el gimnasio se inundaron con medio metro de agua, y la zona del Park está destrozado», lamentaba ayer el presidente de la entidad, Luis Salas, quien espera recuperar parte de la actividad en breve con «clases dirigidas y el gimnasio».
Asimismo, el Club de Tir Sant Salvador también se inundó. «El recinto es una piscina de 4.000 metros cuadrados con 80 centímetros de agua», lamentaba ayer su presidente, Sergio Ortega, quien denunciaba «estar abandonados» por parte de las administraciones. «Toda el agua que baja se queda en el club, ya que el alcantarillado no tiene continuidad, está taponado aquí. Hemos pedido que esto se arregle, pero no hay manera. Y, además, no tenemos ni luz ni agua pese a que es una instalación de titularidad municipal», lamenta finalmente Ortega.