El Club de Vela Platja Llarga de Tarragona sigue sin poder reparar los destrozos por las inundaciones
Costas recuerda que la construcción está en el dominio público marítimo, por lo que exige mover los edificios. La entidad, que dispone del dinero, no tiene permiso para los obras
Las fatídicas lluvias torrenciales del día de Santa Tecla dejaban numerosos destrozos en todo el litoral. Entre las instalaciones que todavía no han sido reparadas está un almacén del Club de Vela Platja Llarga, que nueve meses después de la tormenta aún no se ha podido reconstruir, con el peligro que comporta para los usuarios de un club que está a pleno rendimiento.
«Estamos atrapados con las administraciones, que no se aclaran», afirma el presidente del club, Manel Pérez. La entidad ya ha cobrado la indemnización por los daños, por parte del Consorcio. No obstante, todavía no dispone de la licencia de obras para abordar la esperada reforma. «Es surrealista, nadie quiere saber nada», lamenta Pérez.
Las instalaciones ocupan un espacio que forma parte de la parcela del antiguo Iot y La Sardineta, con la Ciutat de Repòs i Vacances. La propiedad es de la Generalitat, y en este caso la concesión recae sobre la Federació Catalana de Vela, que a su vez cede la parcela al Club de Vela Platja Llarga. Asimismo, el recinto está dentro del dominio público marítimo, por lo que la Dirección General de la Costa y el Mar tiene la palabra decisiva. Y lo que esta dice es que «hay que derribar el edificio porque se encuentra en una zona de circulación», lamenta Manel Pérez.
«Los módulos están dentro de la zona de dominio público, por lo que, lo que nosotros decimos es que se cumpla con la Ley de Costas y que tiren unos metros hacia atrás», apuntan fuentes de la Subdelegación del Gobierno. Para intentar buscar una vía que no comprometa a las diferentes partes se ha propuesto una solución a tres bandas. Desde el Estado se asegura que se acepta una medida «transitoria», de forma que si hay un compromiso «por escrito» que los módulos afectados se desplazarán más adelante, se daría luz verde a la reparación.
Desde la administración autonómica se asegura que, en cuanto a la ocupación temporal del club de vela, el permiso para la rehabilitación hay que solicitarlo a Costes de la Generalitat, que depende del Departament de Territori. Este organismo deberá encargarse de elevar la petición a Costas del Estado, que emitirá el permiso, preceptivo y vinculante, «informando de si se pueden rehabilitar las instalaciones afectadas o, de lo contrario, hay que derribarlas».
Por otro, el Departament de Drets Socials –que es quien tiene asignada la finca– explica que, en cuanto a la zona afectada de dominio público, el pasado 6 de marzo el Ayuntamiento de Tarragona solicitó la autorización de obras de parte de la superficie afectada. Posteriormente, el pasado 25 de abril, desde la Direcció General de Polítiques de Muntanya i del Litoral se autorizó «con condiciones» las obras solicitadas, por parte de la administración local. Asimismo, se asegura que el pasado 26 de mayo la Secretaria General del Departament de Drets Socials emitió un permiso de ocupación temporal, para que la empresa designada pueda llevar a cabo las obras autorizadas.
Esto debe permitir solventar una parte del problema. Pese a ello, el Club de Vela no tiene garantizado su futuro en unas instalaciones que están estranguladas por la burocracia. ¿Y qué papel juega el Ayuntamiento en medio de todo esto? En principio, la administración local no tiene una responsabilidad directa. Pese a ello, el origen de los daños se atribuye a las obras desvío del torrente que generaba problemas de aguas en el aparcamiento lo que, según el club, «provocó la caída del edificio». Asimismo, esta administración es la que tendrá que conceder el permiso de obras definitivo. Por este motivo, el conjunto de las partes ya han mantenido varias reuniones para encontrar una solución. Pérez lamenta que «nadie se moja y no nos dan ninguna solución».
Por otro lado, desde el Ayuntamiento de Tarragona se afirma que «la reparación está en manos del Departament de Patrimoni de la Generalitat». Además, también manifiestan que esta administración ejecutará «una pequeña obra consistente en tapar un agujero de la vía pública de acceso a la playa en aquella altura, que se derribó por las lluvias». Está previsto que «en una semana» esté acabado.
El presidente argumenta que tiene que hacerse es una «reparación» del edificio, no una «reconstrucción», ya que este no ha caído. «Estamos aquí en la confluencia de muchos intereses y el trasfondo es el conflicto que hay entre administraciones, de forma que al final nadie acaba haciéndose cargo», añade.
El Club de Vela Platja Llarga es una entidad deportiva con cuatro federaciones, que durante todo el año presenta una gran actividad, tanto por parte de los socios como de los amantes de los deportes de vela. En el contexto actual asegura que «muchos proyectos no pueden tirar adelante porque estamos enmarañados en una situación sobre la que no podemos hacer nada».
Otro de los elementos que lastra las posibilidades del club es que la concesión tiene que renovarse cada dos años, por lo que constantemente reaparece «la amenaza de que nos tiren el edificio». Esta «precariedad» impide que puedan hacerse planes de futuro o abordarse nuevos proyectos, que permitan plantear un crecimiento de la actividad deportiva y del número de socios.
Desde inicios de la semana pasada una setentena de niños participan en los eventos que se organizan en las instalaciones. Además, hay una colaboración con el Ayuntamiento de Tarragona para dar a conocer los deportes de vela entre los estudiantes.