Tarragona: El desmontaje de la plataforma del Miracle se retrasa
El Ayuntamiento quiere eliminar el ‘mamotreto’ cuando tenga el proyecto de renaturalización del espacio. Con la hoja de ruta completa, poder encadenar ambas fases. El proyecto estará acabado a inicios de 2024 para comenzar las obras a finales de año
Cambio de estrategia respecto al derribo de la plataforma del Miracle. El Ayuntamiento de Tarragona ha decidido pulsar la «pausa» para, acto seguido, poder pisar el acelerador, vinculando el desmontaje de la estructura y la renaturalización en dos fases consecutivas. De esta forma busca evitarse que haya un compás de espera, que propicie la degradación del entorno.
Así lo explica el concejal de Medi Ambient, Guillermo García, quien asegura que «lo que no queríamos era tirar pel dret, haciendo una primera fase de demolición y que nos olvidáramos de todo aquello, hasta que más adelante empezara la segunda parte». El objetivo es que ambas vayan encadenadas, de forma que cuando entren las máquinas no tan solo sea para quitar el hormigón, sino que ya lo hagan pensando en cómo quedará el espacio, teniendo en cuenta la fotografía final.
«El proyecto no tan solo debe permitir sacar una estructura de cemento que es horrible, y que entendemos que es prioritario, sino que también nos preocupa el estado en el que quede en un futuro. No queremos hacer una cosa a corto plazo», afirma el edil socialista.
El Ayuntamiento afirma que ya se está trabajando con este objetivo. Una de las prioridades, estos últimos meses, ha sido hablar tanto con la Diputació de Tarragona como con Costas del Estado para establecer un marco de «coordinación», que permita que todas las administraciones avancen a una.
El acuerdo es que el organismo supramunicipal ha asumido la redacción del proyecto de renaturalización, mientras que «la idea es que lo acabe pagando el Estado», dice García. Tras la formación del nuevo Gobierno de Madrid, está previsto hablar con los nuevos responsables de la secretaria de Transición Ecológica, con el objetivo de que se abra una ventana de posibilidad que se materialice con la firma de un convenio de colaboración.
El calendario que se ha fijado es que «el primer trimestre» del año que viene, el Consistorio ya tenga una propuesta de renaturalización encima de la mesa. El siguiente paso será «encajar» la intervención prevista con el proyecto de derribo, del cual se hará cargo la administración local.
El derribo, a la espera de los detalles
Al respecto, las áreas de Medi Ambient y Urbanisme se han coordinado para abordar esta parte, que permitirá el desmontaje de la estructura de 7.200 toneladas de hormigón armado, construida en 2001. Para dicho efecto, el Ayuntamiento dispone de una ayuda procedente del paquete de 3,3 millones, que ganó el proyecto Greenbelt’26 dentro de los fondos Next Generation.
Esta primera parte del proyecto está redactada a la espera de que el Ayuntamiento tenga «toda la información», para ver si hay que introducir cambios. «Esperábamos que en octubre o noviembre pudiéramos presentar el plan, pero la idea que las dos fases sean consecutivas lo ha retrasado un poco», reconoce el responsable de Medi Ambient.
Todo acabado a finales de 2025
Pese a ello, la administración local defiende que esta estrategia es vital, ya que «nos facilitará que cuando el semáforo se ponga en verde podamos avanzar con todo el proyecto, facilitando que haya un diálogo y una coordinación entre las administraciones, que evite que cuando tengamos todos los permisos haya que hacer futuras modificaciones porque Costes de la Generalitat dice esto y el Estado, lo otro».
Este «encaje» de todos los detalles, así como la solicitud de permisos, tendrá que tramitarse durante el primer semestre del año que viene, teniendo en cuenta que el inicio de las obras de demolición ahora mismo está fijado para el segundo semestre de 2024. «Cuando acabe la temporada de playas debemos ponerlo en marcha», indica el sexto teniente de alcalde. A partir de ahí se pondrán en marcha los contadores para poder cumplir con las bases de la ayuda europea, teniendo en cuenta que a finales de 2025 la intervención debe estar ejecutada.
Menos coches
En cuanto al proyecto de renaturalización, el ejecutivo de la Plaça de la Font defiende una solución que «perdure en el tiempo». «El Ayuntamiento tiene claro que debemos cuidar el litoral y que tenemos que dar otros usos a las playas, que no sean aquella estructura que limitaba mucho la actividad», afirma García.
La idea es que se mantenga un vial y el carril bici que debe enlazar el Miracle con la Arrabassada se abra paso por este entorno. En cuanto a la zona de parking, el edil defiende que «si queremos recuperar y renaturalizar el espacio no podemos mantenerlo tal cual está». Los técnicos serán los que determinarán la solución a adoptar, teniendo en cuenta que «Tarragona tiene un problema con los coches, pero esta es una playa muy urbana, a la que puede llegarse con transporte público, caminando o en bicicleta», concluye.
El apunte
¿Se quedará el Port con la runa?
El desmontaje de la plataforma forma parte de un proyecto de economía circular, por lo que está previsto que se pongan en valor los residuos para su reutilización. El Port había mostrado su interés, de cara a la ampliación del muelle de Balears. Sin embargo, «lo hablaron con la Agència Catalana de Residus y administrativamente era muy complejo que pudiera registrarse como agente de residuos», explica el concejal de Medi Ambient.
Así es que tendrá que intervenir una empresa especializada. A partir de ahí, si podría llegarse a un acuerdo para que los materiales sean trasladados al puerto. «Entre el muelle que quieren rellenar y la plataforma del Miracle hay tres kilómetros, con muy pocas afectaciones viarias, por lo que sería lógico que lo llevaran allí».