Los paradistas: «En Tarragona pagamos 1.800 euros; en Reus, 300»
Los expositores de la Fira de Nadal piden una bajada de precio de cara al año que viene
La llegada de la Navidad es sinónimo de una Rambla Nova llena de paradas, con tions, figuras de pesebre y cualquier tipo de artesanía. Las Fires son un habitual durante estas fechas, tanto en Tarragona como en el resto de ciudades. Pese a la intensa actividad que se registra durante el puente de la Purísima, los paradistas de Tarragona no acaban de estar satisfechos. De hecho, el colectivo pide al Ayuntamiento y a la Empresa de Mercats –organismo que gestiona estas ferias– una rebaja de los costes. Aseguran no poder hacer frente a la situación. «Este es la feria más cara de todas las que vamos», explica Griselda, miembro de la junta de la Associació Tarragonina d’Expositors d’Artesania (ATEA). La subida de los precios de la energía ha obligado a incrementar la tasa de los paradistas, lo que ha acabado de hundirlos.
Para algunos, la situación es tan compleja que, tras muchos años montando parada en la Fira de Nadal de Tarragona, este año han decidido trasladarse a la de Reus. Es el caso de Agustí. «A parte de la subida de precios, el funcionamiento de esta feria tampoco me gusta. El Ayuntamiento no apuesta por ella. Parece que nos estén haciendo un favor», explica Agustí, quien añade que «para que se hagan una idea, en Tarragona, pagamos 1.800 euros para montar la parada, además de 80 euros para disponer de una plaza de parking. En Reus, en cambio, son 300 euros y el aparcamiento en El Carrilet es gratis». Agustí asegura que ha aguantado mucho tiempo por el bien de la ciudad, «pero también debo mirar por mí». Este paradista ha dejado la Fira de Nadal, pero sigue manteniendo un puesto en la de Artesania.
Este año, la Fira de Nadal cuenta con ocho paradas, dos menos que el año pasado. «Tenemos la sensación que el precio para montar va subiendo año tras año», explica la familia Gabarre, quien hace más de 30 años que participa en el acontecimiento. «Llevamos dos semanas de feria y todavía no hemos vendido lo suficiente como para hacer frente a los gastos», añade el propietario, quien asegura que «montamos porqué es tradición familiar, no por lo que ganamos».
Por otro lado Joan Bartolomé, el único paradista que vende figuras del pesebre en la Fira de Nadal, nos explica que tiene miedo a que acabe desapareciendo la feria. «Si fuera más barato, quizás montaría parada más gente», dice. Bartolomé paga 1.800 euros por una caseta de madera de seis metros cuadrados.
Finalmente, otra paradista, Montse Estivill, pide reunirse con el Ayuntamiento y con la Empresa de Mercats «para contarles que no somos empresas, solo somos familias». Estivill pide una subvención de cara el año que viene.
La empresa de Mercats dice que «entendemos que actualmente hay más competencia y es más costoso montar tantos días. Además este año cabe añadir la subida del coste de la energía. Obviamente la participación siempre ha sido voluntaria». Apunta que tan solo son «meros productores de la feria en función de las necesidades de los paradistas».