El Joan XXIII ‘santifica’ a mosén Xavier Fort
Homenaje. El Parc Sanitari dedica una plaza al cura del Serrallo como reconocimiento
El mosén predilecto del Hospital Joan XXIII, Xavier Fort, ya tiene su espacio en el complejo sanitario. Con un acto multitudinario y emotivo para amigos y compañeros del longevo cura, ayer el hospital universitario quiso rendirle el reconocimiento que se merecía tras tres décadas de dedicación a los pacientes.
Un homenaje que estuvo plagado de agradecimientos a su figura y de sorpresas especiales como la descubierta de una placa en su nombre y un pilar de su colla castellera, los Xiquets del Serrallo.
Con un auditorio con unas doscientas personas, la mayoría compañeros de mosén Fort en el Hospital, las palabras dieron paso a los recuerdos de toda una época vistiendo la bata blanca.
En nombre de la dirección del centro hospitalario, los doctores Rafael Garcia e Ione Montalvo agradecieron el trabajo de mosén Fort a lo largo de tres décadas en la capilla del hospital, teniendo cuidado de los pacientes y alegrando los pasillos con su inagotable humor.
De él destacaban el apoyo humano, el compañerismo, el aprecio recíproco, la inspiración y el modelo de compromiso a seguir. «Es difícil encontrar una persona que cause tanto amor y estima a tanta gente», valoraba el doctor Garcia.
La doctora Montalvo lo definía como «una figura excepcional que encarna la esencia de lo que es ser un servidor público». La estima de tanta gente se hacía patente con el multitudinario público, emocionado y al punto de la lágrima, que acompañaba al mosén.
Los profesionales que no pudieron asistir al acto le mandaron una serie de vídeos felicitándolo y hablaban de él como «su ángel de la guarda, la alegría del hospital y gran compañero». «Usted siempre nos trata de santo hombre y santa mujer, pero aquí el verdadero santo es usted, padre», le decía uno de los médicos.
Pero el momento más emotivo de la tarde llegó al salir al exterior del auditorio. Allí, junto a amigos y familiares, el cura descubrió la placa que consagra el espacio abierto entre los módulos de gestión del conocimiento, investigación y docencia, junto al cruce de las calles Dr. Mallafré y Joan Pau II, como la nueva plaça Mossèn Xavier Fort.
Acto seguido, los Xiquets del Serrallo dedicaron a su presidente honorífico un pilar de homenaje. ‘Mossèn’ Fort de deshacía en sonrisas, besos y aplausos ante tanta sorpresa.
El público hizo que la recientemente nombrada plaza se quedara pequeña, un rincón bucólico con árboles y bancos que tiene el honor de ser el primer espacio del Parc Sanitari de Joan XXIII con nombre propio.
«He dado mi granito de arena y vosotros me habéis devuelto toda la playa del mundo. ¿Han sido sólo treinta años? Pues como si hubieran sido cien.
¿Cómo lo voy a aguantar, esto?», se preguntaba Fort, arropado por los suyos, recordando viejos momentos en el hospital y aludiendo a su «contacto directo» con el santo padre, a quién invitará al Joan XXIII si algún día enferma. Así se despide un mosén de su lugar de trabajo, sin dejar nunca su humor.
«No os digo que os llevaré siempre en la cabeza y en la memoria porque eso ya me falla, pero os llevaré siempre en el corazón porque eso me funciona bien», prometió.