Detectan contaminación en las aguas subterráneas de 34 municipios de Tarragona
A causa de los nitratos existentes en el subsuelo. Con 57, la demarcación fue la segunda catalana con más mediciones superiores al límite de potabilidad en el año 2023, tras Barcelona (119) y por detrás de Lleida (51) y Girona (45)
A lo largo de 2023, la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) detectó una concentración excesiva de nitratos en las aguas subterráneas de 34 municipios de la demarcación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la normativa española establecen que la concentración máxima en las aguas de consumo humano es de 50 miligramos por litro (mg/l).
Con 57, Tarragona fue, en el año 2023, la segunda demarcación catalana con más mediciones superiores al límite de potabilidad, tras Barcelona (119) y por detrás de Lleida (51) y Girona (45).
Las localidades en las que se ha superado este límite durante algún momento del pasado año fueron L’Ampolla, Ginestar, Godall, Ulldecona, L’Aldea, Banyeres del Penedès, Constantí, Mont-roig del Camp, Riudoms, La Selva del Camp, Solivella, Amposta, Benissanet, Barberà de la Conca, Llorac, Pontils, Creixell, Bellvei, Senan, Alcover, Les Borges del Camp, Cambrils, La Pobla de Mafumet, Valls, Bràfim, Reus, Vallmoll, Camarles, Santa Bàrbara, Tortosa, Freginals, Masdenverge, Santa Oliva y Maspujols.
Sin embargo, si no se analizara el baremo de potabilidad –que el agua sea apta para el consumo humano– y se tuviera en cuenta el de calidad –de 37,5 mg/l– los puntos afectados serían muchos más. Además, a partir de 25 mg/l, se considera ya una alerta ante una posible contaminación.
Conviene aclarar que las aguas analizadas son las subterráneas, no las superficiales –de ríos, lagos o embalses– ni las de abastecimiento –para el consumo humano–.
En la mayoría de localidades de la demarcación, el agua subterránea y la que se utiliza para abastecer a la ciudadanía no guardan relación alguna. Sin embargo, la contaminada se pierde y no puede utilizarse, algo que podría ser un problema si la sequía persiste.
En este sentido, el catedrático en Ingeniería Química e investigador del grupo CATHETER-Catàlisi Heterogènia de la Universitat Rovira i Virgili (URV), Francisco Medina, advierte de que «tener contaminados acuíferos que podrías utilizar es algo que puede condicionar».
El nitrato es un compuesto químico formado por nitrógeno y oxígeno que las plantas y los animales necesitan para vivir y que está ligeramente presente en algunos alimentos. En la industria comercial, se usa como fertilizante.
Pese a que los niveles bajos de este compuesto se encuentran normalmente en el agua potable, hay fuentes que incrementan su presencia, como los fertilizantes, el estiércol, los desechos humanos y animales... que provocan la existencia de acuíferos contaminados, producto tanto de la acción industrial como de la agrícola.
El nitrato no se evapora, ya que se disuelve fácilmente y pasa rápidamente a través de la tierra hacia el agua de la superficie y la subterránea hasta que hay plantas u otros organismos que lo absorben. Este tipo de contaminación constituye uno de los principales problemas de las aguas subterráneas.
Lo certifica Medina: «Catalunya aparece como la primera fuente de nitratos de toda España, en parte porque aquí es donde se analiza más». El exceso de nitratos genera una serie de problemas para la biodiversidad de la zona. Según la ACA, «es el principal responsable del mal estado de las masas de agua subterráneas, afectando también a las aguas superficiales y, de manera local, a algunas masas de agua costeras».
Por otra parte, también puede provocar problemas para la salud humana, especialmente en el caso de que esa agua la consuman bebés de menos de seis meses. Los síntomas más habituales son una menor presión arterial, mayor frecuencia cardiaca, dolores de cabeza, cólicos abdominales, vómitos...
En colaboración con el Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural, la Agència lleva a cabo «un proyecto de seguimiento y de control de varias cuencas hidrográficas de Catalunya, que busca evaluar cómo inciden en el medio hídrico los cambios en las prácticas de fertilización agraria».
