El empleo se frena en Tarragona tras su mejor año desde 2007
Luces y sombras del paro: la provincia vivió el peor diciembre en contratos de la década pero cierra 2022 con el desempleo más bajo en 15 años y récord en la creación de indefinidos
Tarragona fue la cuarta provincia de España donde más bajó el paro durante 2022. También fue el lugar donde los contratos se desplomaron un 31% en diciembre, toda una debacle. El desempleo terminó el año en las cotas más bajas desde 2007. El 58% de las personas tarraconenses sin trabajo son mujeres. Son las estadísticas de la de cal y la de arena, el yin y el yang, los claroscuros de un mercado laboral que sí, parece funcionar, algo ajeno a las turbulencias económicas de la inflación, pero en el que no es oro todo lo que reluce. Tarragona cerró el curso con 41.711, la menor cifra de parados en 15 años. Hay que regresar a 2007, antesala de la gran crisis financiera, para ver un dato menor. En términos generales fue un muy buen año para el empleo en el Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre. El número de personas sin trabajo retrocedió en 5.549 respecto a finales de 2021. Fue un descenso de un 11,74%, el cuarto mayor de toda España, donde cayó menos, un 8,64%. Solo en las Islas Baleares, en la Comunidad de Madrid y en Huelva hubo mayores bajadas interanuales. Tarragona también supera con creces la media catalana de repliegue del desempleo, que se situó en un 6,18% a finales del mes pasado.
El balance certifica la plena recuperación después de lo más duro de la pandemia. En diciembre de 2020, en mitad de los cierres y sin vacuna, había 60.795 parados, un 31% más que ahora.
El trabajo exhibe salud y músculo, a pesar de la inestabilidad económica, la elevada inflación y la caída del consumo. A ello contribuye la mejora de la calidad del empleo, de la que se puede hacer un balance completo. No se pueden entender las cifras del paro y la ocupación sin los efectos de la reforma laboral aprobada hace un año, algo que ha impactado de lleno en la creación de puestos indefinidos. Un 39% de los contratos firmados en diciembre en Tarragona, casi cuatro de cada diez, eran de esa tipología. Es más del doble, un 147% más en relación con diciembre de 2021. Pero el cierre del año permite mirar con más perspectiva los efectos que ha tenido la reforma en su lucha contra la temporalidad. Un 42% de los contratos realizados durante todo el año han sido indefinidos, por un 58% de temporales.
Efecto rebote
La plataforma Infojobs sostiene que «a partir de 2021, el mercado de trabajo ha vivido, impulsado por el efecto rebote tras el impacto de la pandemia, uno de los periodos de crecimiento de empleo más sólidos». El portal celebra que la nueva legislación haya limitado la contratación temporal y haya reforzado la figura del fijo-discontinuo, «pensada para aquellas funciones que son estacionales».
Apunta, en detrimento, «ciertas dudas cuando se analiza en términos de productividad (horas trabajadas), ya que la intermitencia de actividad de estos contratos no se refleja en la estadística del SEPE». Infojobs indica que «sí se aprecia una ralentización tanto en la actividad como en la creación de empleo». «La ralentización ya es patente y todo indica que en 2023 será muy difícil mantener estas cifras y la creación de empleo neto», explica Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs. A mediados de octubre de este año ya se habían publicado en la plataforma tantas vacantes como en todo el año 2021, más de dos millones de posiciones. Sin embargo, el crecimiento interanual ha ido estrechándose mes a mes desde principios de año.
Volviendo a las cifras del Ministerio publicadas ayer y a la realidad de Tarragona: diciembre no fue un buen mes en la creación de puestos de trabajo. Se firmaron 15.360 contratos, un 31% menos que en 2021 (22.304). En contrataciones ha sido el peor diciembre en diez años. Hay que volver a 2012 para ver una cifra menor (12.390), en uno de los cursos más duros de la Gran Recesión.
Por tanto, el buen balance queda empañado por algunos inputs poco esperanzadores y un frenazo que puede ser preludio de algo peor. «La teoría económica establece que la reducción de plantilla suele ser de las últimas vías que un negocio aplica para sortear una crisis», indican desde Infojobs, dado que recortar en capital humano impacta directamente en la productividad de la empresa y en sus opciones de salir adelante.
De los 41.711 parados de diciembre en el Camp y el Ebre, 29.512, el 70%, corresponden al sector servicios, 1.721 a la agricultura, 3.779 a la industria y 3.670 a la construcción. En esa balanza entre aspectos positivos y negativos, destaca el aguante del sector industrial, siempre clave para el tejido económico de la provincia. En diciembre de 2021 había 4.090 parados y ahora 3.779.
Desajustes en el mercado
El secretario general de Pimec, Josep Ginesta, ha valorado positivamente la resiliencia del mercado de trabajo en Catalunya a lo largo de 2022, si bien no considera razonable que con 344.000 parados tengamos empresas que no cubren sus vacantes: «No podemos considerarlo un éxito porque la recuperación ha sido inferior a la que se preveía y tenemos claros síntomas de ralentización, con pérdidas en la afiliación y menos vigor en la contratación».
La directora del área de trabajo de Pimec, Sílvia Miró, ha destacado el desajuste entre la oferta y la demanda en el mercado de trabajo. «Un 35% de las empresas tienen dificultades para cubrir sus puestos de trabajo. Por ese motivo, hay que intensificar las políticas activas de fomento de la contratación y de la formación profesional», afirmó.
Los datos del paro, pese a ser oficiales, se han convertido en un arma arrojadiza para la clase política, en un sentido u otro. Lo cierto es que en 2022 el mercado laboral ha tenido un comportamiento excepcional, con registros récord de creación de empleo, empañado por un mal mes de diciembre.
El número de desempleados ha bajado durante el último año un 11,7% en Tarragona. El dato supera con creces a la media catalana (-6,18%) y a la española (-8,64%).