El primer fin de semana de Sant Magí llena las calles de fiesta
Tarragona vive su primer fin de semana sin restricciones desde la pandemia. Ciudadanos y turistas de todas las edades inundan la ciudad en todos los actos
Tarragona es el mejor ejemplo de que todo vuelve. Acostumbrados como estábamos, antes de la pandemia, a las calles llenas de gente de todas las edades y a todas horas, los días más importantes y los fines de semana, hacía dos años que estábamos obligados a unas tradiciones a medio gas, incompletas, con actos con restricciones y sin poder disfrutar al máximo de estos días. Todos queríamos más.
El calor no dio tregua este fin de semana, con mucha humedad y las temperaturas por las nubes. Con la recomendación de no salir durante las horas de más sol, lo acosejable era buscar actos frescos y para todos los públicos. Ayer domingo los turistas abarrotaban las calles de la Part Alta visitando los grandes monumentos, como es habitual en el puente de agosto. Parecían ajenos a la actualidad festiva de la ciudad, que se desarrollaba sin parar al aire libre; pero sólo lo parecía porque, en realidad, estaban bien enterados.
Más allá de la iMAGInada y de los jardines del Camp de Mart, repletos de actos mañana, tarde y noche para todos los públicos, los actos más importantes del domingo por la mañana tuvieron el vermut como ‘lait motiv’. Uno de ellos, el Vermut aquàtic en la plaça de les Cols, organizado por la Associació de Veïns del Carrer Merceria. A las doce del mediodía, aún con el mercadillo de la Catedral, la plaça de les Cols se inundó, literalmente, de juegos de agua y música. Los bañadores y las pistolas de agua se convirtieron en los reyes de la plaza, aunque los padres y otros grupos de amigos también se lo pasaron en grande. Las fuentes de las escaleras no pararon de chorrear agua en este acto festivo y refescante.
A la misma hora el Portal del Carro se llenaba de gente para el vermut musical bajo el toldo de Sant Magí, que se había mojado pocas horas antes (aunque la temperatura no lo parecía). Los cabezas de cartel fueron los ‘grallers i timbalers’ dels Xiquets de Tarragona, invitados por la Confraria y los Portants de l’Aigua de Sant Magí. Músicas tradicionales y actuales sirvieron para sacar a bailar a más de uno. «Sant Magí tiene pocos actos propios pero hay ganas de reencontrarse, agosto es un mes que nos gusta mucho a los tarraconenses», comentaba Joan Rovira en el Portal del Carro, uno de los muchos asistentes entre tarraconenses y turistas.
Ayer por la tarde fue el turno del Ball Pla de Sant Magí que l’Esbart Dansaire abrió, por primera vez en diez años, a toda la ciudad. La Plaça de la Font se llenó con decenas de personas que probaron el ball tradicional de en honor al patrón. Así terminaba el fin de semana de estas fiestas, el primero sin restricciones desde antes de la pandemia, que había empezado con la Pedalada castellera hasta la Brufaganya, la VII Trobada de Gegants de Sant Magí y el cásting de la Cucafera, el día antes.