El promotor de las 330 viviendas paralizadas en Tarragona no renuncia a edificar, pese a los restos arqueológicos

InmoCaixa, propietaria de los terrenos en la Avinguda d’Andorra, estudia alternativas que respeten el yacimiento

El hallazgo de restos arqueológicos de «interés» en un solar de la Avinguda d’Andorra ha supuesto una nueva piedra en el zapato de un plan que empezó a caminar hace casi tres décadas. No obstante, los propietarios de los terrenos aseguran que la intención es «seguir adelante» con el proyecto, que prevé la construcción de más de 330 viviendas en esta entrada de la ciudad, desde la carretera de Valls.

InmoCaixa, que como principal propietario de los terrenos ejerce como promotor, explica que en estos momentos se está «estudiando una alternativa que sea razonable, para retomar el desarrollo del sector». Este proceso se está haciendo de forma conjunta con los técnicos de Urbanisme del Ayuntamiento de Tarragona, que en paralelo están hablando con Patrimoni de la Generalitat para desencallar una solución que permita seguir adelante con esta inversión.

Las conversaciones se están manteniendo teniendo en cuenta que todavía falta «una segunda fase de excavaciones». En base a estas, la administración catalana podrá determinar «la importancia de los restos», aseguran fuentes municipales. No obstante, estos trabajos todavía no han podido iniciarse ya que hay una zona de ‘barracas’ ocupadas, que tendrán que desahuciarse antes de poder continuar con los estudios.

Las conversaciones son a diferentes niveles y la última palabra la tendrá la Comissió de Patrimoni Cultural de la Generalitat, que será quien tendrá que decidir cómo tienen que conservarse los vestigios. En base a esto podrá determinarse en qué momento tienen que volver a ponerse los contadores a cero y si tan solo tendrá que rehacerse el proyecto de urbanización, o tendrá que retrocederse más en la tramitación de este sector, que en su conjunto afecta a una superficie de 62.500 metros cuadrados.

«Todo abierto»

Los promotores afirman que a día de hoy «está todo abierto», ya que todavía no saben si tendrá que modificarse sustancialmente el proyecto que estaba a punto de empezar a construirse o podrá solventarse con algunos pequeños cambios. De momento lo que está claro es que tendrá que replantearse cómo se disponen los distintos elementos, ya que los yacimientos que se han localizado tienen que quedar en una zona libre de edificación o vialidad, y precisamente el proyecto urbanizativo situaba un cruce de calles en la parte en la que se ha localizado una de las estructuras.

Las excavaciones arqueológicas que se hicieron el pasado mes de octubre sacaron a la luz una parte de una construcción romana, que corresponderían a una vivienda suburbana o a un mausoleo. También se localizaron restos de silos y posibles entierros, propios de los suburbios de la ciudad.

El Ayuntamiento de Tarragona ha reiterado en varias ocasiones el interés de que la construcción de este espacio siguiera adelante, teniendo en cuenta que ocupa una ubicación estratégica entre la zona centro y el barrio de Sant Pere i Sant Pau. De hecho, la urbanización de estos terrenos debe permitir mejorar los accesos al barrio, una zona muy transitada que ahora es un descampado de coches, en la que aparca mucha gente que viene a trabajar a Tarragona. Por este motivo, una de las propuestas que se introdujo a nivel municipal es la habilitación de un aparcamiento disuasorio con una capacidad para 180 vehículos en estos terrenos.

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