El calor lleva a cifras récord las muertes por hipertensión en Tarragona

La estadística provisional de causa de defunciones publicada ayer por el INE corrobora lo que otros organismos habían apuntado previamente: la altas temperaturas vividas en buena parte del año pasado tuvieron un claro impacto en la salud y generaron más muertes de lo habitual. Entre mayo y agosto de 2022 fallecieron 2.719 personas en Tarragona, un 18% más que en 2019 (2.307), un curso de referencia, previo a la Covid. Especialmente letal fue julio, con un incremento del 23% en las defunciones en la provincia.

Con la pandemia prácticamente bajo control, el INE ha puesto el foco en esta nueva entrega de datos en ese periodo crítico del año: «Los mayores incrementos de defunciones se registraron en los meses de mayo a agosto (un 20,5% más que en los mismos meses del 2019)».

El aumento de los decesos, ya dibujado en su momento casi en tiempo real por el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III, ha sido objeto de estudio por parte de investigadores y administraciones como el propio Departament de Salut de la Generalitat. La particularidad esta vez que el INE ofrece su estadística provisional de defunciones por causa y que, tras analizar específicamente el periodo de mayo a agosto, toma la causa-efecto para diagnosticar: «Casi la totalidad de las causas naturales de muerte más frecuentes y las causas externas aumentaron, si bien los mayores incrementos se dieron en patologías crónicas previas consideradas de riesgo ante situaciones de altas temperaturas. Entre estas causas destacaron las enfermedades hipertensivas (que aumentaron un 36,9%), la diabetes (un 31,2%) y el trastorno senil y presenil (un 19,8% más)».

Este informe tiene su reflejo también en los balances de Tarragona. Las enfermedades hipertensivas como causa de muerte crecieron un 7% en todo el año. Las 263 defunciones son el récord histórico de toda la serie. También subieron en Tarragona otros males crónicos especialmente vulnerables a los agobios del mercurio, como los trastornos senil y presenil, que se incrementaron de 326 a 352 o las patologías crónicas de las vías respiratorias, al alza de 196 a 208. Igualmente pasó con la insuficiencia respiratoria, situada en cifras de récord como motivo de defunción: de 36 casos a 43. En su global, las enfermedades del sistema respiratorio se han disparado de 562 a 693, un 23% más.

Otro dato en esa misma línea: en Catalunya las muertes por enfermedades hipertensivas se dispararon un 28,3%. Los registros muestran también los balances habituales: en 2022 hubo 7.838 defunciones, un 3,4% más en relación con 2021 (7.579). La cifra queda por debajo del récord de 2020, cuando la irrupción del coronavirus dejó 8.063 fallecimientos. Esta última publicación muestra que la Covid, pese a estar bajo control, continúa dejando un goteo de víctimas: hubo 560 en todo el año, muy por debajo de los 661 muertos que provocó en el año anterior, 2021, y de los casi 1.000 que asolaron 2020, el primer curso de convivencia con el SARS-CoV-2.

Las enfermedades del sistema circulatorio se mantienen como la principal causa de defunción en Tarragona. Provocaron 1.956 muertes y superan un año más a las que vienen derivadas de los tumores, 1.893. Bajan los fallecidos por cáncer de colon (de 196 a 182) pero suben algunos de los que más óbitos provocan como el de pulmón (de 349 a 354), el de mama (de 131 a 136) o el de próstata (de 98 a 104). En lo que atañe al sistema circulatorio, los infartos subieron de 175 a 210, mientras que las enfermedades cerebrovasculares también experimentaron una ligera subida, de 398 a 403.

No es la primera vez que la administración arroja luz sobre el binomio calor y mortalidad. En febrero, la Generalitat dejó atrás el terreno de las hipótesis y apuntó con mucha claridad hacia un factor decisivo: la crisis climática, concretada en las inusuales olas de calor vividas, está detrás de ese aumento de los fallecimientos. «Las olas de calor mantenida, acompañadas de otros factores como la contaminación, la sequía y el polen, afectaron al estado de salud de la población, especialmente de las personas más mayores, con patologías crónicas y en una situación social vulnerable», expone este estudio, llamado ‘L’excés de mortalitat a Catalunya’.

La investigación agregaba que «las mujeres, por su estructura por edades más envejecida y por el nivel socioeconómico más bajo han sufrido más los efectos de las olas de calor sobre la salud».

El «menor acceso a ventajas»

En ese nivel de vida influyen aspectos como «un menor acceso a ventajas como el aire acondicionado y otras medidas para apaciguar los efectos».

Los investigadores apuntaron que la causa más probable del aumento de defunciones en 2022 fue el fuerte calor, mientras que el impacto de la Covid «parece más limitado», en un verano con la mayoría de la población ya vacunada y con temperaturas extremas durante muchos días.

Según ese trabajo, el exceso de mortalidad resulta especialmente significativo en el grupo de edad de 90 y más años «y los tres meses de verano (de junio a agosto) con los que han contribuido a este exceso de mortalidad». Además, añade que «en las zonas rurales y en las áreas básicas de salud urbanas socioeconómicamente más deprimidas, el exceso de defunciones fue más elevado».

Más recientemente, en mayo, se publicó el estudio ‘Mortalidad en Catalunya durante el verano de 2022 y su relación con altas temperaturas y casos de Covid-19’, a cargo de reputados científicos catalanes y de cargos de la Generalitat como la secretaria de Salud Pública Carmen Cabezas.

Este informe señala «a las altas temperaturas y su larga duración como la principal causa del incremento de muertes», con un papel poco relevante de la Covid. Ese inusual aumento del calor fue la causa principal, según este informe, que excluye de la ecuación una eventual consecuencia que pudo haber dejado la pandemia pero que, al menos por ahora, no ha impactado: «En Catalunya observamos una gran reducción de los diagnósticos de cáncer durante la pandemia. Todos estos factores podrían haber contribuido a un aumento de la mortalidad general, pero es poco probable que sean la causa principal del exceso de mortalidad observado durante el verano de 2022».