El prior de la Sang presenta su renuncia ante el Arzobispado de Tarragona
La marcha de Pérez de Mendiguren se suma a la dimisión de otra parte de la junta, el pasado mes de noviembre
Nuevo capítulo en el culebrón de la Sang. Ahora, el prior de la congregación, Antoni Pérez de Mendiguren, ha presentado su renuncia al cargo ante el Arzobispado de Tarragona. El eclesiástico se encargaba de todo aquello relacionado con las celebraciones religiosas de la entidad, como las misas o los viacrucis. La renuncia de Pérez de Mendiguren se suma a la dimisión de buena parte de la junta de la Sang, el pasado mes de noviembre, por desavenencias con el prefecto de la congregación, mosén Josep Queraltó. Todo este revuelo se organiza a pocas semanas de convocarse las elecciones.
Pérez de Mendiguren ejercía las funciones de conciliario de la Sang y era la mano derecha de mosén Josep Queraltó, máximo responsable de la congregación. La Sang es la única entidad de la Setmana Santa tarraconense que cuenta con la figura de prior. En el resto de congregaciones, el representante eclesiástico se denomina conciliario.
Los rumores apuntan a que Pérez de Mendiguren habría tomado la decisión de dejar el cargo tras una discusión con mosén Queraltó. Sin embargo, el propio protagonista de la historia lo desmiente y asegura que el motivo tendría que ver con que tiene mucho trabajo.
Cabe recordar que el pasado mes de noviembre, buena parte de la junta –incluso el subprefecto de ese momento, que era Rafa Pintado– dimitió tras conocer que mosén Queraltó había cambiado de nombre la propiedad de la iglesia de Natzaret y de la Casa de la Sang, haciendo también copropietarias a las señoras de la Soledat. Lo que realmente molestó a los seglares fue que, siempre según su versión, mosén Queraltó no les informara de sus intenciones y llevara a cabo el trámite «de escondidas» del resto de la junta.
La bola se hizo tan grande que incluso un congregante, Josep Maria Fortuny –que también fue subprefecto hace años– decidió llevar el tema ante la justicia, presentando una demanda contra la Sang y la Soledat.
Con todo ello, la congregación quedaba tocada cuando solo faltaban cuatro meses para la procesión del Viernes Santo. Pese a la polémica, mosén Queraltó seguía al frente de la entidad, con el congregante Ramon Mullerat como subprefecto. La nueva junta provisional que se formó en ese momento tiró adelante, hasta el día después de la procesión, cuando dimitieron tres miembros más. Entraron en el núcleo duro solo para ayudar en la organización de la procesión.
Por su parte, el Arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, no reaccionó hasta pasada la Setmana Santa, cuando a través de un comunicado, aseguraba que no intervendría en el conflicto de la Sang, hasta que la justicia no lo resolviera. En cualquier caso, el arzobispo descartó cesar a mosén Queraltó de su cargo como prefecto de la congregación.
Ahora, con la renuncia de Pérez de Mendiguren, es el mismo Planellas quien debe aceptar la dimisión para que sea efectiva. Por su parte, el Diari se puso ayer en contacto con la institución, quien prefirió mantenerse al margen y no dar ninguna declaración.
Elecciones
La compleja situación por la que pasa ahora la Sang vivirá su próximo capítulo antes de terminar este mes de mayo. Y es que, según los estatutos de la congregación, las elecciones deben convocarse durante los dos meses siguientes a la procesión del Viernes Santo que, este año, se celebró el pasado 29 de marzo. Todo parece indicar que los comicios para decidir la nueva junta tendrán lugar en pocas semanas.