Jordi Hereu: «Sin electrificación no habría transición energética»

El ministro defiende el modelo industrial de cero emisiones y considera las líneas de Muy Alta Tensión un medio necesario para lograrlo

El Ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu (Barcelona, 1965) ha estado esta semana en Tarragona donde se ha reunido con representantes institucionales y del sector industrial. El también exalcalde de Barcelona promete grandes inversiones para el territorio, analiza la transición energética y repasa la actualidad política.

Industria y turismo mueven la economía de Tarragona. Y usted es ministro de Industria y Turismo... ¿Qué podemos esperar de usted?

Hace pocos días estaba en Barcelona, en el Mobile World Congress, pero la de Tarragona es la primera visita que hago en Catalunya desde el punto de vista de ministro. Porque el Camp de Tarragona es el otro gran polo estratégico de la economía catalana en cuanto a densidad industrial y turística. Y tiene sentido que yo como ministro –y es mi vocación– venga a escuchar, a explicar y a compartir. Creo que la reunión que acabamos de tener con los alcaldes y alcaldesas expresa una enorme inteligencia colectiva.

¿A qué se refiere?

Hay un polígono de más de 30 empresas, todas punteras, que han sido capaces de generar una comunidad empresarial, un ecosistema inteligente en sí mismo. Y todo ello al lado de alcaldes y alcaldesas que lideran sus municipios, pero que también hacen un gran esfuerzo para aplicar una visión de territorio.

Visión metropolitana a nivel empresarial y político.

Exactamente. Y desde este punto de vista debo decir que siempre he creído que Tarragona es uno de los grandes ejemplos de convivencia y de visión conjunta de lo que es la industria, con proyectos urbanos que tendrán cada vez una mayor visión metropolitana, y el turismo. Me parece un gran ejemplo, y quiero contribuir desde el Ministerio con diálogo y con trabajo a impulsar y reforzar este gran polo de actividad.

¿Esto significa que apostará por Tarragona?

Nuestra estrategia es el impulso a la industria y el fomento de la reindustrialización. Por muchas razones: estrategia europea, discurso en pandemia, la nueva geopolítica, la necesidad de ganar autonomía estratégica... Y cuando uno tiene industria, sabe que tiene un sector más resiliente, con salarios más altos, con más estabilidad laboral, con más innovación y más exportación. Por todas estas razones es obvio que nos interesa esta zona.

Ahí encajamos.

Uno llega a Tarragona y se encuentra el polígono petroquímico más importante del sur de Europa y este es uno de los escenarios más estratégicos porque la industria química es el 14% del PIB industrial. Ahora, por ejemplo, en el polígono petroquímico se están generando proyectos que tienen que ver con las grandes prioridades que tenemos como Ministerio.

Como la descarbonización.

Descarbonización, circularidad, transición energética... Nosotros estamos en una estrategia general con la que tenemos que reindustrializarlo todo, transformando la industria, en el vector digital y de transición energética. Estamos en un momento de política industrial activa.

¿Activa?

Cuando nosotros lancemos los PERTES para el vehículo eléctrico, tiene efectos sobre Tarragona. Cuando desarrollamos el de la descarbonización, tiene efectos sobre Tarragona. Y el agroalimentario. Y cuando tenemos políticas para ayudar a la industria gasointensiva o electrointensiva, también. En los últimos años, hemos dado ayudas de más de 160 millones a la industria de Tarragona. En el turístico son 55 millones en los últimos tres años. Y están también los fondos europeos.

Los Next Generation.

Para la transformación industrial. Por tanto, un espacio tan industrial como este, es normal que haya recibido este apoyo.

Descarbonización, hidrógeno verde... ¿Realmente ve posible avanzar hacia una industria de cero emisiones?

