El 70% de las comunidades de propietarios de TGN tiene morosidad
El Col·legi d’Administradors de Finques alerta que el precio de la luz y la inflación del 9% han provocado la situación «de mayor incertidumbre» de las tres últimas décadas
La inflación de casi el 10%, el encarecimiento de los costes energéticos y el aumento de la cuota de las hipotecas por la reactivación del euríbor han provocado la tormenta perfecta en las comunidades de propietarios. Así lo alerta el Col·legi Oficial d’Administradors de Finques, que asegura que, a día de hoy, «el 70%» de las comunidades de vecinos de Tarragona tiene casos de morosidad. «Se nota especialmente en las pequeñas, donde uno o dos casos ya afectan al día a día», indica el presidente de la entidad colegial, Fabià Huguet.
El máximo representante del colegio recalca que el aumento de los costes a raíz de la Guerra en Ucrania ha supuesto un punto de inflexión en los casos de falta de pago de los recibos. «La situación es preocupante. Con la guerra se han incrementado mucho los costes, y hay tres opciones: subir cuotas, dejar de ofrecer servicios o no pagar. Y lo raro ahora es encontrar comunidades donde no haya ningún caso de impago. No recuerdo una situación similar en los últimos 32 años. Lo primero que se deja de abonar es la comunidad y no la hipoteca o la cesta de la compra», remarca.
Un 40% más en electricidad
Según recalca Huguet, el factor que ha empeorado más la situación es la factura del servicio de electricidad, que ha aumentado un 40% en los últimos meses. «Es la partida más elevada, y su incremento altera la ejecución del presupuesto», indica. Por ello, una de las consecuencias que ha comportado todo este incremento es que o bien las comunidades de vecinos, al tener más morosidad, han dejado de ofrecer servicios o se han reducido. «Por ejemplo, en aquellas comunidades donde antes se limpiaba dos veces a la semana ahora se hace solo una vez. O lo hacen directamente los propietarios», afirma el presidente del Col·legi d’Administradors de Finques.
Asimismo, uno de los aspectos que denuncia el sector es la morosidad de las entidades financieras. «Desde que el banco se adjudica una finca, la registra y las comunidades tenemos conocimiento del cambio y realizan el pago de la cuota indebida pueden pasar entre uno y dos años. No es un pago rápido y, además, debe tenerse en cuenta de que cuando hay un desahucio el antiguo propietario ya llevaba años sin pagar a la comunidad», recalca Huguet.
¿Y qué pueden hacer las comunidades de vecinos cuando hay morosidad? «Se puede denunciar ante los tribunales, pero la justicia es muy lenta», lamenta el Col·legi de Administradors de Finques, que revela que «muchas veces se llega a algún acuerdo para fraccionar el pago», por lo que la morosidad se arrastra durante más tiempo.
Por todo ello, la entidad solicita a las administraciones públicas que «de la misma forma que hay ayudas a los ciudadanos para pagar los servicios energéticos también debería haber para las comunidades», especialmente «en los casos en los que hay calefacción comunitaria». «La suerte en Tarragona es que hay pocos casos de esto, pero sí que existen en otras zonas», remarca.
Dudas con las placas solares
Asimismo, Fabià Huguet resalta que, sobre todo a raíz de la crisis energética, «hay mucho más interés por onstalar placas solares», pero, sin embargo, tiene dudas sobre su amortización futura por la elevada inversión que requiere. «El problema es que el 40% de la factura es de costes fijos», lamenta.
El incremento de la morosidad también puede tener más afectaciones de futuro, como es el caso de las subvenciones de los fondos europeos Next Generation para mejorar los edificios en materia de eficiencia energética, conservación y reparación. Recientemente, el Ayuntamiento anunció una subvención europea de 8 millones de euros para las comunidades procedentes de ayudas continentales. Sin embargo, el hecho de que deba avanzarse parte del coste puede ser un obstáculo para las comunidades más deterioradas, que también son las que sufren un mayor índice de morosidad. «Además, se exige que la eficiencia energética mejore en un 30%, y muchas no pueden llegar a esta cifra si no se lleva a cabo un importante incremento de las cuotas de los propietarios, lo que, además, puede generar aún más morosidad», lamenta. El pez que se muerde la cola.