El yacimiento de la Boella, clave para entender las primeras ocupaciones humanas en Europa

Los trabajos de excavación en La Canonja dirigidos por el IPHES-CERCA ponen al descubierto herramientas de piedra y animales de 1 millón de años de antigüedad

Los trabajos de excavación arqueopaleontológica en el yacimiento del Barranc de la Boella (ubicado en el municipio de La Canonja), dirigidos por la Dra. Palmira Saladié y el Dr. Josep Vallverdú, investigadores del IPHES-CERCA y profesores de la Universitat Rovira i Virgili (URV) han permitido documentar nuevos restos de ocupación humana de 1 millón de años de antigüedad, correspondientes a gran cantidad de herramientas de piedra de gran y pequeño formato y restos fósiles de grandes herbívoros.

Este conjunto de restos permiten al equipo investigador entender precisamente cómo estos homininos tan arcaicos se adaptaron a este entorno y cómo aprovecharon los recursos animales de que disponían. La campaña, que finalizará el próximo sábado 30 de septiembre, se ha concentrado en dos sectores del Barranc de la Boella. Por un lado, se ha llevado a cabo la excavación en extensión del nivel 2 del sector llamado “Cala 1” y, por otro, se ha trabajado en el sector “La Mina”, ambos con una cronología cercana al millón de años.

En el caso de la Cala 1, donde durante las campañas anteriores se han recuperado restos de un mamut despellejado por los humanos del pleistoceno inferior, los trabajos de excavación han permitido recuperar gran cantidad de restos faunísticos, entre los cuales varios dientes de hipopótamo. La presencia de este tipo de animal en el yacimiento, indica a los investigadores que éste era un lugar muy rico en agua.

Según, el Dr. Josep Vallverdú, investigador del IPHES-CERCA considera que ”desde el punto de vista paleogeográfico el Barranc de la Boella es una gran rambla que cortaría los antiguos depósitos de terraza del río Francolí y que en este punto desembocaría en las marismas del río Francolí entre los 800.000 y un millón de años”.

En este sentido, la Dra. Palmira Saladié, investigadora del IPHES-CERCA comenta que “el paisaje del Barranc de la Boella de hace un millón de años era muy diferente al actual. Deberíamos imaginarlo como un paisaje abierto, muy parecido a la sabana africana, pero con muchísima agua”. «Esta presencia de agua habría facilitado la presencia de gran cantidad de restos herbívoros, lo que habría sido muy atractivo tanto por los carnívoros como las hienas, los dientes de sable, los leones como, evidentemente, por los homínidos», continúa.

Esta presencia antrópica en el Barranc de la Boella queda documentada también en el sector de La Mina. Gracias a los trabajos de excavación en extensión del nivel 2 se han recuperado gran cantidad de herramientas de piedra que habrían sido utilizadas por los homininos para actividades cinegéticas diversas, especialmente por el procesamiento de las carcasas animales. «Algunos de estos grandes herbívoros presentes en este entorno, habrían quedado atrapados en los fangos de estos marismas, sin poder salir, lo que sería aprovechado por los homininos para la obtención de la carne» continúa Saladié.

Desde el punto de vista tecnológico, este tipo de herramientas de piedra aporta una información muy relevante sobre la cultura material de estos homininos de hace 1 millón de años. Y es que contrariamente a lo que se tenía previsto, se trata de un tipo de herramientas muy avanzadas a su tiempo. De hecho, en un artículo reciente publicado en la revista internacional Frontiers in Earth Science y liderado por el Dr. Andreu Ollé, investigador del IPHES-CERCA y miembro del equipo de investigación del Barranc de la Boella, se describe ampliamente este tipo de tecnología recuperada en el yacimiento y se llega a conclusión de que se trata de “la primera aparición de la tecnología achelense en Europa”.

Este hecho es muy relevante ya que, según Ollé, “se trata de un conjunto tecnológico único en el registro arqueológico europeo y que lo diferencia claramente del resto de yacimientos achelenses conocidos en nuestro continente, la mayoría de los cuales tienen poco más de 500.000 años”. En este sentido, “esta tecnología de los homininos del Barranc de la Boella apoya la hipótesis que podría tratarse de una dispersión fuera de África

hasta ahora muy poco documentada en el registro arqueopaleontológico, la cual se habría iniciado en las puertas de Eurasia y se habría ido desplazando por el norte del mar mediterráneo hasta llegar a nuestras tierras alrededor de 1 millón de años”, concluye.

Financiación

Los trabajos de excavación se llevan a cabo con estrecha colaboración con el Departamento de Paleobiología del Museo de Ciencias Naturales de Madrid y cuentan con la participación de unas 40 personas, de las cuales 15 son investigadores/as del IPHES-CERCA. Además, hay estudiantes de grado y máster de diferentes universidades catalanas y españolas (Universitat Rovira i Virgili, Universitat Oberta de Catalunya, Universidad Complutense de Madrid y Universidad de Burgos).

La intervención en el yacimiento del Barranc de la Boella se enmarca en el proyecto cuatrienal “Evolució del paleoambiental i poblament prehistòric a les conques dels rius Francolí, Gaià, Siurana i rieres del Camp de Tarragona” aprobado por el Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya que a su vez ha financiado la campaña (CLT009/18/00053) junto con el ayuntamiento de La Canonja.