Fuentes de la ACA indican que las mediciones para controlar la calidad de las aguas subterráneas se realizan a través de piezómetros, que son como unos agujeros desde donde se puede medir el nivel de los acuíferos y extraer agua para analizar su calidad, y también mediante pozos activos o fuentes naturales.
A día de hoy, existen tecnologías que permiten que el agua con alta contaminación por nitratos pueda reducir las concentraciones a través de plantas desnitrificadoras o tratamientos más avanzados.
¿Qué zonas son vulnerables?
Según las fichas que elabora la Agència, «un 39,9% de la superficie total catalana está declarada como vulnerable a la contaminación por nitratos, que afecta a 466 municipios, un 49,2% de todas las localidades de Catalunya». El área total es de 12.858 km².
La ACA califica trece zonas como vulnerables. Cinco de ellas se encuentran en Tarragona. La primera es la número cuatro, que afecta a algunos municipios del Alt Camp, el Baix Camp y el Tarragonès: «En términos generales, no se observa ninguna tendencia clara de mejora en la calidad de las aguas subterráneas», admite el último informe de la Agència.
En este territorio se encuentra la comarca más afectada de la demarcación: el Baix Camp, con hasta siete poblaciones. En Mont-roig del Camp, por ejemplo, llegaron a detectarse 178,2 mg/l en un análisis. Además, en el Polígon de Constantí (Tarragonès), hubo un pico de 189,8 (mg/l).
La zona vulnerable número cinco incluye localidades del Baix Penedès. Entre 2016 y 2019, mejoró la calidad de las aguas, sin embargo, los datos de 2020 alteraron la tendencia, ya que se observó una subida de las concentraciones. En 2021, bajaron de nuevo, pero volvieron a aumentar en 2022. Bellvei llegó a registrar 128 mg/l y, Santa Oliva, 195,6 mg/l.
En la zona seis, aparece la Conca de Barberà. La ACA admite que, en toda la zona, «se pone de manifiesto un empeoramiento en la calidad del agua subterránea». Los municipios más afectados en alguna medición fueron Solivella (99,3 mg/l), Llorac (97,3 mg/l) y Pontils (80,7 mg/l).
En la Ribera d’Ebre, el punto número once, «el porcentaje de muestras analizadas que están por encima de la norma de potabilidad (50 mg/l) es siempre igual o inferior al 25% hasta el 2019», argumenta la Agència. Este dato se incrementó significativamente en el año 2020 hasta llegar a un 40%. Sin embargo, se redujo tanto en 2021 como en 2022.
El Baix Ebre y el Montsià tienen municipios parte de la zona doce. La ACA concluye que, según sus análisis, «la calidad de las aguas subterráneas está empeorando». El Montsià, con seis municipios, es la segunda comarca tarraconense más perjudicada, siendo Godall (167 mg/l) y Santa Bàrbara (148 mg/l) los puntos con mayor contaminación.
Por su parte, L’Aldea (Baix Ebre), fue el municipio que registró una concentración más alta en todo 2023 (314,5 mg/l). En toda la comarca ebrense, Tortosa (127,7 mg/l) y Camarles (103,7 mg/l) también superaron ampliamente el límite en alguna medición.
¿Por qué son vulnerables?
El hecho de que haya zonas que se analicen con mayor detalle yace en que son más proclives a tener aguas subterráneas contaminadas por nitratos. La Agència apunta que una mayor concentración se produce en puntos con mayor actividad agrícola y ganadera, pese a que también puede haber aportación urbana.
«La reversión de la contaminación es larga, puesto que las aguas subterráneas necesitan mucho tiempo para mejorar su calidad, lo que comporta que en los últimos años la tendencia se haya mantenido estable, con algunas zonas en las que se empeoraba la situación y en otras donde se mejoraba ligeramente», añaden fuentes de la ACA.
Desde Ecologistes en Acció, Eli Forés comenta que «la sequía agrava este tipo de contaminaciones». «Si la poca agua que tenemos está contaminada...», añade. Forés pone el foco en las explotaciones agrícolas intensivas: «son las que más aplicaciones de nitratos utilizan para poder tener una cosecha importante». En este sentido, la previsión es que la falta de agua empeore el problema.