La Generalitat derribará el antiguo sociosanitario Casablanca de Tarragona
El Govern toma la decisión después de un análisis «exhaustivo» para encontrarle una vía alternativa. La administración autonómica ofrecerá el espacio al Ayuntamiento
El juicio (técnico) al histórico sociosanitario Casablanca ya tiene veredicto: se derribará. Así lo confirma al Diari el delegado del Govern en el Camp de Tarragona, Àngel Xifré (ERC), quien recalca que la administración autonómica ha tomado la decisión después de llevar a cabo «exhaustivos» informes técnicos para «intentar encontrar una solución alternativa» que, al final, no ha fructificado.
«Es un espacio al que no le encontramos ninguna salida útil. Ya hay la Residència de la Mercè al lado y, además, no cuenta con un fácil acceso. No vemos viable ubicar allí ningún equipamiento de la Generalitat. Lo mejor es derribarlo», afirma en declaraciones a este periódico el máximo representante del Govern en las comarcas tarraconenses, quien descarta que el inmueble esté catalogado patrimonialmente. «Lo está el entorno, el Baluart de Sant Jeroni, pero no el inmueble», detalla.
Xifré, de hecho, recalca que «a lo largo de los últimos meses los técnicos de la casa han analizado las posibilidades constructivas, pero no es posible que albergue ningún centro sanitario ni hospitalario, y las dependencias las queremos unificar en la antigua prisión».
Abandonado desde 2005
El recinto, de 2.640 m2 y situado sobre el antiguo baluarte de Sant Jeroni justo al lado del parking Torroja y del Barri dels Músics, está cerrado y completamente abandonado desde el año 2005, que fue cuando cesó su actividad el que fuera el Hospital Mare de Déu de la Salut de Tarragona para trasladarse al actual Sòciosanitari Francolí, junto al Hospital Joan XXIII, tras una inversión de unos 600 millones de pesetas de la época (unos 3,6 millones de euros). Precisamente, ayer el Diari informaba que CatSalut tiene previsto ampliar el actual sociosanitario con una planta más.
Lo cierto es que el espacio lleva 19 años abandonado, y su estado de conservación está muy deteriorado. Esto, pese a que en 2005, tras la inauguración del Sòciosanitari Francolí, la entonces consellera de Salut, Marina Geli (PSC), anunció que se emprendería una remodelación que debía estar acabada antes de 2007. No obstante, la idea de la reforma no cuajó y se optó por derruir el edificio antiguo y construir un nuevo sociosanitario junto al Joan XXIII.
GiPSS, Gestió i Prestació de Serveis de Salut, titular en esos tiempos del equipamiento, convocó un concurso de ideas que ganó un grupo de arquitectos de Barcelona. El Diari Oficial de la Generalitat señalaba que el coste de elaboración del proyecto sería de 283.022 euros. El gasto total de la construcción rondaba los 14 millones de euros y debía estar listo en 2012. Pero ni el edificio se derribó ni se colocó la primera piedra del nuevo equipamiento.
Posteriormente, en 2016 el Govern buscó vías para alquilar el edificio. Ese año, el ejecutivo autonómico ofreció su arrendamiento en el salón inmobiliario Meeting Point, de Barcelona. Para ello, el Govern solicitaba un canon de 36.000 euros al año durante medio siglo, con el objetivo de ingresar 1,8 millones en cinco décadas. La operación, sin embargo, tampoco cuajó.
Ahora, tras casi dos décadas en estado de claro abandono y después de un larguísimo viacrucis administrativo, el inmueble será derribado, si bien aún no se sabe cuando. ¿Qué se hará allí en el futuro? «Cuando desaparezca ofreceremos el espacio al Ayuntamiento. Seguramente sería interesante abrirlo a la ciudadanía, ya que se trata de una zona desconocida por la población y que puede contar con una interesante salida turística», afirma Xifré. El Casablanca ya tiene, pues, los días contados.