El consumo doméstico de agua en Tarragona se ha reducido más de un 25% en la última década
Durante la segunda de las Jornades Tècniques de l’Aigua que organiza el Port de Tarragona, el director gerente de EMATSA, Daniel Milán, ha destacado la hoja de ruta municipal para impedir las inundaciones en la Part Baixa. El consejero delegado de AITASA, Marc Fargas, ha anunciado una inversión de 40 millones de euros para aumentar la capacidad de agua regenerada
Los hogares de la ciudad de Tarragona consumen hoy más de un 25% menos de agua que hace una década.
Es uno de los datos que ha dado el director gerente de la Empresa Municipal d’Aigües de Tarragona (EMATSA), Daniel Milán, durante la segunda de las Jornades Tècniques de l’Aigua que organiza el Port de Tarragona.
Milán ha analizado que se ha pasado de los 147 litros por habitante y día hasta los 108 actuales. «El objetivo es llegar hasta los 100 en el año 2030», ha destacado el director gerente.
Conviene destacar que este consumo se refiere tan solo al ámbito doméstico, ya que, si se tuviera en cuenta la dotación total, la estadística actual llega hasta los 180 l/hab/día.
«En veinte años, hemos ahorrado el 40% del agua que ahora estamos consumiendo», ha especificado Milán, quien también ha remarcado la capacidad de rendimiento de la red, que ha pasado del 79,9% de 2016 hasta el 85,5% actual, mientras que la media catalana es del 78%.
El objetivo de EMATSA es llegar al 90% del rendimiento en 2030. Un rendimiento que no tan solo se ve afectado por fugas, sino que también intervienen otros factores como por ejemplo los fraudes que se producen.
Evitar inundaciones
En esta línea, la Part Baixa de Tarragona es el punto de la ciudad en el que la red municipal más sufre. Cuando hay lluvias y baja el agua de la Part Alta, los barrios marítimos de la ciudad no son capaces de absorberla por completo.
Para revertir la situación, EMATSA planea llevar a cabo un desvío y que el agua que baja desde el casco antiguo se distribuya a otros puntos de la ciudad.
Ese plan de la empresa se complementa con otros proyectos, algunos de los cuales se llevan a cabo con la colaboración de la Agència Catalana d’Aigua (ACA). Las tres principales iniciativas son el nuevo colector de Torres Jordi, la ampliación de la galería de la estación de bombeo de la calle Barcelona y la rehabilitación del túnel de desvío hacia la playa del Miracle.
Por otra parte, Milán ha especificado que «el tratamiento que se lleva a cabo al agua disponible es mayor cuanta menos hay». Se da esa casuística debido a que los compuestos existentes en el medio aumentan su presencia a medida que la cantidad de agua disminuye.
El 80% del agua consumida, a ochenta kilómetros
El presidente del Consorci d’Aigües de Tarragona (CAT), Joan Alginet, ha sido el encargado de abrir el turno de conferencias de esta segunda y última sesión de las Jornades Tècniques.
Lo ha hecho declarando que el 80% del consumo de agua está a ochenta kilómetros, refiriéndose al río Ebre y reflexionando sobre las dificultades que eso implica.
En esta línea, ha indicado que «cada cuenca debe ser autosuficiente, es necesaria una nueva cultura del agua».
Relacionado con esto, y preguntado por la situación actual del área de Barcelona, ha recordado el pasado verano: «No escuché a nadie de Barcelona posicionarse a favor del sector arrocero».
«Respeto el posicionamiento de quien piense que lo que queda de la concesión del Ebre debe ir a Barcelona, pero no lo comparto porque en cada territorio hay una población, una economía, una diversidad», ha argumentado.
«La industria química es la gran aliada del Ebre»
Alginet ha recordado la historia del CAT, un consorcio creado en los años 70, con 405 kilómetros de red de distribución, 23 estaciones de bombeo y 45 depósitos reguladores.
En este sentido, el consumo ha ido in crescendo a causa del crecimiento del territorio y del aumento de consorciados.
Por otra parte, también ha planteado una hipótesis: «¿Qué pasaría si no existiera el CAT?». A partir de aquí, ha hablado sobre los posibles efectos y soluciones que podrían derivarse de esta situación.
También se ha referido al consumo que hace la industria del agua del Ebre: «Es la gran aliada», ha comentado, a causa del uso de agua regenerada, que permite utilizar menos concesión del río.
Alginet también ha querido destacar el trabajo del CAT a través del proyecto pionero de despliegue de fibra óptica a través de los 85 kilómetros de la tubería principal del Consorci, entre Campredó y Sant Pere i Sant Pau.
Un proyecto premiado por la multinacional Xylem con el Sustainability Excellence Award, que reconoce a los operadores que utilizan la tecnología de forma innovadora.
La reutilización del agua
El consejero delegado de Aigües Industrials de Tarragona (AITASA) –la empresa que abastece de agua a las industrias, especialmente a las químicas–, Marc Fargas, ha recordado las palabras que Francesc Mauri pronunció el pasado jueves: «Lo peor que podría pasarnos es que llueva», dijo.
Lo ha hecho para indicar que «desde AITASA ya se empezó a trabajar en la regeneración cuando había suficiente agua». En este sentido, ha anunciado una inversión de 40 millones de euros para aumentar la capacidad de agua regenerada que puede conseguir la industria.
De hecho, ha informado de que el 17,6% de agua que utiliza el sector ya es regenerada: unos seis hectómetros cúbicos (hm3) de los 34 que se consumen en total.
La voluntad es que este dato aumente y que, en 2024, sean 9hm3 (lo que supondría un 26,5% del total) y que en 2026 se llegue al 41%, que serían unos 14hm3.
«No puede ser que el agua que cae cuando nos lavamos las manos se pierda», ha señalado Fargas. Por eso, ha destacado la importancia de la colaboración público-privada y se ha referido a AITASA como «un ejemplo».
La nueva desalinizadora del Port
Los jefes del Port de Tarragona de la Divisió de Medi Ambient y de la de Instal·lacions, Cristina Miret y Dani Vera, han analizado la evolución y el impacto de la sequía en la APT.
«Tenemos una red de distribución contra incendios que es de las más grandes de Catalunya», ha señalado Vera, quien ha anunciado que el 75% del agua del Port se destina a terceros. En este sentido, el ente monitoriza la red para detectar posibles fugas.
Miret ha destacado la importancia de crear zonas verdes y de activar proyectos para aprovechar el agua existente: ha remarcado la construcción de un depósito de aguas pluviales de 5.000m3 y de la futura desalinizadora que se ubicará en el CAP Salou.
Una infraestructura que «tiene el objetivo de generar un trabajo conjunto entre Administración, industrias y Port», ha revelado Miret. Este equipamiento tendrá una producción de 50.000 m3 al día y un consumo de 4 kilovatios por hora (kWh), con un modelo híbrido.
La inversión prevista se sitúa entre los 75 y los 100 millones de euros. No obstante, desde la Autoritat Portuària de Tarragona se asegura que en estos momentos no hay calendarios, ni compromisos económicos.