El derribo de la plataforma del Miracle se demora hasta inicios de 2025
La ciudad ganará 8.653 metros cuadrados con el desmontaje de estructura para la renaturalización del litoral
Cuenta atrás para el inicio del desmontaje de la plataforma de hormigón del Miracle, un proyecto que permitirá que Tarragona gane 8.653 metros cuadrados de superficie a primera línea de mar, siendo el primer gran proyecto de renaturalización de estas características en la ciudad. «Estamos recuperando un espacio, que es una muestra de la época del cemento, cuando no había una sensibilidad ambiental», afirmó el alcalde, Rubén Viñuales.
El Ayuntamiento de Tarragona daba a conocer los detalles de este desmontaje que se abordará con demora respecto a lo previsto inicialmente. De acuerdo con el calendario, los trabajos saldrán a licitación a lo largo del segundo semestre de este ejercicio, para que las máquinas puedan entrar a partir del primer semestre de 2025. Esto significa que las obras convivirán con el inicio de la temporada de baño del año que viene. Una cuestión que el Ayuntamiento considera que no comportará un problema, ya que ambas actividades podrán «coexistir».
Inicialmente se procederá a la retirada de los elementos de la planta superior, que está cerrada, como es el caso de las estructuras de pérgolas y la iluminación. Acto seguido, se hará lo mismo con los elementos del mobiliario urbano de la parte de abajo, que van a reaprovecharse «en la medida de lo posible», según el concejal de Medi Ambient, Guillermo García.
En esta fase inicial, también se exigirá a la empresa contratista que diseñe el plan necesario para «evitar molestar a los vecinos y en relación a las afectaciones de tráfico».
A partir de ahí podrá procederse al desmontaje, que empezará con la demolición de las estructuras de madera que ocupan la primera línea de mar. Acto seguido, mediante una excavadora de pinza hidráulica se procederá a deshacer la rampa oeste de 62 metros de longitud.
Esta misma maquinaria también es la que se utilizará para el derribo de la estructura de hormigón. Esta está formada por cuatro grandes traviesas longitudinales de cemento armado –que en su momento se montaron in situ–, sujetas por 597 vigas de 7,5 metros.
La estructura se sostiene sobre 42 columnas, también de hormigón armado, de 4,45 metros de altura. Finalmente, quedará la rampa este (de 45 metros) y las escaleras.
Durante el proceso de derribo, la empresa contratista deberá hacerse cargo de la separación de los residuos, de forma que el hierro y el hormigón sean «revalorizados». Este requerimiento será una condición sine qua non para la empresa encargada de los trabajos, ya que aportará una parte de los recursos para un desmontaje que tendrá un coste de 553.220,78 euros. Este se financiará mediante los fondos europeos Next Generation, teniendo en cuenta que esta es una de las principales actuaciones que contemplaba el proyecto Greenbelt’26, que en total suma 3,6 millones de euros en materia medioambiental.
¿Y después qué?
Ya en la fase final, se demolerá el pavimento de adoquines y el asfalto de la zona de aparcamiento, de forma que se dejará una superficie «llana» y «compacta», con una capa de tierra de 15 centímetros, a la espera de la segunda fase. «No porque sea una playa urbana tiene que dejar de ser natural», afirmó el alcalde.
De acuerdo con el proyecto que ha redactado el Ayuntamiento de Tarragona, los trabajos de derribo se prolongarán por espacio de seis meses. En paralelo, también se redactará el proyecto de restauración ambiental «para devolver a la ciudad una parte del frente marítimo» y establecer unos «servicios ecosistémicos de las zonas costeras que luchen contra la emergencia climática». El objetivo es que pueda encadenarse en dos fases consecutivas. El Ayuntamiento de Tarragona afirma que se está hablando con el Ministerio para la Transición Ecológica para que se haga cargo de esta parte.
Según avanzó el alcalde, «la idea es que sea un espacio renaturalizado, que actúe como refugio climático, garantizando el paso de los vehículos, el carril bici y alguna línea de aparcamiento». Esta parte es la que tendrá que acabar de definirse en los próximos meses.
De acuerdo con el calendario de los fondos Next Generation, en diciembre de 2025 el mamotreto habrá pasado a la historia.