El Ayuntamiento de Tarragona pide al propietario del inmueble de la calle Unió «que garantice su solidez»
Los vecinos del número 3 de la calle Unió han pasado la noche fuera de casa
Los vecinos del número 3 de la calle Unió han pasado la noche fuera de su casa, después de que ayer fueran evacuados por el riesgo de hundimiento de su edificio. Los hechos ocurrían al mediodía, después de que un albañil alertara a los servicios de emergencia de las deficiencias estructurales del inmueble. Los ocho vecinos afectados se han realojado en casa de amigos y familiares y, por lo tanto, no han requerido de la ayuda de los servicios sociales del Ayuntamiento, quienes les ofrecieron un alojamiento provisional para pasar la noche.
Por su parte, los servicios técnicos del Ayuntamiento están ultimando los detalles de un informe para requerir a la propiedad que garantice la solidez del inmueble. «Estamos acabando de redactar los informes necesarios y, después, abriremos los expedientes de disciplina urbanística, con el objetivo de arreglar la situación lo antes posible», explicaba esta mañana Nacho García, concejal de Territori del Ayuntamiento de Tarragona.
Esta mañana, los vecinos del entorno del número 3 de la calle Unió centraban su tema de conversación en lo que pasó ayer por la tarde. A algunos todavía les duraba el susto. «No nos podíamos creer lo que estaba ocurriendo. Se formó una buena», decía una vecina del número 5, quien también fue desalojada en un primer momento. Los negocios de al lado no pudieron abrir por la tarde, pero esta mañana si lo hacían con total normalidad.
Los hechos
Todo empezó hace unos días cuando los vecinos del número 3 de la calle Unió empezaron a notar ruidos extraños y temblores, acompañados de unas grietas. Se trata de un inmueble antiguo de cinco plantas y bajos a pie de calle. El vecindario ya había avisado de la situación al administrador de fincas. Finalmente, ayer, los vecinos llamaron a un albañil para que les diera su opinión.
Y aquí empezó todo. El profesional vio deficiencias importantes debido a que la viga maestra que aguantaba los depósitos de agua –de hasta 2.000 litros– había cedido. El edificio corría riesgo de colapso.
El mismo albañil llamó al 112 y la llamada activaba a los Bombers, a la Guàrdia Urbana, a los Mossos y al SEM. Los técnicos municipales también acudieron al lugar y comprobaron la estabilidad del inmueble. Además, los trabajadores de Ematsa vaciaron los 2.000 litros de agua del depósito en cuestión.
Las 13 familias de los edificios número 3 y 5 fueron desalojados de inmediato. Los del 5 pudieron volver por la noche, mientras que los del 3 todavía no han podido hacerlo. Ayer por la noche, acompañados de los Bomberos, pudieron entrar a coger cuatro cosas para pasar la noche.