La abogada de Rosa Peral niega rotundamente que su clienta haya ordenado una agresión a una funcionaria en la cárcel de Tarragona
Relaciona la acusación con las quejas que ha presentado por el trato que recibe la condenada por parte de las trabajadoras del centro penitenciario
La abogada de Rosa Peral, Núria González, ha negado rotundamente que su clienta haya ordenado una agresión a una funcionaria de la prisión de Mas d’Enric, donde Peral cumple condena por el caso de la Guardia Urbana. “Es absolutamente falso”, afirmó en una entrevista para Catalunya Ràdio. González también desmintió la existencia de informes de funcionarios que sostengan esa acusación y aseguró que ni su equipo ni Peral han recibido ninguna notificación al respecto. La abogada ha vinculado estas acusaciones con las quejas que han presentado por el trato que recibe Peral por parte de tres funcionarias, que incluso llevaron a una reunión reciente entre el padre de Peral y la dirección del centro penitenciario. “Alguien se ha puesto muy nervioso”, señaló.
Según explicó la abogada, las quejas por el trato recibido por Peral se remontan a varios meses atrás y también han sido secundadas por otras reclusas. Las denuncias se han presentado tanto ante los órganos de prisiones como ante el Síndic de Greuges, y González indicó que se está investigando el caso. Hace unos días, el padre de Rosa Peral se reunió con la dirección de la prisión de Mas d’Enric para tratar el asunto, lo que, según la abogada, ha provocado “nerviosismo” y ha derivado en esta supuesta historia falsa.
La defensa detalló que las quejas de Peral se refieren a registros excesivos en su celda, la retirada de objetos que compra dentro de la prisión y dificultades para realizar visitas personales. González también afirmó que si alguien asegura tener pruebas de este supuesto plan de agresión a la funcionaria, debería presentarlas ante la justicia. “¿Por qué están en la prensa y no en el juzgado?”, se preguntó.
González insistió en que “no hay nada de verdad en todo esto” y subrayó que en el momento de la agresión, el 21 de julio, nadie mencionó a Peral en absoluto. Defendió además que su clienta tiene una vida organizada en la prisión y “no hace nada que pueda poner en peligro” su situación actual.