La desembocadura del canal de La Móra da asco
Medioambiente. Los vecinos aseguran que va en consonancia con la dejadez del barrio y lo atribuyen a la falta de limpieza así como a la masificación turística que vive la zona durante el verano
Botellas, latas, bolsas y un largo etcétera de residuos se acumulan en la desembocadura del canal de La Móra. Su presencia se pone especialmente de manifiesto estos últimos días, ya que prácticamente se ha secado el agua que quedó estancada tras los últimos episodios de lluvias, y la importante afluencia de bañistas que experimenta en verano esta playa no contribuye a preservar un entorno que quiere ser una de las primeras áreas renaturalizadas de la ciudad.
«Está claro que hay un problema de suciedad generalizado en todo el barrio y que la gente es muy marrana, pero creo que desde las fiestas no ha pasado nadie a limpiar. Está muy sucio», lamentaba Verónica Gómez.
La Associació de Veïns es crítica. «En general toda La Móra está igual. Hay calles en las que no pasan a limpiar desde hace mucho tiempo y los lunes todavía se ve más», afirma el presidente de la entidad, Albert Franquès. Un punto de vista que comparte su predecesor en el cargo, Francesc García, quien considera que «hasta que no se resuelva el problema de la limpieza imagino que irá a peor».
La custodia fluvial del torrente compete a la Associació Medi Ambiental la Sínia, que lidera el proyecto para eliminar la estructura de hormigón y generar una laguna natural estable. «Hace unas semanas nidificó el pato real y también había peces. Ahora tan solo queda el verdín y supongo que la fiesta mayor tampoco ha ayudado. Hace cuatro días no estaba así, pero hay mucha presión turística», indica desde esta entidad Hector Hernàndez.
Este asegura que de forma «puntual» se hacen actividades de limpieza, como las que de forma semanal se hacen en la desembocadura del Gaià, que también custodia esta entidad. Pese a ello, Hernàndez recuerda que «somos una entidad ambientalista», por lo que la parte de la limpieza compete a las administraciones.
En este caso al Ayuntamiento de Tarragona, quien asegura que el departamento de Neteja retira «de forma constante» los residuos que aparecen en la parte menos inundada del torrente, mientras que las partes con más presencia de agua se limpian «ocasionalmente», ya que el acceso es más complejo. Fuentes municipales explican que durante estos meses de verano «en cinco o seis ocasiones» se ha hecho una batida para retirar los residuos y, de hecho, según se apunta «esta misma semana está previsto limpiar la zona inundada».
Asimismo, la administración local recuerda que «somos conscientes de la situación de este espacio». Y, al respecto, el área de Medi Ambient está trabajando en el proyecto de renaturalización que permitirá ‘arrancar’ la estructura de hormigón existentes. Pese a ello, para que esta inversión pueda seguir adelante tienen que realizarse las inversiones pertinentes para evitar que el agua de lluvia quede estancada en esta zona de la desembocadura.
«Lo importante es que todas las partes estamos alineadas y tanto nosotros como el Ayuntamiento, los vecinos y el ACA estamos de acuerdo en cual debe ser el camino para que acabe convirtiéndose en una zona húmeda de primer orden», dice Hernàndez. El cambio no será rápido. Hay que resolver qué pasa con una parte de la superficie del parking, que está dentro de la zona marítimo terrestre, y tendrá que estudiarse bien el estado de los puentes, ya que seguramente el más próximo a la línea de mar necesita una inversión. Con todo, las administraciones implicadas están buscando con la Dirección de Costas una solución que permita acabar con los problemas de salubridad de un canal que cada verano es un foco de problemas.