«El único futuro de la pesca de arrastre es desaparecer»

Los barcos salieron al mar después de mes y medio de veda. El recorte de los días de pesca está dejando sin perspectiva al grupo más numeroso de embarcaciones de la flota de Tarragona

Hacia las cuatro de la tarde el barco de Antonio Sanz es el primero en llegar al puerto de El Serrallo. Había comenzado a trabajar a las cinco y cuarto de la madrugada. Ayer era el primer día de pesca después de mes y medio de veda y, aunque la jornada ha ido razonablemente bien, cuando a Sanz se le pregunta por el futuro el pesimismo es la respuesta. La normativa europea que está recortando los días de pesca está abocando a este tipo de embarcaciones a desaparecer.

En su caso, además del mes y medio de veda que han hecho ahora, deberán respetar otro mes y medio antes de que acabe el año a los que habrá que sumar una serie de días todavía por determinar. El cálculo depende de los metros de eslora de cada barco y de los días que salga a faenar la flota en su conjunto. (La legislación europea marca que en 2025 los días de pesca deberán reducirse un 40% respecto a 2019).

En su barca solo salen a pescar él y su hermano. No habría dinero para contratar a otra persona «pero tampoco se encuentran trabajadores». Tienen hijos, pero ninguno quiere dedicarse al mar. Dice que hay que administrarse muy bien para «trabajar por menos de nueve meses y tener para vivir doce» porque los gastos fijos siguen aunque no se salga a pescar. «Y las ayudas que recibimos cuando paramos llegan muchos meses después».

La mayor parte de la flota

Las barcas de arrastre son las más numerosas en la flota de la Confraria de Pescadors de Tarragona. Según los datos del Institut Català de Recerca per a la Governança de la Mar, el año pasado había en la ciudad 24 barcas (este año son 23 porque se ha vendido una) del total de 36 embarcaciones que hay en la ciudad. Hay, además, 5 de encerclament, 5 de arts menors y dos de palangre de superficie.

De hecho la demarcación de Tarragona, con 97 barcas de arrastre, tiene casi la mitad de las 205 que hay en toda Catalunya. La flota más numerosa está en La Ràpita, donde hay 38 de barcas estas características, seguida de la ciudad de Tarragona.

El arrastre, además, es el arte de pesca que mueve más dinero en la Llotja de Tarragona: el 60,6% de los ingresos

Aunque no es el arte con que se captura más peces. En ese aspecto son las barcas de encerclament las que más volumen pescan: 1.350 toneladas el año pasado frente a las 729 toneladas del arrastre. Con todo, el volumen de lo que se pescó con arrastre, pese a las restricciones, creció un 16,7% el año pasado.

En el caso de la Llotja de Tarragona hay que aclarar, eso sí, que no solo contabilizan las embarcaciones de Tarragona sino también las de Torredembarra que subastan en El Serrallo.

El futuro depende de Europa

La pesca de arrastre es un método que se hace arrastrando una red de pesca a través del fondo del mar, lo que ha impulsado distintas restricciones con intención reducir el impacto que provoca en el medio ambiente marino.

El último episodio se vivió el pasado mes de febrero. La Comisión Europea instó a los Estados miembro a prohibir la pesca de arrastre en al menos el 20% de las aguas marinas de cada país para 2030. Dichas zonas protegidas debían estar definidas en marzo de 2024. En mayo El Parlamento Europeo mostró su rechazo al plan, por falta de base científica y por discriminar al sector pesquero.

Aunque el anunció de la Comisión Europea quedó diluido, es una muestra más de la tendencia creciente a limitar el uso de estas artes por motivos medioambientales.

En El Serrallo un grupo de jóvenes con cámaras y micrófonos registra con entusiasmo la llegada de las barcas y la posterior subasta en la lonja. Pertenecen a la Casa d’Oficis de Creació de continguts audiovisuals i gestió de xarxes de Tarragona Impulsa. Serán los encargados de la próxima campaña sobre el pescado de Tarragona.

Un pescador jubilado mira con nostalgia a los chicos. Cree que a los pescadores se les ha demonizado. Pone el ejemplo de las botellas de plástico que abundan en el mar y que tanto preocupan. «Todos dicen que está mal, pero nadie prohibe que se fabriquen» señala. «En cambio en el caso de la pesca lo fácil es decirnos que no trabajemos». Apunta, además, que las barcas colaboran llevando a puerto toda la basura que recogen cuando salen a la mar. No obstante, está seguro de que estamos viendo el fin de una era: «El futuro de la pesca de arrastre no existe, el futuro del arrastre es desaparecer».

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