El sentimiento y la emoción se apodera de todos los rocieros de Tarragona

A primera hora de la tarde, los participantes, acompañados de una veintena de caballos y una decena de carros, se concentraron en la Plaça Bisbe Bonet del Serrallo

«Que este romero os acompañe en vuestro camino y que siempre que alguien se acerque a vosotros encuentre el buen olor en vuestras amables obras». Con estas palabras llenas de sentimiento se daba el pistoletazo de salida a la Romería del Rocío del Loreto de este año. Una vez más, ayer fue el momento de sacar del armario los trajes de flamenca, los mantones y las peinetas. Y es que la Romería es, para los andaluces que residen en Tarragona, una manera de acercarse a su tierra y a sus raíces. A primera hora de la tarde, los participantes, acompañados de una veintena de caballos y una decena de carros, se concentraron en la Plaça Bisbe Bonet del Serrallo. Después de la salve, todos ellos emprendieron el camino hacia el santuario del Loreto, capitaneados por la Virgen del Rocío y el Simpecado. Desde hace tres años, son dos los caballos que trasladan la virgen hasta el santuario. Antes, lo hacía dos bueyes. Para muchos rocieros, este fin de semana es sinónimo de familia. Se lo inculcaron sus padres y ahora son ellos los que contagian la tradición a sus hijos e hijas. Aunque les esperan unos días muy intensos, todos aseguran que vale la pena y que en «Andalucía y Tarragona el sentimiento es el mismo».