Joan XXIII, este año arrancan las obras que debían estar listas desde 2021
Salen a licitación, por 250 millones de euros, los trabajos del edificio principal. Está previsto, si se cumplen los plazos, que acaben en 2028
Este 2024 se cumplirán 57 años desde la inauguración del Hospital Universitari Joan XXIII. Desde entonces el centro sanitario, el de referencia de la provincia de Tarragona, ha ido sumando ampliaciones pero hace ya décadas que se reclama un nuevo edificio.
Si se hace caso de la hemeroteca, Tarragona debería estar disfrutando del nuevo hospital desde el 2021; hace ya tres años. Ayer, no obstante, el equipamiento, por fin, tuvo un impulso definitivo: salieron a licitación las obras para construir el nuevo edificio principal con un presupuesto de 249.369.000€ (con IVA). Si se cumplen, ahora sí, los plazos las obras deberían comenzar a finales de este año y estar acabadas en 2028.
Camino espinoso
Corría octubre de 2016, el entonces conceller de Salut, Antoni Comín, anunciaba una inversión de 48 millones de euros «para un nuevo hospital en Tarragona, que debe sustituir al obsoleto centro sanitario Joan XXIII». Las previsiones de Salut eran convocar un concurso de ideas en 2017 y licitar las obras ese mismo año con el objetivo de que estuviera operativo en 2021.
El camino desde entonces ha estado lleno de contratiempos y no pocos enfrentamientos entre responsables de distintos colores políticos. En diciembre de ese mismo 2016 el entonces alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros denunciaba en rueda de prensa que el proyecto no estaba contemplado en los presupuestos de la Generalitat.
En 2017 fue la situación generada por la declaración de Independencia y la intervención de las cuentas de la Generalitat por la aplicación del artículo 155 la que marcó la paralización del proyecto. No sería hasta 2018 cuando se abriría el concurso de ideas. El conseller de entonces, Josep Maria Argimon (le precedió Alba Vergès) ajustó de nuevo los plazos. Dijo que las obras debían estar acabadas en 2023.
La realidad es que hasta ahora lo único que está listo de todo lo proyectado es la primera fase: el edificio puente que deberá unir el actual hospital con el nuevo. El edificio puente entrará en funcionamiento a mediados de este año. Cuando esto suceda la planta baja acogerá la sala de espera de Urgencias, el triaje y el control de seguridad. Las dos plantas superiores se acabarán cuando entre en funcionamiento el edificio nuevo.
Lo que viene: el CORE
La segunda fase de las obras será la construcción del edificio que albergará el corazón del nuevo complejo sanitario. Esta parte, la más grande del proyecto tampoco ha estado exenta de dudas hasta hace poco en vista de que no se aprobaron los presupuestos de la Generalitat y de la convocatoria de elecciones.
El nuevo edificio principal tendrá 75.8333 m2 de superficie y contará con dos niveles soterrados, planta baja y nueve plantas de alto. Se tratará de un edificio compacto donde se ubicarán los servicios asistenciales y un volumen superior destinado a hospitalización. El edificio se articula a través de un hall lineal donde confluyen los accesos. Al este se ubican los servicios ambulatorios y al oeste el CORE, donde se desarrolla la actividad de alta tecnología.
Las obras incluyen la excavación arqueológica para localizar, si los hubiera, restos arqueológicos y la urbanización del entorno. En este sentido tal vez lo más llamativo será la construcción de la rambla/eje de viandantes, un gran vestíbulo cubierto que va desde la calle Mallafré a la calle Guillem Oliver. La superficie total urbanizada es de 19.214m2.
Según consta en el proyecto de las instalaciones, el nuevo edificio contará con un área de hospitalización para 252 pacientes, bloque quirúrgico con 14 quirófanos y el 70 del hospital de día con 58 puntos de atención, medicina nuclear con 20 salas de radiodiagnóstico, gabinetes, intervencionismo, admisiones, almacén general, mortuorio, despachos médicos y salas de trabajo entre otros.
Terraza verde
En la licitación se valorará el hecho de reducir, al máximo posible, el impacto ambiental y garantizar la sostenibilidad y la eficiencia energética. Una de las peculiaridades del nuevo edificio son las grandes zonas ajardinadas. De hecho a la planta a ras de suelo hay una especie de jardín. Hay además, otra terraza verde en el nivel superior pensada para que los pacientes ingresados puedan salir al aire libre si su condición lo permite.
Se intentará, además, que pueda utilizarse ventilación natural, uno de los aspectos más tenidos en cuenta después de la epidemia de Covid.
Consultados respecto a si las obras que comenzarán a finales de año comportarán interrupción en la actividad asistencial, fuentes del Institut Català de la Salut, gestor del hospital, señalan que no debería haber cambios puesto que la construcción del nuevo edificio es independiente del actual.
La gerente de la Regió Sanitaria del Camp de Tarragona, Inma Grau, aseguraba que el proyecto sigue su hoja de ruta «y lo hace con la complicidad de usuarios y profesionales sin parar ni alterar la actividad en ningún momento».