Es un compromiso de Europa, de España, de Catalunya, pero también de las ciudades y de la industria. En la lucha contra el cambio climático derivada del pacto de París en 2015, hay un principio que era la alianza. Es decir, todos tenemos que avanzar: instituciones públicas a todos los niveles, y la industria. Veo a la industria totalmente comprometida con la neutralidad climática, con la descarbonización y con la circularidad.

¿Cómo encajan aquí las nucleares y su etapa final?

Una de las reflexiones que hemos compartido con alcaldes, alcaldesas y la industria es la siguiente: uno de los grandes vectores de la transición energética es la electrificación.

Hay muchos matices en la electrificación.

El consumo en este complejo, en el Camp de Tarragona, se multiplicará por cuatro. Eso desde el punto de vista de la demanda. Y la reflexión que tenemos que hacer como país es, ¿y cuál será la oferta? Lo que está claro es que sin electrificación no hay transición energética. Si hay una fuente que dentro de unos años ya sabemos que se acaba, tenemos que trabajar en las alternativas.

La línea de Muy Alta Tensión está proyectada en nuestras comarcas.

Lo digo con mucha claridad. Tanto los recursos energéticos como el agua son recursos sobre los cuales la sociedad, pero especialmente las administraciones, tenemos que liderar el aprovisionamiento adecuado. Es una cuestión de país. La ecuación tiene que salir correcta. Si hacemos una transición que se basa en electrificación, necesitamos las infraestructuras para proveer. Porque la alternativa cuál es, ¿no tener las fuentes de energía para impulsar este proyecto?

¿Y puede encajar con el modelo sostenible que comentaba antes?

Insisto que sin electrificación no habría transición energética, y necesitamos las infraestructuras para proveerla.

Ve en la MAT un medio necesario.

Es que tenemos que ser coherentes. También necesitamos infraestructuras de suministro de agua.

Agua, otro gran tema de actualidad y que preocupa.

Por eso. Los países tienen que dotarse de estrategias que nos llevan a la dotación de las infraestructuras que necesitan.

Vuelvo a las nucleares. Los municipios que conviven ahora con la industria nuclear están preocupados por su futuro. ¿El Ministerio piensa en ellos?

Tenemos que trabajar para aquello que denominamos la transición justa: la transición energética, la transición ecológica, no puede desentenderse del desarrollo de los territorios, de generar puestos de trabajo alternativos. Nosotros lo que tenemos que hacer es, si hemos decidido colectivamente que ciertas energías ya no serán las del futuro, trabajar con una gran industria alternativa de las energías emergentes. Y renovables. En toda Europa, España y Catalunya tenemos la gran ocasión de que aparecen las industrias de las nuevas energías. Y creo que esto, en territorios donde ha habido una tradición en ese ámbito, ahora hay que trabajar para poder generar industria de las energías renovables.

Transición justa, decía.

Quiere decir que hacemos la transición energética, pero que no dejamos territorios ni gente atrás. Y eso significa planificar con tiempo las alternativas.

Aquí, especialmente tras el accidente de hace unos años, preocupa también la seguridad en la química. Se ha instaurado un sistema de alertas vía SMS, sirenas... ¿Cree que hay margen de mejora?

Creo que conjuntamente, polígonos, todos los entornos urbanos de las ciudades, el departamento de industria de la Generalitat y todos los implicados han trabajado bien en los últimos años. Hay buenos planes. Lo que nos toca a los poderes públicos es velar para que estos planes estén bien establecidos y tengan la planificación de la prevención y de la reacción cuando ocurre algo. La seguridad, hoy, ya no es algo discutible y es un tema incorporado por todos. Y yo tengo una valoración positiva.

Usted siempre habla de la quinta revolución industrial con un eje claro basado en la inteligencia artificial y los desafíos que supone tanto en la industria como en el turismo. ¿Puede bajar un poco al detalle?

