El infierno de dos trabajadoras de Tarragona para tramitar la baja: «Me dieron el alta cuando aún iba en muletas»
Dos personas ofrecen al ‘Diari’ sus testimonios y denuncian sus situaciones en relación con su incapacidad temporal
El récord de bajas laborales que se ha registrado en la demarcación de Tarragona a lo largo del último año llega a todos los rincones. El ‘Diari’ ha podido contactar con dos trabajadoras de Tarragona que denuncian situaciones irregulares en sus procesos de incapacidad temporal.
Son denuncias que hace años que se arrastran. De hecho, en 2026 se creó la Plataforma d’Afectades per l’Institut Català d’Avaluacions Mèdiques (ICAM) i l’Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).
Uno de los testimonios con los que ha contactado este rotativo narra que pidió la baja en 2020 por problemas de salud mental: «Había pasado años ocultando mi vida y sin coger la baja porque me sentía culpable, pero no pude más». «La gente que te atiende no llega a entenderte: hubo un médico que ni me miró a la cara», añade.
Hace dos años, mientras se encontraba en uno de los procesos de baja que acostumbraba a tener, le llegó una carta sin certificar a su buzón: «Era del ICAM y decía que tenía que haber empezado a trabajar el día anterior, cuando ellos no me habían visitado y cuando existían informes tanto de mi psiquiatra como de mi médico de cabecera que decían que no estaba en condiciones de volver a trabajar». Una alta que fue impugnada. Posteriormente, solicitó la incapacidad permanente, que le fue denegada.
En la actualidad, se encuentra sin trabajo –ya que la empresa la despidió por ineptitud sobrevenida fruto de su situación–, pendiente de un juicio que resuelva su solicitud. Insiste en «que se visibilicen los problemas de salud mental y las consecuencias que puede tener, especialmente para las familias más desfavorecidas».
El caso de Saida Hayek es similar, pero diferente: ella sufrió una caída en el trabajo el pasado mes de febrero del año 2022: «Me fui a la mutua; me trataron un mes y medio y me dieron el alta». Alta que fue reclamada y, en consecuencia, se le reconoció el accidente laboral y volvió a la mutua: «Volvieron a darme la baja durante casi un año, pero siguieron sin operarme».
Como se superaron los 365 días de baja, fue la Seguridad Social la que pasó a llevar el seguimiento. Al final, se operó en febrero de este año e inició el respectivo proceso de rehabilitación. «Me llegó una carta hace unas semanas conforme se me daba el alta sin visita y todavía estando en rehabilitación; fui a la Seguridad Social a buscarla y la persona que me vio flipó cuando me vio llegar con la muleta». Su caso está también en un proceso judicial.