La Caminada Popular Asperger de Tarragona ampliará el 2025 las inscripciones ante el éxito de esta edición
Las inscripciones estaban limitadas a 700 y muchas personas han corrido sin dorsal. La edición de este domingo ha servido también para reinvindicar los problemas que sufre el colectivo
«Emocionados y contentos de cómo ha ido todo». Eran las palabras de satisfacción de Laura Recha, directora de Aspercamp, la Associació Asperger-TEA del Camp de Tarragona, coorganizadora junto con Tarragona Esports de la Caminada Popular d’Hivern, que se ha hecho este domingo con récord de inscritos: 700. Incluso muchos participaron sin dorsal, que se agotaron ya en los primeros días de apertura de la inscripción.
Por ello, desde la organización se están planteando ampliarlos hasta 800 el próximo año. «Solo en la asociación ya somos más de medio millar de familias y hay mucha gente que se quiere sumar al evento», comentaba Recha.
Después de que en la primera edición se apostara por la primavera, en la segunda y en esta tercera la caminata se ha hecho en invierno, aunque con sol primaveral. Y así seguirá «porque nos funciona muy bien. La gente la coge con ganas». La intentan programar lo más cercano posible al 18 de febrero –hoy coincidió–, el Día Internacional del Síndrome de Asperger.
Lectura del manifiesto
Y precisamente el acontecimiento intenta promover la sensibilización social. Y lo hicieron a través de la lectura de un manifiesto donde, por ejemplo, se pone en evidencia que el sistema educativo sigue sin los recursos y formación de profesionales adecuados a la atención de la neurodiversidad que pueda garantizar una educación igualitaria. También la falta de recursos sociales destinados a promover la vida independiente y autónoma.
La Ley de la Dependencia y su materialización también les afecta. Así, con los nuevos varemos para el reconocimiento del grado de discapacidad, hay un volumen importante de personas adultas que no llega al 33% de discapacidad reconocida.
En este sentido, hay personas con la condición que requieren del reconocimiento del grado de dependencia una ayuda que en los últimos tiempos no para de verse reducida de una manera fragante. También se quejaban de la invalidación de los diagnósticos ante la falta de conocimiento en el Asperger.