Hemos vivido varias oleadas que nos han ido transformando la industria. Estamos asentados en la digitalización de la industria, que es un fenómeno evidente. Por ejemplo la producción y distribución de la electricidad con redes inteligentes gracias a la digitalización, es una nueva realidad. Pero ahora emerge la inteligencia artificial, que representa una capacidad enorme de gestión de datos que nos permite automatizar muchos procesos donde antes había la implicación humana. Ahora todo se monitoriza y esto afecta a los procesos productivos. Implica un aumento de la productividad muy grande, y no solo de la industria, sino que por primera vez también se produce en el ámbito de los servicios.

La otra revolución.

Y eso, que ha sido uno de los grandes ejes del Mobile World Congress, ha sido el tema. La sociedad y desde la política colectiva, tenemos que saber gobernar este proceso. Lo que tenemos que hacer es que la inteligencia artificial nos ayude a mejorar las condiciones de vida. Los beneficios que nos puede reportar son inmensos. Ahora bien, hay que vigilar que esto no afecte a la redistribución de la prosperidad, que no deje a gente al margen del mercado laboral y es un proceso que estamos justo empezado.

Usted es catalán, ministro del PSC... Valore la propuesta de Ley de Amnistía.

Como gobierno tenemos tres grandes principios: ocupación –que quiere decir desarrollo económico–, ampliación de derechos y convivencia. Y estamos absolutamente comprometidos con los tres. Para la convivencia, la Ley de Amnistía, que significa pasar página, hallar los mecanismos de reencontrarse, es fundamental.

Una vía necesaria.

Absolutamente. Y tengo que decir que a pesar de todo el ruido del día a día, es algo que vamos a buscar y a perseguir. Gente que pensamos muy distinto tenemos que tener la capacidad de acordar. Es obvio que la apoyo y me honra formar parte de un gobierno que defiende este principio en toda España. Y estamos muy comprometidos.

La actualidad de la semana pasa por la corrupción y por el caso Koldo. ¿Qué tiene que decir como miembro del Gobierno?

Creo que cualquier indicio de corrupción es algo que daña mucho la democracia porque lamina la confianza. Lo importante es la respuesta ante el fenómeno, con plena confianza en la justicia y una actitud de expresar claramente que para nosotros esto no tiene espacio. Eso es lo que diferencia la reacción que tenemos como partido y como Gobierno respecto a cómo lo han tratado otros partidos. Nosotros tomamos decisiones y pedimos responsabilidad política cuando esto pasa, e incluso ni que judicialmente algo le afecte directamente hemos pedido responsabilidad porque la política también tiene que ser ejemplar. En nosotros no hay cabida para la corrupción. Trabajamos en colaborar con la justicia.

Llevamos años pendientes de Hard Rock. Tiene defensores y detractores. ¿Cree que lo veremos algún día?

Tarragona tiene muchos valores que la hacen atractiva. Yo creo que en este mix, un proyecto como Hard Rock es positivo. Es positivo si no pensamos que lo vertebra todo. Yo creo en la diversificación del modelo. Es decir, tampoco hace falta exagerarlo, porque parece que todo se vertebra a su alrededor, y no es así. Se trata de sumar una pieza más que tiene encaje y que forma parte de una mezcla muy interesante.

Siempre habla de un turismo más sostenible. ¿Encajan aquí los cruceros?

Los cruceros, bien regulados, son una fuente más. Nosotros trabajamos en ejes como desestacionalizar y desconcentrar. Hace falta una propuesta todo el año que genere prosperidad. El turismo es una fuente magnífica y los cruceros en Tarragona, bienvenidos sean. Que turismo y residente tengan una buena relación y por ello nos interesa repartir prosperidad. También tengo que decir que el turismo necesita explicarse mucho mejor.

¿Por qué lo dice?

Los efectos sociales, laborales, culturales y económicos del turismo tienen que explicarse más y necesitamos hacer pedagogía. También tenemos que construir la oferta que queremos, escoger el modelo y gobernarlo. Y trabajar para generar mejores productos y que nos permitan diversificar.

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