De drones a lanchas, la seguridad tras los ‘focs’ en Tarragona
Más de 150 personas de una decena de cuerpos de emergencia trabajan en el certamen
Cada noche, cuando se apagan las luces del frente marítimo de la ciudad, el primer disparo anuncia que arranca un nuevo espectáculo del Concurs Internacional de Focs Artificials Ciutat de Tarragona y miles de personas se disponen a olvidarse de todo y a mirar al cielo, hay unas 150 personas más atentas que nadie a cada detalle. Son los encargados de que todo el espectáculo se desarrolle con seguridad.
Y es que, como apunta Héctor de la Salud, técnico de Cultura del Ayuntamiento de Tarragona, lo primero es recordar que el fundamento del espectáculo es material explosivo, por lo que la legislación marca que debe estar vigilado en todo momento.
La Guardia Civil, de hecho, controla el itinerario que hace el material pirotécnico desde que sale de la compañía hasta llegar a la ciudad. Además durante la colocación de los artefactos (unos 1.500 cada noche) hacen una inspección pormenorizada. Mientras el material está aquí, siempre está custodiado por guardias de seguridad armados.
Pero más allá del material en sí, el otro gran reto es la movilización de personas en poco tiempo que provoca el certamen: entre 40.000 y 50.000 cada noche.
Es por ello que la seguridad se lleva una parte importante de los esfuerzos de organización. Para coordinarla se reúnen más de una decena de cuerpos de seguridad y emergencias: Protección Civil, Associació de Voluntaris de Protecció Civil, Mossos d’Esquadra, Guàrdia Urbana de Tarragona, Capitanía Marítima, Salvamento Marítimo, Cruz Roja, la empresa de seguridad privada contratada, la unidad de Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil, la Policía Portuaria, Bombers...
Todas estas personas no solo preparan el dispositivo de seguridad, sino que cada noche se reúnen en un centro de coordinación en la misma playa.
Atención a trenes y aviones
La coordinación no acaba allí, hay que pedir permisos a Adif por lo que atañe al tránsito de trenes y a Aena por lo que tiene que ver con el tránsito aéreo. El ‘papeleo’, reconoce De la Salud, es intenso.
Este año, además, han aprovechado el sistema de altavoces que se puso en marcha a propósito de la pandemia para grabar una serie de mensajes. Uno de ellos es el que recuerda, en distintos idiomas, que durante el espectáculo está prohibido el baño. De hecho, en esos momentos se iza expresamente la bandera roja.
Los días del espectáculo hay tres ambulancias en la zona, una en la Punta del Miracle y dos en la playa, más allá de las que podrían movilizarse en caso de una emergencia. De hecho, las restricciones para aparcar y circular por distintas zonas de la ciudad buscan precisamente facilitar la movilización de vehículos de emergencias si hiciera falta.
Todos estos detalles están marcados en el plan de autoprotección del concurso que el Ayuntamiento debe presentar cada año (las normas cambian) a Protecció Civil de la Generalitat, que es quien lo aprueba.
De cara a la ciudadanía, lo más visible son los efectivos que se encuentran dirigiendo el tráfico o en los accesos a la playa, pero lo cierto es que en el mar también hay una serie de embarcaciones de Mossos, Guardia Civil y el Port controlando que ningún barco se salte el perímetro. Y por el aire más: la vigilancia la hacen drones de la Guàrdia Urbana, Mossos y Guardia Civil. En resumen, un despliegue por tierra, mar y aire para que en los 20 minutos que suelen durar los fuegos, solo haya que mirar al cielo.