El Carnaval también une a familias en Tarragona
Lo llevan en la Sangre y forman parte de la comparsa Disc 45
Las entidades y las comparsas de la ciudad son las que hacen posible que el Carnaval de Tarragona sea una realidad. Lo cierto es que son muchas las personas que esperan todo el año con ilusión y nervios estos días. Más allá del desenfreno, pero, el Carnaval también crea tradiciones familiares. Un buen ejemplo de ello es el de la familia García.
Hace 33 años que Lourdes decidió, después de la insistencia de su hija mayor, apuntarse en la comparsa Disc 45, la actual ganadora de la Disfressa d‘Or. «Siempre me ha gustado bailar. Soy una persona muy activa y juntamente con unos amigos nos animamos», asegura Lourdes García, miembro de la comparsa Disc 45.
La comparsa dejó de ser un punto de encuentro anual donde poder bailar y celebrar el Carnaval para convertirse en un espacio compartido de complicidad familiar. «Hasta estando embarazada no me lo quise perder. Es cierto que ese año no bailé, pero sí que salí en la rúa encima de la carroza», afirma García.
Podemos decir, pues, que la benjamina de los García, Andrea, empezó a salir en Carnaval antes de saber hablar.
«Aunque fue en 1993 cuando salí dentro de la barriga de mi madre, no fue hasta 1995 cuando me estrené desfilando por las calles de Sant Salvador. Desde entonces no me lo he perdido nunca», comenta Andrea.
Sin duda, tanto Lourdes como Andrea llevan el Carnaval en la sangre y solo basta ver como hablan de ello. «Formar parte de una comparsa es un sentimiento que no se puede explicar. Toda mi familia forma parte y poder compartirlo es muy bonito», explica Andrea.
Un sueño hecho realidad
El Carnaval del 2023 seguramente se quedará grabado en la retina de Andrea Hidalgo para siempre. Fue escogida para ser Concubina del Carnaval del 2021, pero la pandemia torció los planes y tuvo que esperar dos años. «Fue un sueño. Cualquier carnavalera espera poder ser Concubina y yo tuve la gran surte de serlo. Repetiría mil veces sin pensármelo, fue una gran experiencia», reconoce. Y si para ella fue un sueño, para su madre fue todo un orgullo. Sin duda, la recompensa al compromiso y la faena llevada a cabo durante tantos años.