La Marina Tarraco encara el cambio de propiedad con expectativas de crecimiento

Con la adquisición por parte de la sociedad mallorquina Ocibar, se prevé que puedan crearse nuevas sinergias, que incrementen la actividad de cara a un futuro

La crisis del Covid-19 tendrá consecuencias que por el momento se hacen incalculables para la economía mundial. Pese a ello, la Marina Port Tarraco afrontará esta situación desde una posición reforzada, después que el pasado 19 de febrero se hacía efectiva la compra del accionariado por parte de la empresa mallorquina Ocibar

Según aseguró en el momento de adquisición la compañía, no se prevén grandes cambios. Aunque la operación incrementa las expectativas de cara a un futuro. «La Marina sigue operando como hasta el momento y el modelo de negocio es el mismo. La diferencia más importante es que hemos crecido mucho en cuanto a capacidad comercial», afirma Marc Colls, gerente de la Marina. Este espacio ha pasado de ser gestionado por el fondo Qatari Diar, que se dedicaba a los negocios inmobiliarios y no tenía ninguna experiencia en este sector, a formar parte de una sociedad especializada en la construcción y gestión de instalaciones náutico-deportivas. Desde el año 1989, la compañía explota Port Adriano, en Mallorca. Además, en la actualidad, también gestiona Ibiza Magna y Marina Botafoc, ambos en Ibiza. Esto amplia las sinergias que puedan establecerse en el sector y, por tanto, hace que se incrementen las expectativas de crecimiento. «Manteniendo el modelo, nos proporciona más herramientas de las que teníamos antes», certifica Colls.

Uno de los cambios, por ejemplo, es a nivel comercial. En la etapa anterior la Marina Tarraco acudía a las grandes ferias internacionales especializadas de forma individual. Ahora lo hará bajo el paraguas de Ocibar, lo que debe permitir llegar a más eventos. En este breve periodo ya se habría notado si no hubiera sido por el Coronavirus. Se han cancelado viajes a Singapur, Dubai y West Palm Beach. También se ha cancelado el Superyacht Palma y el MYBA Charter Show y el Libra Yacht Show, ambas prevista en Barcelona para los próximos meses. Tan solo pudo mantenerse la feria de Alemania. «Con la coyuntura actual, que se vean unos resultados a corto plazo es más complicado, pero la capacidad comercial es más potente. Haciendo lobby puedes llegar a más gente», apunta el gerente de la Marina. Este se muestra convencido de que «estratégicamente nos ayuda, ya que hace que tengamos más presencia».

Los cálculos estiman que el impacto económico de esta actividad en los meses de invierno supera el millón de euros al mes

Más barcos
Hay un segundo factor que sale reforzado de esta alianza. Y es que los puertos de las Islas Baleares tienen una demanda superior, que hace que en ocasiones puedan producirse problemas de disponibilidad de amarres, a pesar de que los precios son más elevados. Esto puede suponer que algunos yates puedan ser desviados hacia aguas tarraconenses. En este sentido, el enclave de Tarragona juega con una ventaja importante y es que, por sus condiciones, permite la llegada de embarcaciones de grandes dimensiones. Un aspecto que ponía en valor el consejero delegado de Ocibar, Antonio Zaforteza, quien en el momento de la adquisición aseguró que «las principales líneas de acción serán acercar la economía local a las oportunidades de negocio que ofrecen las embarcaciones de gran eslora, potenciar la zona de oficinas en Port Tarraco y contribuir a la integración del puerto con la ciudad».

La Marina Port Tarraco afronta esta nueva etapa después de dos años en los que se ha alcanzado plena ocupación en la temporada alta, entre septiembre y mayo. Esto se traduce en importantes beneficios para la ciudad. Los cálculos estiman que el impacto económico de esta actividad en los meses de invierno supera el millón de euros al mes.

La ocupación en estas fechas es de 22 yates, en los 33 amarres disponibles. Y se prevé que en las próximas semanas lleguen algunas de las embarcaciones que han pasado el invierno en el Caribe. La temporada alta seguirá hasta finales de junio. Prolongar este periodo de estancia más allá del invierno tampoco es una cuestión que ahora mismo esté encima de la mesa. «Nuestro modelo y el más ventajoso en estos momentos es el de seguir siendo un puerto de invierno», dice Colls. Esto supone que haya una demanda de empresas de servicios y de trabajadores especializados que durante este periodo trabajan en la reparación y mejora de la embarcaciones. Pese a ello, el gerente de la Marina considera que la demanda durante los meses de verano aumentará a partir de proyectos como el Hard Rock, que incrementarán el potencial del territorio. 

El cambio en la gestión tampoco afectará a las inversiones que se están llevando a cabo en estos momentos. En el periodo entre 2020 y 2021 están previstas un conjunto de actuaciones que supondrán una inyección económica de entre dos y tres millones de euros. «Son actuaciones que ya están planificadas y comprometidas», apunta el gerente. Algunas se llevarán a cabo debajo de la superficie del agua y afectarán a la zona de amarres. También se incrementará la capacidad de suministro eléctrico de cara a las embarcaciones.

Restauración y servicios
En cuanto a los 5.500 metros cuadrados de zona comercial y de oficinas, la ocupación es del 64%, cifra que se prevé que se incremente en diez puntos en los próximos meses, después de que se han cerrado nuevos acuerdos para la ocupación de alguno de los locales vacíos. De hecho, la zona de despachos ya está toda completa y ahora algunos de los negocios se están estableciendo en la zona comercial. «Todo el comercio está sufriendo a nivel de ciudad, así que desde hace algún tiempo la distribución del parque disponible se está especializando en la restauración y los servicios relacionados con la industria de los yates», añade Colls. 
 

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