El derribo de la plataforma del Miracle de Tarragona, más cerca que nunca
El Ayuntamiento, que ya cuenta con el ‘ok’ de Adif, espera licitar en los próximos días las obras de demolición de la estructura, que tendrán un coste de 553.220,78 euros, comenzarían durante el primer semestre del próximo año y se alargarían entre cuatro y seis meses
El proceso para iniciar el derribo de la plataforma del Miracle comenzará en los próximos días. Y es que el Ayuntamiento de Tarragona tiene la intención de, en breves, licitar las obras, que tienen un coste de 608.991,06 euros, cubiertos gracias a los fondos Next Generation. Según apunta el concejal de Medi Ambient, Guillermo García, el consistorio ya cuenta con el ok de Adif.
En esta línea, la concejalía mantiene los plazos previstos para el desarrollo de las actuaciones, que comenzarían durante el primer semestre de 2025 y que se alargarán entre cuatro y seis meses. «La actuación debe estar ejecutada antes del verano; nuestra intención es que no afecte a los meses estivales», comenta García.
Inicialmente, se procederá a la retirada de los elementos de la planta superior, que está cerrada, como es el caso de las estructuras de pérgolas y la iluminación.
Acto seguido, se hará lo mismo con los elementos del mobiliario urbano de la parte de abajo, que van a reaprovecharse «en la medida de lo posible», según García.
En esta fase inicial, también se exigirá a la empresa contratista que diseñe el plan necesario para «evitar molestar a los vecinos y en relación con las afectaciones de tráfico».
A partir de ahí podrá procederse al desmontaje, que empezará con la demolición de las estructuras de madera que ocupan la primera línea de mar. Acto seguido, mediante una excavadora de pinza hidráulica se deshará la rampa oeste de 62 metros de longitud. Esta misma maquinaria también es la que se utilizará para el derribo de la estructura de hormigón.
Ya en la fase final, se demolerá el pavimento de adoquines y el asfalto de la zona de aparcamiento, de forma que se dejará una superficie «llana» y «compacta», con una capa de tierra de 15 centímetros, a la espera de la segunda fase.
Posteriormente, renaturalización
También en los próximos días se licitará la redacción del proyecto ejecutivo de la renaturalización del espacio, que se llevará a cabo en un capítulo posterior a las obras del derribo.
En su financiación, por valor de unos 50.000 euros, la Diputació de Tarragona ha colaborado con el Ayuntamiento, que cuenta con los Next Generation, y será el Ministerio para la Transición Ecológica, que ha adquirido el compromiso con el gobierno municipal, el que se haga cargo de las actuaciones, que ascenderán a algo más de un millón de euros.
¿Cómo quedará la zona? García admite que se la imagina como «las imágenes de la Tarragona de los años 30, 40 o 50, cuando se llenaba de actividades, ya sean pícnics, ferias artesanales, gente paseando a sus mascotas...».
Por el momento, aún está por definirse cómo se articulará la transformación.
Pese a que aún es embrionaria, ha sobrevolado la idea de mantener el vial de circulación, establecer una pequeña zona de aparcamiento entre este y las vías, y dejar el resto del espacio como una zona de libre acceso para la ciudadanía y que actúe como un refugio climático.
No obstante, todo dependerá de lo que señalen los diferentes informes y estudios que se lleven a cabo.
Por otro lado, el consistorio también cuenta con fondos Next Generation para la redacción del proyecto de integración de la zona de Mas Rosselló.