Plan del ICAC para su traslado a la Tabacalera: obras en 2026 y cinco millones de inversión
El centro tiene el compromiso del Govern de la Generalitat para la financiación.
Ya se están prerarando los pliegos para la redacción del proyecto ejecutivo
El Institut Català d’Arqueologia Clàssica (ICAC) ya tiene la hoja de ruta para su traslado al módulo 6 de Tabacalera. Un cambio de ubicación estratégico, que debe suponer un salto adelante para este centro de referencia internacional, que consolida la apuesta por generar un nuevo polo en este ámbito de la ciudad, de la mano de una Necròpolis que espera la transformación más importante de los últimos tiempos.
El traslado tiene múltiples lecturas y todas responden a la definición de un camino que apuesta por la investigación y el conocimiento como telón de fondo. «Ojalá el ICAC pueda ser la punta de lanza para que Tabacalera sea un polo de investigación e innovación avanzada, con un impacto sobre la ciudad», asegura el director del ICAC, Josep Maria Palet.
El plan se ha definido basándose en el estudio técnico que el consejo director del centro encargó a inicios de este año. Este planteaba la viabilidad del traslado desde las dependencias de la Plaça d’en Rovellat al módulo 6 de Tabacalera. El objetivo era conocer si las instalaciones de la antigua fábrica de tabacos podían albergar el centro de investigación, de acuerdo con las necesidades del ICAC en los próximos 25 años. Asimismo, el estudio también debía cuantificar los costes de este traslado.
Los resultados de este trabajo se dieron a conocer en primavera tanto al Departament de Recerca i Universitats de la Generalitat, como a la Universitat Rovira i Virigili (URV) y al Ayuntamiento de Tarragona, que «avalaron» el contenido de la propuesta.
«En primer lugar, vimos que puede hacerse y que quedará muy bien», argumenta Palet. En cuanto a la inversión necesaria, el presupuesto se cifró en cinco millones de euros. Una cantidad que incluye tanto los gastos de acondicionamiento de las instalaciones, como para equipar completamente los laboratorios.
El pasado mes de octubre el contenido de este estudio fue aprobado de manera «definitiva» por parte del nuevo Govern, de acuerdo con el Ayuntamiento. El ‘sí’ se certificó en la reunión entre el president de la Generalitat, Salvador Illa, y el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, del 11 de octubre en el Palau de la Generalitat. Un acuerdo que se confirmaba posteriormente a raíz de una visita del conseller de Presidència, de forma que la administración catalana avaló aportar el «100%» de esta financiación.
La primera parte de este compromiso debe empezar a materializarse en los próximos meses. Así, el ICAC ya está trabajando para poner en marcha la redacción del proyecto ejecutivo. Para ello, dispondrá de una partida de 300.000 euros, que servirá para sacar a concurso una licitación cuyos pliegos ya están en fase de redacción.
«Esto debe permitirnos que en junio de 2025 ya sepamos la empresa de arquitectura que se encargará del proyecto». A partir de ahí, el calendario ya está definido.
Según este, el año que viene se hará este proyecto ejecutivo y todos los trámites necesarios. Esto debe permitir que en 2026 entraren a trabajar las primeras grúas para la transformación de la nueva sede, que ya en 2028 se espera que esté a pleno rendimiento, abriendo la puerta a que la Colla Xiquets de Tarragona pueda ocupar la actual sede de la Plaça del Fòrum.
Un polo de conocimiento
Las líneas estratégicas del proyecto están definidas. Uno de los objetivos es que este cambio de emplazamiento permita crear nuevas sinergias entre el instituto de investigación, el futuro parque de la Necròpolis y el MNAT, que tiene su sede central en la avenida Ramón y Cajal. Al respecto, se prevé abrir un pasaje que conecte ambos espacios, siendo una de las puertas de entrada al futuro centro. Palet explica que este enlace busca reflejar «la importancia de la transferencia y que estamos en un espacio de ciencia ciudadana, muy innovador».
Este proyecto también contempla abrir un patio de luces en el edificio, lo que generará un espacio abierto de ventilación que permitirá la entrada de luz, comunicando los dos bloques con pasarelas. Uno de los extremos del bloque necesitará un refuerzo estructural, ya que es el que soportará todo el peso de los materiales.
En cuanto al otro extremo, no será necesario hacer este refuerzo, ya que en este se encontrarán los laboratorios, aulas y despachos. Finalmente, también se prevé hacer practicable la terraza, generando un espacio para la celebración de eventos. Este cambio de ubicación permitirá triplicar el espacio actual, de mil a tres mil metros cuadrados.
Palet recuerda que el Institut Català d’Arqueologia Clàssica es un centro de investigación adscrito a la URV, por lo que «queremos que la universidad se lo haga suyo». Asimismo, defiende que la proximidad con la Necròpolis y el MNAT contribuirá a generar un polo de «investigación y ciencia» que permitirá abrir nuevas colaboraciones muy importantes para el patrimonio de esta ciudad.
Aunque el proyecto final es mucho más amplio y más ambicioso, y Palet ya avanza esta parte es una «primera fase» de lo que un día debería acabar siendo un espacio de conocimiento y ciencia de primer orden en el sur de Catalunya. Esto pasa por poner en valor los cuatro centros de investigación adscritos a la Rovira i Virgili, entre los que, además del ICAC, se encuentra el IPHES, el ICIQ y el Institut d’Investigació Sanitària Pere Virigili.
«Ahora mismo el ICAC es la prioridad porque estamos en una situación de precariedad absoluta y no podemos continuar nuestra actividad, que está limitada por las instalaciones actuales», argumenta Palet.
La financiación siempre ha condicionado la actividad de los centros de investigación de este país. Pese a ello, el director del ICAC asegura que hay un compromiso firme, que debe servir de palanca para que este proyecto pueda ponerse en marcha y, a medida que este avance, deberán irse definiendo las fases posteriores. «Es ilusionante», argumenta.
Poco a poco van definiéndose los usos de una Tabacalera que va preparándose para coger un protagonismo en la Tarragona del futuro. Así lo prevé el nuevo POUM, el cual se está definiendo la configuración de un hub de la innovación, junto al río Francolí.