Julio Alberto, ex futbolista: «Queremos una asignatura de hábitos saludables en escuelas e institutos»
El exjugador del Barça, el Atlético de Madrid y la Selección Española se abrió ayer en canal ante un grupo de adolescentes para hablarles con su ejemplo del abismo que suponen las adicciones
Julio Alberto Moreno (Candás, Asturias, 7 de octubre de 1958) uno de los mejores laterales de la historia del fútbol español, estuvo ayer en el CaixaForum de Tarragona para compartir, a pecho descubierto, sus experiencias sobre la vida en general y las adicciones en particular con un grupo de alumnos del Col·legi Sant Pau. Lo hizo en el marco del ‘Circuito Relife’ puesto en marcha por CaixaBank y la Fundación Relife. El programa llegará a 3.500 jóvenes de doce provincias.
Ha dicho que parte de su problema de adicciones tuvo que ver con no saber manejar el éxito. ¿Qué siente cuando ve a futbolistas muy jóvenes expuestos a tanta atención?
Antes ya era peligroso, pero ahora con las nuevas tecnologías esto ha cogido una dimensión tremenda. La gestión del éxito, sobre todo a edades muy tempranas, es complicada. Yo debuté con 19 años, es decir, dos más que Lamine Yamal, y cuando pisé el campo, dije una frase que publicó el diario Marca: dije que aquello era como la Guerra de las galaxias (ríe). De repente pasas de estar jugando en un campo de tierra a tener dinero, a tener coche, a poder comprarte una casa, a sacar a tu familia adelante y a llenar un campo con 60.000 personas... Pues la verdad es que no es nada fácil.
¿Cree que ha mejorado la atención a la salud mental de los futbolistas de alto nivel?
Sí, ha mejorado mucho. Los clubes tienen departamentos que se dedican al bienestar que tiene que tener un deportista de élite para poder gestionar el éxito, el fracaso, saber ganar, saber perder, saber ser titular y saber estar sentado en un banquillo, saber tener dinero y no tenerlo...
Se habla de los riesgos que rodean al fútbol profesional, pero ¿a usted le ayudó la disciplina deportiva para salir de las adicciones?
Totalmente sí. Yo creo que la disciplina es fundamental en el día a día de alguien que está inmerso en un problema de estos y que quiere salir. Tener tus horarios, tus rutinas es importante... Y hacer un repaso de la lista de amigos de tu teléfono y borrar los que no merecen la pena.
Se supone que los jóvenes ahora tienen más información que nunca sobre los riesgos del consumo de drogas ¿qué está fallando?
Lo jóvenes saben mucho más de las adiciones, de las drogas, de las sustancias, de la salud mental. Pero es que la otra parte avanza mucho más rápido y es una locura... Cada vez hay más gente joven enganchada a la pornografía, al juego online. Porque tenemos dos tipos de adiciones: con sustancia y sin sustancia, y estas últimas todavía no sabemos cómo gestionarlas, y prohibiéndolas no creo que sea la manera.
Y las otras drogas siguen allí
Sí, no nos olvidemos de que España es el tercer país del mundo donde entran más toneladas de cocaína. Y parece que la heroína, el speed, éxtasis, se habían quedado atrás. Pero estamos viendo que no; hay una tolerancia social enorme.
Muchas administraciones hacen charlas contra el abuso de drogas y luego permiten que bebidas alcohólicas patrocinen fiestas populares y eventos deportivos ¿qué le parece?
Pues lo veo mal. Creo que deberíamos educar y prevenir a los jóvenes sobre el riesgo del alcohol. Solo hay que ver la cantidad de muertes en accidentes de tráfico que causa cada año. Y porque el alcohol es la puerta de entrada al mundo de las drogas.
Su fundación defiende que debería haber una asignatura en la escuela para hablar de estos temas.
Queremos conseguir que tengamos una asignatura todo el año de hábitos saludables y habilidades sociales en los colegios e institutos. ¿Por qué? Porque está muy bien enseñar matemáticas, geografía, historia, y seguramente saldrán médicos y tal; pero es que hay mucha gente que se queda en el camino porque no sabe lo que se va a encontrar en la calle; porque la primera vez que le ofrecen una raya no sabe decir que no. Porque no sabe tomar decisiones, porque no sabe gestionar emocionalmente lo que le está pasando.
Lleva años contando su experiencia a jóvenes. ¿Se le acercan, al final de las charlas?
En cada congreso, en cada taller, en cada jornada que he hecho, siempre tengo gente que quiere hablar conmigo. Me he encontrado de todo, desde chicas que tienen a su novio con un problema de alcohol y marihuana a un tema de pornografía, alguna vez... Esta es una de las cosas que desde la Fundación nos preocupa ¿Cómo puede un chico de los que viene a hablar conmigo pedir ayuda? ¿A quién? ¿Cómo hacerlo sin dejar huella? Estamos trabajando en una herramienta para poder dar esa ayuda.
¿No es doloroso contar su experiencia cada vez?
Cuando estoy con vosotros (los periodistas) me cuesta más, pero cuando estoy con los chicos no. Mi experiencia personal en los últimos 30 años es que van a sacar el mismo titular siempre la misma frase del infierno y no sé qué... Es que desde que me pasó lo que me pasó hasta aquí ha habido un recorrido, y nadie me ha preguntado nunca ¿Qué has hecho?, ¿Cómo has vivido?, ¿De qué vives?, ¿Cómo estás ahora?
Y ¿cómo está?
Bien, vivo en Asturias, salgo constantemente un día y otro día y otro día, para que este mensaje pueda calar, para que este proyecto pueda ir cogiendo forma, para que se convierta en un grito de aquellos que no tienen voz.