Costas espera la regeneración natural de las playas tarraconenses antes de hacer reposiciones de arena

El ministerio está valorando los daños en el litoral y estudia declarar la emergencia para acelerar la recuperación de las playas, que estos días se han quedado sin arena

El mar ha demostrado que no tiene ningún problema en destrozar las barreras artificiales que se encuentra en su camino y, aunque en esta ocasión no toca hablar de importantes daños materiales en el litoral tarraconense, la borrasca Nelson ha comportado la práctica desaparición de la línea de la costa, con imágenes de playas sin arena y un oleaje embravecido que empezó a perder su fuerza a partir del lunes.

Tras una primera valoración que se hizo este martes por la mañana, el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico explicó que la intención es esperar a ver si se produce una regeneración natural de las playas. Habitualmente en el tramo desde Torredembarra a Tarragona, los problemas por la falta de arena se originan en el extremo norte, cuando a causa del oleaje esta se desplaza hacia la zona sur, donde se acumula. No obstante, la borrasca de los últimos días tenía un «componente sur», por lo que esta ha sido la parte más afectada. Así es que se esperará unas semanas para «ver si con el movimiento habitual se produce este desplazamiento», y puede recuperarse una cierta normalidad.

A partir de este punto, se determinará si deberán hacerse nuevas aportaciones de arena, de cara a la temporada de playas, y en qué puntos tendrán que hacerse. El ministerio que lidera Teresa Ribera asegura que en estos momentos se está analizando «todo el litoral entre Calafell y Cambrils», que es la parte que ha quedado más afectada en las comarcas del sur de Catalunya. En base a las consideraciones de los técnicos se tomará una u otra decisión.

Cañerías y todo tipo de materiales han salido en la Llarga. foto: N.R.

La borrasca ha dejado imágenes de paseos inundados y ha afectado principalmente las playas más largas como son la del Miracle o la Llarga de Tarragona. En este último caso, el agua dejaba una delgada línea de arena, con la gente abriéndose paso entre las rocas, ya que ambos extremos estaban completamente desdibujados. Sobre todo, el más próximo a la Savinosa, donde el agua llegaba hasta el túnel subterráneo que comunica con Cala Romana.

El oleaje también comportaba que salieran a la luz bloques de hormigón y ladrillos, además de algunas cañerías y tubos de plástico vinculados a la actividad de los campings que hay en la playa. El temporal fue especialmente virulento en la parte frontal de Las Salinas, en cambio, Las Palmeras habría aguantado, después de la polémica actuación que se hizo hace unos meses, cuando se ‘reconstruyó’ el sistema dunar con sacos de arena.

«No sabemos si ha sido porque en esta parte norte el temporal no ha sido tan virulento o porque realmente ha funcionado, pero ha aguantado», afirmaba el portavoz de la plataforma SOS Costa i Camp de Tarragona, Lluís Estamariu.

El camino es la renaturalización. Pese a ello, este colectivo lamenta que «mientras en Calafell, Cunit y Vila-seca están haciendo los deberes y ya tienen proyectos encima de la mesa, en el caso de Tarragona los espacios que se están planteando son muy pequeños». De momento, el proyecto que está más avanzado en este sentido es la deconstrucción de la plataforma de hormigón de la playa del Miracle, además de la deconstrucción del canal de La Móra, donde se prevé la generación de una laguna natural.

«Aquí vamos en la línea contraria», argumenta el portavoz de este colectivo. Y es que el proyecto del camino de ronda que quiere habilitarse en la finca de la Savinosa no acaba de convencer a las entidades ecologistas. Estas esperan que finalmente se paralice la iniciativa para construir un hub cultural en el antiguo preventorio, y se apueste por la deconstrucción de los antiguos edificios.